De Ayer a Hoy
Gustavo hizo "Pie" y preserva viva la pasión por el periodismo deportivo
La niñez marcada por una pérdida familiar. Sus inicios. Y el arribo a Capital para trabajar en un mítico noticiero de Canal 9 Libertad. ”Busco la información, nunca concebí levantarla de otros colegas”, infirió.
Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco
Superar la temprana pérdida de su madre fue una de las pruebas más duras en la vida de este hombre, pero también fue un catalizador que lo impulsó a perseguir sus sueños con determinación y resiliencia. Desde joven, encontró en el periodismo deportivo una pasión que lo motivaba a seguir adelante. Su amor por los deportes, especialmente el fútbol, lo llevó a iniciar su carrera en medios locales, donde empezó a destacarse por conocimiento, carisma y habilidad para narrar eventos deportivos de manera envolvente y apasionada.
Con el tiempo, su talento y dedicación lo posicionaron como una voz respetada en la ciudad. Su capacidad para analizar y comunicar eventos deportivos le ganó la admiración de colegas y oyentes por igual, abriéndole las puertas a nuevas oportunidades. La culminación de su esfuerzo y perseverancia llegó con la oferta de unirse a la televisión abierta en Buenos Aires, un hito que marcó un antes y un después en su carrera. A pesar de los desafíos y la competitividad del nuevo entorno, supo destacarse y dejar una huella significativa en aquella incursión. Luego de su experiencia en Buenos Aires, decidió regresar a sus raíces y enfocarse en un proyecto propio que aún hoy lo acompaña: la cobertura del fútbol de la Liga del Sur. Se trata de Gustavo Luis Pie, el actor principal en una nueva entrega de esta sección en LA BRÚJULA 24.
“Nací y viví en Alsina 671 hasta que me casé con 33 años, una casa que estaba pegada a lo que hoy es una de las sucursales de la Cooperativa Obrera, que antes era el Mercado Polar. Fui de los últimos de mi barra en contraer enlace porque mis amigos lo hacían con 24 o 25 años”, señaló Pie, en el comienzo de su alocución.
Y puntualizó que “mi familia estaba compuesta por mis padres y mi hermana tres años menor, pero además mis abuelos maternos tenían su vivienda en la parte delantera del lote. Cuando tenía 15 falleció mi mamá, a quien se la llevó una enfermedad cruel en menos de un mes, en una época en la que no existían tantos tratamientos”.
“Se la diagnosticaron un 14 de enero y murió el 4 de febrero, realmente fulminante. Fue por eso que me criaron mis abuelos y eran más las noches en las que dormía en la casa de ellos que en la mía, porque mi papá, por su trabajo, se la pasaba viajando”, rememoró, con la voz entrecortada.
Con relación a su formación, indicó que “la primaria la hice en la Escuela Nº 4, ubicada en calle Lamadrid. Ahí conocí a Juan Carlos Meschini, a quien considero más que amigo. Nos llamamos mutuamente hermanos. Con él también cursé parte de la secundaria en el Colegio Nacional, salvo en un lapso en el que, por el trabajo de sus padres, se radicó en Cipolletti, pero al poco tiempo regresó a Bahía”.
“Fui, en líneas generales, un buen alumno, me llevé solamente dos materias: matemática en primer año, hasta que le tomé la mano y literatura en cuarto. Durante la secundaria hice el curso de periodismo en el Instituto de calle Martín Fierro. Duraba un año y creo que me incliné a ese oficio porque soy de los que creen que si no tenés vocación o pasión, por más que te enseñen, no se disfruta”, añadió quien es popularmente conocido como “Pachi”
No obstante, lanzó: “Es imperioso en este mundo de la comunicación ser curioso, indagar e investigar. No hubo nadie de mi familia que me inculque el periodismo, solo tuve un primo segundo llamado Mariano Pablo Labrocca que era comentarista de básquet, pero no tuvo influencia en mi elección”.
“La pasión por el fútbol nació a partir de que mi papá compraba las revistas El Gráfico y Goles. Eso despertó en mí las ganas de estudiar los equipos y memorizar los jugadores, algo que hoy ya no es posible porque cambian los nombres en un mismo torneo”, evaluó, con una sonrisa irónica en su rostro por los tiempos que corren.
La primera experiencia frente a un micrófono lo sedujo por completo: “Antes de cerrar aquel curso del que te hablaba, el director de la Escuela de Periodismo, allá por el año 1976 era Luis Pedro Ponte y fue quien nos permitió hacer junto con el resto de los alumnos un programa en Radio Nacional. En esa camada, además de Meschini, estaban Marcelo Michalijos, Rubén González y Oscar Sánchez, entre otros”.
“Luego, en 1977, junto a Juan Carlos logramos ingresar a LU7, pero esa experiencia duró apenas seis meses porque fue intervenida por los militares y desapareció. Con 17 años tuve la posibilidad de hacer mi primera aparición en una transmisión deportiva, en los partidos de la Liga del Sur”, aseguró Pie.
Asimismo, aclaró que “relataba ‘El Mago’ Cendra, comentaba Néstor ‘Chiche’ Gutiérrez y en ocasiones, lo hacía Adolfo Orden y mi rol era la cobertura en alguna otra cancha o bien vestuarios en la emisión central. Nunca tuve otra profesión paralela al periodismo, siempre me dediqué a esto porque luego me abrí camino solventando la propia labor con la venta de publicidad”.
“Solo en mi adolescencia, un primo tenía una representación de productos de limpieza y mi tarea era hacer la recorrida por los almacenes vendiendo lavandina. Lo hacía solo en los dos meses de las vacaciones de verano y para ganar un manguito”, manifestó Gustavo, con cierta picardía.
El salto profesional lo pegó en lo sucesivo: “En marzo de 1978 entré a LU2, luego de hacer una prueba junto con Meschini en la cual fuimos evaluados por Rafael Emilio Santiago y Oscar Enrique Castro y que consistía en hacer el comentario de un partido. El que me hizo el contacto con ‘Titi’ Trellini fue Julio Cecchi, jugador de bochas, de fútbol y corredor de motos, un todoterreno”.
“Fue así que ingresé a la sección Deportes de la emisora, que ya tenía a Esteban Santiago Guerrero, Alberto “El Gallego” López, “Pete” Nistal, Luis Alberto Cano y Dante Mazeris. En ese lugar me quedé hasta 1991, cuando me fui con Gutiérrez a transmitir fútbol a LU3, aunque seguí ligado a LU2 con el micro de bochas llamado ‘Arrimando’”, dijo, promediando el ida y vuelta con este cronista.
Sin embargo, una ocasión emergió casi sin esperarlo: “En una oportunidad, un domingo a la mañana de 1994 mirando un partido de fútbol italiano por Canal 9 Libertad vi que se promocionaba un casting para buscar periodistas deportivos, el cual se iba a llevar a cabo al día siguiente. Tomando mate con mi señora, con la cual me había casado el año anterior, llegamos a la conclusión de que podía ir a probar suerte”.
“Me presenté en los estudios de calle Pasaje Gelly y, junto a una decena de colegas, me contrataron para lo que iba a ser el informativo Nuevediario de los sábados y domingos. Luego de un par de viajes a Buenos Aires, en los cuales conocí a Alejandro Romay, se lanzó el proyecto que tenía la conducción de Juan José Maderna y Sergio de Caro”, reveló “Pachi”.
De allí surgieron otros comunicadores destacados: “Entre los que empezaron conmigo hubo algunos que hicieron carrera en los medios capitalinos como es el caso de Guillermo Favale y ‘Chiche’ Ferro. Días atrás nos juntamos con algunos de ellos, además de otros reconocidos periodistas como Javier Tavares, Eduardo Bolaños y Pablo Fernández que, además, es el marido de la actriz Lorena Paola”.
“Aquella fue una gran escuela profesional, además de una experiencia muy enriquecedora porque aprendí a entender cómo se trabaja en Buenos Aires, viendo el desempeño de periodistas de la talla de Guillermo Andino y Mabel Marchesini, dos brillantes presentadores de noticias”, ponderó elogiosamente.
El esfuerzo valía la pena: “Por lo general viajaba los jueves a la noche cuando había un partido televisado los viernes y me quedaba hasta el domingo a la noche inclusive. Allá, el porteño ve de una manera distinta la forma de trabajar, es más directo y no va tanto al detalle a diferencia de como venía acostumbrado”.
“En la década del 90 no había noticieros los fines de semana en los canales abiertos, sumado a que Telediario le daba importancia al fútbol de ascenso, a punto tal que el canal transmitió aquella temporada en la que Estudiantes de La Plata ascendió desde la B Nacional a Primera División de AFA”, sostuvo.
Su desempeño iba en ascenso: “Incluso, tuve el honor de relatar dos partidos para la TV. Los tengo muy grabados en mi memoria: uno de ellos fue Quilmes-Nueva Chicago y el otro Colón-Godoy Cruz, más allá de que la dupla titular del canal para esas transmisiones estaba compuesta Atilio Costa Febre y Fernando Niembro”.
“Cuando me preguntan por Romay siempre contesto lo mismo, he cenado con él y solía aparecer de sorpresa en el estudio durante el noticiero a mirar todo. Era macanudo, más allá de que uno por momentos se sentía un pollito mojado, pero fuera del aire hablaba igual que como se lo veía en cámara, con ese estilo tan propio”, describió Gustavo.
Rápidamente se ganó el cariño y respeto de sus pares: “Me decían el rey de la metáfora porque cuando iba a un partido inventaba alguna frase para hacer algo diferente y dejar mi impronta, más allá de que a alguno le guste más que a otro. Un día fui a ver un partido de la B Metropolitana entre Defensa y Justicia y Sarmiento en Florencio Varela”.
“Me tocó relatarlo. Luego se emitía un compacto con los goles, y alguna jugada de peligro. En aquella oportunidad tuve un momento de lucidez y titulé el informe de la siguiente manera: Defensa le escondió el pizarrón a Sarmiento y ese juego de palabras despertó la carcajada de Cristina Pérez, que estaba haciendo sus primeras armas en el noticiero”, rescató, a modo de anécdota.
Al poco tiempo, se iba a presentar una oportunidad que lo hizo dudar: “Me tocó reemplazar durante sus vacaciones de verano al gran Enrique Moltoni. Corría el mes de enero de 1995 y en la empresa capitalina me pedían que me radique allá para poder ir a trabajar de forma fija, de lunes a viernes, lo cual implicaba un cambio absoluto en mi rutina”.
“Mi esposa era maestra jardinera y estaba embarazada de nuestra única hija que nació en marzo de ese año. No era sencillo y pese a que lo conversamos, optamos por no hacer esa mudanza. Tampoco la diferencia en lo económico era sustancial, porque tenía que alquilar un departamento y, al poner todo en la balanza, no se justificaba el movimiento”, aseveró Pie.
Una corazonada lo hizo tomar la decisión correcta: “Sumado a eso, no sabía cuánto tiempo más iba a durar Nuevediario, porque había muchos movimientos en los medios. Era una bomba de tiempo que luego terminó por explotar porque, cuando se vendió el canal, desapareció el noticiero que no tengo dudas marcó una época en la TV argentina”.
“Ante ese panorama, inicié un programa con Eduardo López y ‘Toti’ Bernat que se llamaba Al Toque, hasta que, en 1997, ambos no continuaron y me ofrecieron hacerlo solo. Es ahí que nace ‘Pelota al Pie’, el cual aún sigue estando al aire en las señales de cable local. Junto con ‘Arrimando’, que lo sostuve hasta 2015, fueron mi marca registrada”, comentó, al epílogo del testimonio.
Cuando se le consultó sobre su futuro, no vaciló: “Aún tengo energías, el 28 de junio cumplo 65 años y, más allá de que me pueda jubilar, quiero seguir trabajando, porque el bichito sigue picando. No voy a la cancha a desgano, me gusta ser periodista y ser quien busca la información, sin esperar que me llegue servida en bandeja o producto de la curiosidad de un colega que investigó antes que yo”.
“La situación económica es complicada y hacer ‘Pelota al Pie’ es muy caro porque implica pagar a los camarógrafos que van a la cancha, son 10 por fin de semana, después tenés que pagarle al editor y el espacio en ambos cables. Al momento de hacer los números, no es nada sencillo mantenerlo al aire”, esbozó “Pachi”
Por último, concluyó que “nunca quise salir por canal abierto porque de un día para el otro las autoridades te dicen que te van a cambiar el horario porque aparece (Jorge) Lanata, (Marcelo) Tinelli o Susana (Giménez) y te tenés que amoldar. Mi programa sale desde hace casi 30 años los domingos a las 21, eso es algo que el televidente tiene incorporado”.
Este producto, nacido de su pasión y experiencia, se ha convertido en una referencia para los amantes del fútbol regional. Con un enfoque meticuloso y una profunda conexión con su audiencia, Gustavo Luis Pie ha logrado mantener la relevancia y el respeto en el ámbito deportivo local. Su trayectoria es un testimonio de cómo la pasión y la entereza pueden transformar los desafíos en oportunidades, construyendo un legado duradero en el periodismo deportivo.
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