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la palabra de un bahiense en el medio oriente

Con qué se encontrarán los argentinos que viajen al Mundial de Qatar

Juan Pedro Seret nos contó cómo es la vida en el pequeño país que será el centro de las miradas desde noviembre.

Juan Pedro Seret es bahiense, vive en Qatar desde hace casi cinco años y desde su experiencia compartió cómo es la vida en ese país del Medio Oriente y lo que le espera a los visitantes argentinos y de otras nacionales que llegarán en masa para presenciar el Mundial 2022 en noviembre.

“Qatar es de los países de Medio Oriente de los más abiertos en cuestiones culturales, a diferencia de Arabia Saudita que es de los más cerrado. Es un país musulmán y por tanto la ley está de acuerdo con la religión”, explicó en el programa Nunca es Tarde, que se transmite por La Brújula 24.

Seret señaló que ha visto cosas en los medios que son muy exageradas con respecto a las normas de conducta. Aunque 85% de los habitantes son extranjeros, deben adaptarse a las normas.

“Hay solo un supermercado donde venden alcohol, tienes un cupo mensual, de acuerdo con tu ingreso para comprar alcohol. No se puede consumir en la vía pública”, agregó.

Otro ejemplo que usó, es que “en las playas de la ciudad las mujeres no pueden ir en bikini, pero a 40 minutos del centro hay una playa llena de occidentales donde sí lo pueden usar”.

Seret dijo que sobre las muestras de afecto en la vía pública dijo que una pareja puede ir tranquilamente de mano o abrazados, pero “no podés estar en un parque o besándote con alguien, eso no se permite”.

“Si te ve justo un policía y estás acostado en el piso a los besos con alguien, probablemente tengas un problema judicial, pero calculo que esa tolerancia en el Mundial van a ser mucho más abiertas”, señaló.

Agregó que “cuando venías acá, te acostumbrás a dos o tres cositas y ya está. No es que todo el tiempo tener el riesgo de meterte en problemas”.

Sobre la homexualidad dijo que no ve que sea un problema y que ha visto a personas del mismo sexo circular sin problema.

Seret relató que él es kinesiólogo de un equipo de vóley de una liga masculina y que se ha adaptado al ritmo de vida del lugar, que está muy marcado por su trabajo.

“Extraño la cercanía con la vida social, obviamente a mi familia, he conseguido de todo: yerba, Fernet, por ejemplo”, dijo.

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