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TITÁNICA TAREA

Científicos del Conicet avanzan en la investigación para vencer el cáncer

Los profesionales manipularon una proteína involucrada en el desarrollo tumoral que podría ser el puntapié para que se desarrollen tratamientos innovadores y selectivos.

Ricardo Biondi, Alejandro Leroux, Mariana Sacerdoti, Macarena Acebedo y Lissy Gross, son los científicos del IBIOBA que participan de la investigación que fue tapa de la revista Science Signaling.

Frenar el desarrollo del cáncer en un organismo se ha vuelto una tarea titánica desde hace varias décadas en todo el mundo. Y en los últimos años, los estudios se han concentrado en cómo activar el propio sistema inmunológico para que sea este el que enfrente un tumor, sin la agresión que suponen medicamentos externos como los utilizados en quimioterapia, que destruyen todas las células, sean enfermas o sanas, publicó Infobae.

El grupo Biología Química de Mecanismos Regulatorios del Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBIOBA, CONICET-MPSP), liderado por el investigador del CONICET Ricardo M. Biondi, estudia la estructura de una proteína quinasa llamada PDK1, que cumple un rol fundamental en la señalización celular y que está muy vinculada con el crecimiento y supervivencia de las células.

Los científicos saben que PDK1 cuenta con muchos sustratos —o proteínas— que activa a través de esta vía de señalización, y que en muchos tipos de cáncer esta vía se potencia, ayudando a que las células cancerígenas crezcan y sobrevivan descontroladamente. A raíz de esto, comenzó a estudiarse a AKT, uno de los sustratos que PDK1 activa y que es parte de dicha vía de señalización. Si se logra ‘apagar’ este sustrato, se podría indirectamente inducir la muerte de las células cancerígenas, ya que dejarían de recibir la señal de crecimiento constante. Y de esa forma el cáncer podría desaparecer.

Ricardo Biondi, Alejandro Leroux, Mariana Sacerdoti, Macarena Acebedo y Lissy Gross, son los científicos del IBIOBA que participan de la investigación que fue tapa de la revista Science Signaling.

“Inhibir una proteína, permite ser más selectivo y de esta forma no se apaga el funcionamiento general de las células”, sostuvo Sacerdoti. “Estas proteínas han sido buscadas como blancos para fármacos. Hoy hay muchos fármacos inhibidores de quinasas para tratamiento del cáncer. Si uno puede ser más selectivo e inhibir una sola proteína, el desarrollo se podría utilizar incluso para combatir otras enfermedades”, agregó Biondi.

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