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Se quedó sin trabajo y con lo puesto

“Fue un infierno”: el dramático relato de un medanense, víctima de los incendios en la Patagonia

Un joven medanense, que había dejado la vecina localidad días atrás para probar suerte en Lago Puelo, vivió una experiencia traumática y sumamente peligrosa, al verse acorralado por los fuegos que azotaron toda la región durante las últimas horas.

Se trata de Agustín Gómez, quien el último sábado se había instalado en la casa de Sebastián, su amigo, para trabajar en un aserradero.

“Ayer a la mañana (por el martes) estaba todo bien. No había ningún foco de incendio. Después de trabajar en el aserradero, en dirección a El Bolsón, vimos el primer foco, que era chico. Fuimos a ver más de cerca, por el lapso de un hora. Al volver, el fuego ya había crecido bastante. Pero no había ningún problema, no era probable que bajara para las casas”, narró.

“Más tarde, y mientras estábamos en la casa de unos vecinos, vimos que teníamos humo atrás. Salimos corriendo para casa, prácticamente sobre la ruta, por el fuego. Pasaban autos, así que subíamos y bajábamos de la cinta asfáltica. Ya había focos por todos lados, porque esto fue organizado” sentencia sin dudar ni un instante de su afirmación.

“Cuando cruzamos para la casa de mi amigo, quisimos ver si podíamos salvarla, sacar algo. Apenas entramos, el fuego nos empezó a cercar. Mi amigo dice ‘vamos porque nos quedamos encerrados’. Salimos en un tractor propiedad de mi amigo, prácticamente entre las llamas. Yo me acurruqué debajo, al lado de sus piernas mientras él manejaba. Las brasas que saltaban nos pegaban. Cuando agarramos la ruta hicimos como 100 metros sin ninguna visibilidad. hasta que se despejó un poco, ahí pudimos calmarnos algo”, relató Agustín.

“Todo fue muy rápido, no nos dio tiempo para nada. No lo esperábamos” cuenta aún conmocionado por lo vivido. “Entramos y estaba todo quemado. Era donde yo estaba parando, así que no me quedó nada”, se resigna.

“Fue un infierno. Nunca había vivido, ni visto nada así. Me asusté un montón. No sabes cómo reaccionar. Encima ves a la gente perder todo de un momento para otro. Del aserradero perdieron todo: madera, maquinarias. Además, tenían más de 200 gallinas, que se quedaron todas encerradas y murieron carbonizadas. No podemos encontrar a los animales. Un desastre”, completo.

“Me quedé sin trabajo y con lo puesto. Por suerte tenía la billetera en el bolsillo así que me quedó la documentación. Ahora estamos alojados en un hostel y mañana saldremos a ver si hay alguna changa  para trabajar”. A pesar de las dificultades que plantea la situación, Agustín asegura que “calculo que me voy a quedar un tiempo más, para no dejar solo a mi amigo. Me quedé sin nada pero sé que puedo volver a empezar”

(Fuente: Infovillarino)

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