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por julieta centeno

Más conocimiento (y de mujeres) para reimaginar la ciudad

El día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es propicio para reflexionar acerca del rol y participación de la mujer en las carreras STEM. Según el informe del Estado de la Ciencia 2020 de la Organización de Estados Iberoamericanos, un 35% de las familias espera para sus hijos varones, una educación en carreras STEM y sólo un 12% para sus hijas mujeres.

Por Julieta Centeno, empresaria PyMe.

Resulta siempre necesario reforzar el concepto de que la Economía del Conocimiento es una herramienta clave para el desarrollo de la Argentina, y donde la conjunción de sectores económicos más vanguardistas con otros más tradicionales busca la innovación, la mejora y la evolución para generar valor añadido a la sociedad. Estoy refiriéndome a aquellas actividades productivas que se caracterizan por el uso intensivo de la tecnología y que requieren capital humano altamente calificado: software, servicios informáticos y digitales; biotecnología e ingeniería genética; nanotecnología y nanociencia; inteligencia artificial, robótica e internet de las cosas (IOT); actividades de ingeniería, ciencias agropecuarias, exactas, médicas y naturales vinculadas mediante investigación y desarrollo aplicado. De igual modo impacta en otros sectores económicos, mejora procesos, aumenta eficiencia, baja costos y genera innovación.

Cometeremos un error si pensamos que está allí esperándonos; debe ser una decisión conjunta de diferentes actores de crearla, estimularla y desarrollarla: no habrá Economía del Conocimiento aplicada si no confluyen con convicción el sector público, el privado, el científico y el académico. Todos sectores muy bien representados en la ciudad y la región.

El ecosistema emprendedor argentino está produciendo una revolución silenciosa en el país, que está lista para explotar exponencialmente. Se viene generando una nueva ola de empresas, que, sin dudas van a liderar el futuro de las industrias donde están impactando. Sectores como Food&Ag Tech (Sistemas alimentarios modernos y del Agro), Biotech (Biotecnología), Ed Tech (Educación Tecnológica), Health Tech (Tecnología de la Salud) y Fintech (Tecnología Financiera), son algunas de las disrupciones que están cambiando nuestras vidas y seguro, las de las generaciones por venir.

Para ello, resulta fundamental estimular y fomentar las carreras STEM, sigla proveniente del inglés: Science, Technology, Engineering and Mathematics. Son las carreras que el futuro ya demanda, y cada vez con más fuerza, en el presente. En su mayoría dictadas en la ciudad.

El día 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es propicio para reflexionar acerca del rol y participación de la mujer en las carreras STEM. Según el informe del Estado de la Ciencia 2020 de la Organización de Estados Iberoamericanos, un 35% de las familias espera para sus hijos varones, una educación en carreras STEM y sólo un 12% para sus hijas mujeres.

La participación de la mujer en la educación superior en Argentina demuestra un crecimiento sostenido. Según el último relevamiento de estadísticas universitarias del Ministerio de Educación de la Nación de 2019, un 59% de estudiantes de grado y posgrado son mujeres, incluyendo todas las carreras y universidades públicas y privadas. Esto mismo puede verificarse, de acuerdo a datos aportados por la UNS para 2023, donde el 59% de sus 5533 nuevos inscriptos, son mujeres, universo en el que sólo el 12,9% demostró preferencias por carreras STEM y donde particularmente me sorprendió el dato de que las mujeres inscriptas en carreras vinculadas a ciencias de la computación representan tan sólo el 2,1% del total de inscriptos para el corriente año.

El tema reviste gran importancia, dado que la tecnología está transformando tanto el mundo del trabajo como la capitalización de mercado de las empresas: es cada vez más difícil encontrar talento específico para sostener el crecimiento de las empresas nativas digitales, cuya capitalización de mercado se multiplica, mientras pierden la suya las empresas analógicas.

¿Qué podemos hacer para que a las chicas les interesen más las ciencias, las matemáticas, las ingenierías y la tecnología como parte de su proyecto de desarrollo vital?

Debemos detectar cuáles son las barreras actuales para que las jóvenes opten por una educación STEM y desarrollar estrategias que permitan revertir esta realidad. Debemos hacerlo con Educación. La clave, en parte, está en fomentar las vocaciones STEM en las niñas en edades tempranas en la escuela primaria, desde los 7 u 8 años, enseñarles que pueden estudiar lo mismo que los varones, mostrarles las salidas laborales y oportunidades que el futuro ofrecerá. Si desde esta edad no inspiramos las vocaciones STEM de las niñas, ellas sentirán que no tienen lugar en este tipo de carreras. Los niños observan, aprenden y admiran de lo que tienen alrededor y de lo que les llama la atención durante los primeros años de su infancia.

Fundamental también será acercarles modelos de mujeres, referentes femeninos STEM donde puedan verse identificadas o reflejados sus gustos, a manera de mentoras. Asimismo, estimular cambios culturales en las familias, que a veces, ofrecen determinadas carreras a niñas y otras a niños. Y por supuesto, integrar desde la educación estas ciencias duras, volviéndolas más asequibles y amigables para incentivar a las jóvenes a acercarse a ellas. Necesitamos talento y, específicamente, más talento femenino.

Necesitamos talento diverso para innovar y cambiar estereotipos que contribuyan al desarrollo económico.

Hombres y mujeres somos diferentes, las mujeres aportamos miradas que enriquecen una toma de decisión. Ambos tenemos capacidades complementarias que hacen equipos mixtos exitosos. Los equipos más diversos innovan mejor, traen mejores soluciones para la sociedad. Debemos hacer de la diversidad un gran motor de desarrollo económico y social.

Nuestra ciudad y la región lo demandan.

Hagamos por un instante el ejercicio de que “nos llegan” los miles de millones de dólares en inversiones, los que estamos todos de acuerdo, Argentina necesita para transformarse a mediano y largo plazo en un país con oportunidades y espacio de desarrollo para todos: ¿nos encontramos preparados para responder a una alta demanda de profesionales con perfiles STEM? ¿Estamos listos, en condiciones y con el talento diverso adecuado y suficiente, para diseñar, desarrollar, dirigir e implementar los proyectos que necesitamos? Dejo a su reflexión la respuesta.

Bahía Blanca, de acuerdo con el último CENSO 2022, sigue creciendo por debajo de la media del país. Este dato debe interpelarnos a todos. Debemos reimaginar la ciudad bajo esta visión y con ello, el país. Es mandatorio poner en agenda permanente el desarrollo de habilidades STEM, para contribuir a activar la economía, mejorar el empleo y la empleabilidad y acelerar el crecimiento económico de Bahía y nuestra región. Es ahora. Debe ser urgente y prioritario.

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