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columna semanal

Rafael Emilio Santiago, los suicidios en el fútbol y el menosprecio a los arqueros

Llegó el viernes y Rafael Emilio Santiago desarrolló su habitual columna de los viernes en LA BRÚJULA 24 con una serie de reflexiones imperdibles, pinceladas únicas para describir la realidad, en la mesa de café que comparte semanalmente con su colega Germán Sasso.

Aquí, un resumen de sus principales dichos

“El fin de semana veraniego anterior mereció espacios importantes en las noticias incluso fuera de lo deportivo. Sorprendió porque parecía un negro macizo, encarador y de buen carácter. No se acercaba al biotipo de tipo depresivo y hasta fue goleador viniendo de un equipo chico. Los suicidios en el fútbol son más frecuentes de lo que se difunde”.

“Uno sospecha que los arqueros superan largamente a quitarse la vida y no estaba equivocado. De los últimos cuatro en el fútbol argentino, dos atajaban. Al menos elegible al comenzar un picado era el que iba al arco. A nadie le gustaba atajar y a todos les gustaba ir al centro. En el exterior no ocurría tanto esto”.

“El narigón Cappa contó que su primer trabajo en España fue con los chavales de Madrid en Castilla. Habrán ido diez y Angelito les preguntó para entrar en confianza de qué querían jugar y la mitad respondieron querer ser porteros. Recién ahora el arquero usa los pies. Es un puesto muy ingrato, por tamaño y función es diferente”.

“Un jugador de campo puede tener cabida fuera de puesto, el arquero no, es un especialista que solo puede estar debajo de los palos y desplazando a un compañero de entrenamiento que hace lo mismo que él. Nunca juegan juntos, cuando uno entra, el otro sale”.

“En la historia de suicidios el más sostenido fue el de Osvaldo Toriani, arquero de Independiente que se quitó la vida con monóxido de carbono. Luego sucedieron otros, uno lanzándose a las vías del ferrocarril o al vacío. Schulsmeister de Huracán se colgó de una soga”.

“Pero el más cercano es el de Héctor Larroque, surgido en Boca, y al que Santanafessa vio diez minutos y le dijo que se quede en Villa Mitre. Debutó en Arrecifes donde se presentaba el hermano de Maradona, pero los flashes se los llevó Pachi”.

“No es casual que los arqueros sean los que más se suiciden. Un psicólogo explicaba que tiene que ver con su función, con la percepción de fracaso, la soledad y la ingratitud del puesto. Es una función individual en un deporte colectivo”.

Se viste distinto y se entrena diferente. El único que tiene permitido usar las manos para jugar y al que le cuesta más integrarse al grupo, al punto de ser tildado de loco o pavo”.

“Maradona descreía de los arqueros. Y son ellos los que no tienen cómo esconderse cuando fallan. Acá no se los valora tanto, no hay equipo que pueda aspirar a algo si no tienen uno bueno abajo de los tres palos”.

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