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Habló Fabián Rossi: “No sé quién maneja la droga en Bahía, yo soy un pobre adicto”

Uno de los imputados en el crimen de Romero Miranda arremetió contra Juan Manuel Mejuto, el otro acusado: “Puedo aceptar que mucha gente crea que soy un narco, pero nunca asesiné a nadie”.

Fabián Rossi, uno de los dos detenidos por el resonante crimen del “mendocino” Juan Ramón Romero Miranda, habló esta mañana en exclusiva con LA BRÚJULA 24 desde la Unidad Penal Nº4 de Villa Floresta y se defendió de las acusaciones por aquel hecho, al tiempo que afirmó: “No soy narco”.

“En 2006 se me sorprendió con un kilo de droga, cumplí condena por el delito de transporte de estupefacientes, en ningún momento se probó la cadena de comercialización. Nunca nadie pudo acreditar que yo había vendido un gramo, era droga de pésima calidad que la compré para mi. Había muerto mi madre y fue el error más grave que cometí en mi vida haber consumido”, resumió Rossi, en el inicio de la charla con el periodista Germán Sasso.

Desde el penal bahiense, recordó que: “hace un par de años volví a incurrir en el consumo, no hablaría de adicción. Soy un consumidor social producto de una situación familiar que derivó en la muerte de mi padre por una enfermedad. No soy una persona con un gran poder adquisitivo como se quiso hacer creer en algún momento. La droga la compraba en Bahía Blanca, me la traían a mi casa Romero Miranda y Mejuto”.

“Cuando recuperé la libertad en 2008 me fui a vivir a San Luis y me radiqué por diez años. Luego, regresé y tuve un accidente de tránsito en una rotonda de avenida Cabrera. Me quedé dormido, era una noche de niebla, pero no había consumido droga. En todos estos años me dediqué a mi trabajo. Como abogado no me interesó el Derecho Penal, me especialicé en criptomonedas. No me gusta la relación con la cárcel o la Policía, ni siquiera a nivel profesional”, sentenció el detenido.

Consultado respecto a sus otras fuentes de ingreso, aclaró: “Con mi padre antes de su fallecimiento teníamos un campo muy grande en San Luis, que luego se vendió y también me gustó la compra-venta de autos, algo a lo que también me dediqué en Bahía Blanca”, al tiempo que añadió: “El allanamiento en mi casa fue un viernes a las 17 y recién me enteré por qué causa estoy preso a las 12. El homicidio supuestamente se habría producido en casa, sin que yo tenga noción al respecto”.

“Al Mendocino lo conozco meses antes de su fallecimiento, lo trajo Mejuto. La relación entre ellos dos es de larga data porque eran vecinos. La peluquería donde trabajaba este hombre estaba en Soler al 300, a pocos metros de donde vivía Romero Miranda, domicilio que fue allanado tras una orden del fiscal Del Cero. Eran socios y la peluquería era un curro porque se dedicaba a otra cosa, era barrabrava de Villa Mitre y se dedicaba a cosas raras”, reveló, durante otro segmento de su testimonio.

Y se quejó: “Estoy detenido porque lo único que tengo probado es que me encontraron el DNI del Mendocino y puedo explicar por qué estaba en mi poder. La Justicia no se explayó respecto a que lo hayan matado en mi casa. Aquel día estaba en mi casa, con mi hermana, mi sobrina y mi novia, era un día primaveral y no escuchamos nada. Tampoco vimos movimientos de autos”, reconociendo que Mejuto tenía la llave del quincho de su casa.

La casa de Fabián Rossi.

“Ese día salí a hacer las compras por el barrio Patagonia, grabé para un canal de Youtube, miré TV y me dediqué a mi trabajo de divulgación científica. No fui a mirar nada al quincho porque no hubo ningún ruido que llamara mi atención. Que Mejuto diga que yo liquidé al Mendocino es una barbaridad, es sumamente grave lo que menciona. La acusación no tiene sentido porque es una mentira, no sé cómo lo habrán matado”, exclamó, despegándose de las imputaciones.

Enérgicamente, resaltó que “en toda mi vida jamás estuve imputado por un hecho de violencia, nunca tuve armas de fuego y no las sé usar, nunca tuve problemas con Romero Miranda, lo habré visto como máximo diez veces e iba a mi casa como una especie de mayorista de Mejuto. Me vendía cocaína, ese es el gran error que ensucia todo esto. No tengo personas que trabajen para mi”.

“Los patrulleros paraban en mi casa porque les di la clave de Wi Fi, se estacionaban abajo de los árboles, algo que no puedo probar pero fue así mi único trato con los efectivos era de ‘hola y chau’. Mejuto nunca fue empleado mío, solo éramos amigos y nuestro vínculo era por medio de Marcelo Loverde con quien íbamos a realizar un proyecto de una radio vía streaming, pero finalmente la idea se abandonó”, reflexionó Rossi, con una notoria verborragia.

Consultado respecto al crimen de Romero Miranda, esgrimió: “No me consta si Mejuto mató al Mendocino, si lo afirmara haría lo mismo que hace él conmigo. Él dice que tiene miedo de mí, él es 20 años más joven que yo y 30 kilos más pesado, una mole, yo jamás sería un problema para él porque además nunca tuve un arma en la mano. Hoy puede decir cualquier cosa, que yo le vendía droga al Presidente”.

“A Mejuto le ofrecieron la puerta de salida en la Policía Federal y busca ampararse en la Ley del Arrepentido, ensuciando a todo el mundo, en especial a mi, para desligarse del hecho. Lo que declara solo consta en su imaginación, sus dichos ni siquiera fueron tenidos en cuenta en la causa. Yo tenía el DNI y la licencia de conducir de Romero Miranda porque 20 días antes del fallecimiento se le rompió la camioneta, le presté unos días un vehículo y dejó el porta documentos en la gaveta. A usted le parece que si maté al Mendocino me voy a quedar con su DNI y el carnet”, sintetizó.

Más allá de no tener pruebas, cuenta con algunas precisiones: “Mejuto actuó con alguien más. Nunca imaginé que esa tarde iba a ser una bisagra en mi vida y me iba a llevar a estar cinco meses en prisión por la muerte de alguien con el que me llevaba muy bien. Nunca le pedí droga fiada, siempre se la pagué y para consumo personal y de mi novia gastábamos entre cuatro o cinco mil pesos por día a precio de hoy”.

Juan Ramón “el mendocino” Romero Miranda.

“La cocaína de Romero Miranda era de buena calidad y era la misma que vendía Mejuto, a quien consideraba un muy buen amigo y la llave se la había dado yo. Estoy detenido acá por un documento y por declaraciones que no tienen pies ni cabeza. No sé quién maneja la droga en Bahía, hay versiones que se dicen en la calle pero son todas absurdas. Soy un pobre consumidor, aunque les parezca mentira”, reveló.

En el tramo final se refirió al caso que aún conmueve al país, vinculado con las muertes ocurridas en el Gran Buenos Aires por consumir droga adulterada: “Si bien nunca le compré droga a desconocidos, me pudo haber pasado a mi lo que pasó con la cocaína envenenada y me parece espantoso”.

“Mejuto me juraba que todo lo que hacía con la droga lo hacía fuera de mi casa, nunca tuvo un estilo de vida ostentoso y le debía plata al Mendocino, lo que ocurre es que su miedo era por lo que le decía Romero Miranda que si por sus deudas, su esposa terminaba trabajando en uno de sus privados. La Justicia no puede probar mi relación con el homicidio de este hombre, la palabra asesino es muy fea y no cuadra en mi. No quiero ser tildado de algo tan grave porque no maté a nadie. Sobre si fui un narco VIP y la gente quiere dudar, lo puedo aceptar”, concluyó.

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