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INFORME ESPECIAL

El cáncer de mama emerge como impostergable en la agenda del acceso a la salud

Octubre es el mes de la concientización mundial sobre esta patología. El significado del lazo rosa. El análisis de una conocida profesional bahiense. En el Día de la Madre, un artículo para reflexionar y promover la prevención.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

La Organización Mundial de la Salud designó a octubre como el mes de la Concientización Mundial sobre el Cáncer de Mama, con el objetivo de que se multipliquen los esfuerzos para llevar información acerca de la importancia del cáncer de mama, sus signos y síntomas y acciones que permitan su diagnóstico temprano, y así, un alto porcentaje de curación.

El 19 del corriente es el Día Mundial del Cáncer de Mama. No es motivo de celebración ni de conmemoración, sino de toma de conciencia. Un desafío como sociedad que está planteado y, lentamente, se ha logrado imponer como objetivo sin concesiones.

Para saber qué significa el lazo rosa hay que remontarse a la década del 90. La vicedirectora ejecutiva de la “Estee Lauder Company” funda la Breast Cancer Research Foundation (Fundación para la Investigación del Cáncer de Mama) y se estableció la identificación de su causa, que es recaudar fondos para la investigación de la enfermedad, con el lazo rosado que ya se utilizaba para identificar distintas acciones tendientes a la creación de conciencia y estímulo a la investigación.

Entonces, octubre rosa supone una excelente herramienta de difusión. Al respecto, la doctora bahiense Guillermina Eidenson, reconocida mastóloga bahiense, conversó con la redacción de LA BRÚJULA 24: “Queremos llegar a nuestra población con información acerca de la enfermedad, sus causas, manifestaciones y herramientas de diagnóstico y tratamiento para que cada una pueda adoptar medidas de autocuidado. Con el uso del lazo rosado hacemos público nuestro compromiso con estas metas”.

Y subrayó que “este año, junto con mi equipo, denominamos a todas las actividades de difusión ‘De la A a la Z, todo lo que siempre quisiste saber sobre cáncer de mama’”.

Información acerca del cáncer de mama

-se estima que, por año, se diagnostican alrededor de un millón de nuevos casos en el mundo; en nuestro país, alrededor de 22.000.

-es el cáncer que con más frecuencia se diagnostica en Occidente y es el más frecuente en las mujeres. Afecta a 1 de cada 8 mujeres.

-afecta tanto a mujeres como a hombres (porque todos somos mamíferos y por lo tanto nacemos con el primordio de estas glándulas), pero 9 de cada 10 cánceres se diagnostican en mujeres.

-se puede diagnosticar en estadios tempranos —la llamamos enfermedad inicial o temprana— y se pueden lograr altas tasas de curación.

-en nuestro país no existe un programa obligatorio de detección temprana de esta enfermedad. Esto implica, entonces, que cada una de nosotras es responsable de realizar los controles.

La Sociedad Argentina de Mastología hace varios años publicó una guía que orienta acerca de las recomendaciones para el control de la salud mamaria; es un trípode que busca asegurar el diagnóstico temprano, y consiste en:

1-           Autoexamen mamario mensual: cuanto antes se comienza, más fácil se normatiza su realización. Es muy sencillo y solo toma unos pocos minutos. ¿Quién enseña cómo hacerlo? El especialista.

2-           Mamografía: la primera a los 35 años. Luego, una por año a partir de los 40 años.

3-           Control una vez al año con el especialista.

Aclaraciones importantes

*estas recomendaciones no aplican a aquellas mujeres que, por antecedentes personales o familiares, tengan un riesgo diferente y más elevado.

*no existen guías que recomienden el control mamario rutinario en los varones; para aquellos que cumplan con criterios de mayor riesgo, existen indicaciones de control diferentes a la del resto de la población masculina.

*¿quién pesquisa el riesgo? El especialista, durante la primera entrevista. Es importante contar con información acerca de los antecedentes de enfermedades de la familia (y ponemos el énfasis en los de cáncer, tanto de la rama materna como paterna).

*¿quién es el especialista? El mastólogo. Nos entrenamos en diversas áreas que involucran al cuidado de la salud mamaria, y somos los que podemos, entonces, estratificar el riesgo y, por tanto, decidir cómo y con qué conviene controlar a cada una; evaluamos los estudios, solicitamos biopsias cuando es necesario, y somos los primeros en delinear el tratamiento y seguimiento más adecuado de las enfermedades de la mama (benignas y malignas). Es una especialidad quirúrgica (quiere decir, que somos los que indicamos y hacemos las cirugías), y coordinamos el trabajo en equipo con las otras especialidades médicas y disciplinas que intervienen en el cuidado de la mama: Diagnóstico por Imágenes, Anatomía Patológica, Oncología Clínica, Terapia Radiante, Genética, Bioquímica, Psicología y Kinesiología, entre otras. Nuestro trabajo es multi e interdisciplinario.

*¿por qué hay que hacerse la mamografía? Porque es el método de diagnóstico por imágenes que ha logrado disminuir las muertes por cáncer de mama; esto es, porque permite su diagnóstico temprano. Para la población general —esto es, sin riesgo aumentado— no se recomienda su realización a edades más tempranas, ya que en ese grupo su capacidad de diagnóstico es baja. ¿Quién evaluará la conveniencia de hacerla o no? Sí, adivinaste. El mastólogo.

*la ecografía y la resonancia mamaria (R.N.M) ocupan un lugar privilegiado en el control de la mama porque son excelentes métodos complementarios de diagnóstico por imágenes, pero su indicación no es general (en particular para la R.N.M). ¿Quién determina la necesidad de su realización? Una vez más, el especialista.

Además de cumplir con “el trípode”, hay dos puntos salientes que pueden hacer las mujeres por ellas mismas: disminuir factores de riesgo y crear redes de autocuidado.

“El cáncer es una enfermedad de origen multifactorial; esto quiere decir que hay múltiples causas que convergen para permitir que se desarrolle. Muchas de éstas son aún desconocidas, y por ello, en permanente estudio. Los factores de riesgo son elementos que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.  Los podemos dividir en dos grupos: los modificables y los no modificables”, advirtió Eidenson.

En tal sentido, diferenció: “Los primeros son aquellos que podemos eliminar o disminuir, mutando nuestro estilo de vida. Entonces, este es un espacio para tomar acción; enumero algunos de ellos: obesidad, alcoholismo, tabaquismo, sedentarismo, dietas ricas en carbohidratos y ultraprocesados. Entonces, podemos adoptar un estilo de vida que reduzca el impacto de estos factores con dietas con nutrientes adecuados, ejercicio físico de cualquier tipo y el abandono del hábito de fumar y el consumo excesivo de alcohol”.

“Los no modificables son aquellos en los que no tenemos influencia: sexo femenino; edad y factores hereditarios. Es muy importante que se entienda que la ausencia de factores de riesgo no excluye la posibilidad de tener la enfermedad, así como que su existencia no obliga a desarrollarla”, consideró.

Luego, infirió que es clave formar redes de autocuidado: “Este no es un concepto que se encuentre en las publicaciones académicas, pero me parece uno de los puntos más fuertes e interesantes para aplicar. Sabemos que los seres humanos podemos influir sobre los otros; si nos apoyamos y estimulamos a tomar acción entre nosotros, y esto implica que nos animamos a inspirar a otras mujeres, podremos influir positivamente en otras personas”.

“La premisa es empezar a comprometerse con esta causa y usar al mes de octubre como excusa. La propuesta es preguntarles a todas estas mujeres cercanas) madre, hermanas, amigas, vecinas, compañeras de trabajo) si ya hicieron su control mamario. Si lo hicieron, estimularlas para que extiendan y multipliquen esta red; y si aún no lo han realizado, recordarles lo importante que es el control y ayudarlas si tienen dificultades, por ejemplo, para agendar los turnos. Esto no es tarea exclusiva de las mujeres; si los varones se involucran, esta red se extiende y crece. “Los insto a que todos usen y muestren con orgullo el lazo rosado como demostración de su compromiso”, cerró.

Hay mucho por contar, hay mucho más por hacer. La información es la llave para poder tomar buenas decisiones. Empecemos por nosotras e inspiremos al resto. El diagnóstico temprano y la curación del cáncer de mama son posibles.

Para más información acerca de salud mamaria, podés encontrarla en las redes (IG: @mastologa; FB: Mastologa) o en www.mastologa.com.ar.

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