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a horas de la final

El último banderazo argentino en Doha fue el más multitudinario

Volvieron a desplegarse las banderas gigantes y se sumó una nueva con la inscripción “qué mirás bobo”.

En la capital de Qatar se vive la noche de las últimas veces. La última vez que Leo Messi comparte una práctica con la Selección argentina. La previa al partido que bajará el telón de esta copa del mundo. Y será también la última vez que los argentinos se junten en el centro de la capital qatarí para brindar su aliento a los jugadores que este domingo irán por la gloria eterna.

Pasadas las 6 de la tarde hora local (el mediodía en la Argentina) arrancó el último banderazo argentino en suelo qatarí. El séptimo desde que arrancó la excursión de la Selección de Scaloni por este Mundial. Por más de dos horas volvieron a repetirse esos momentos de catarsis colectiva, de unión para cantar al aire que mañana puede ser el día. El gran día.

La convocatoria de la hinchada argentina volvió a ser en el lugar de siempre: frente a la escultura del dedo en el Souq Waqif. Ya casi sin turistas, los locales y los que trabajan en Doha se congregaron en ese sitio para ver una de las grandes atracciones de esta cita: los cantitos de los hinchas con camisetas celeste y blanca.

Volvieron a desplegarse las banderas gigantes de Maradona y se sumó una nueva con la inscripción “qué mirás bobo”, la imagen de Messi y también la de Riquelme. Fue el más multitudinario hasta el momento. El que más fuerte se gritó “que mañana cueste lo que cueste, que mañana tenemos que ganar”.

El himno de “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” sonó a un volumen nunca antes registrado en la noche de Doha. Es el tema esperado por árabes, indios y bangladesíes, los hinchas prestados que muestran su favoritismo por la Argentina en la final del mundo. En perfecto español, hombres vestidos con túnicas y turbantes entonaron varias veces “con don Diego y doña Tota, alentándolo a Lionel”.

Cerca de 2 mil argentinos se congregaron esta noche. Son parte de los más de 30 mil que estarán mañana en el estadio de Lusail apoyando a la Selección. Para la última función mundialista hay preparado cotillón de cancha argentina: banderas de tira, miles de globos e insignias albicelestes.

“Volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como en el 86″, resonó como pocas veces en la estadía argentina en Qatar.

La mayor movilización fuera de Sudamérica

Según el Comité Supremo qatarí, hasta la semana pasada habían ingresado a este país 21 mil personas con pasaporte argentino. A ellos hay que sumarles los hinchas que tienen otros pasaportes, como los europeos, y los que ingresaron en estos últimos días y todavía no figuran en los registros oficiales.

A lo largo de este mes mundialista hubo renovación de argentinos, pero ese número se mantuvo constante. Se estima entonces que llegaron en total más de cuarenta mil personas a alentar a la Selección, la mayoría desde la Argentina.

Para la semifinal contra Croacia y la final contra Francia, arribaron esta semana al aeropuerto internacional de esta ciudad seis vuelos charter de Aerolíneas Argentinas. También hubo vuelos de línea de otras compañías que trajeron argentinos.

Cuando mañana se abra el estadio, los más de 30 mil argentinos presentes darán rienda suelta a, según ellos, un recibimiento nunca visto en la historia de los Mundiales. Como se anuncia en varios grupos de WhatsApp de hinchas repartidos por Doha, en Lusail habrá siete mil banderas celestes y blancas, globos y hasta banderas de tira. Un recibimiento de cualquier hinchada en una cancha argentina.

Qué pasará después de la final estará atado al resultado final. Por un lado, están preparados dos vuelos para trasladar a la delegación completa hasta Ezeiza. Las autoridades de la AFA guardan con recelo la decisión final: si habrá caravana hasta la Casa Rosada y subida al balcón, como pasó en 1986 y 1990.

Lo que sí está definido, es que el campeón de mañana desfilará por las calles del boulevard de Lusail en un micro descapotable. Esa celebración coincidirá con los miles de hinchas que salgan del estadio y la multitud que estará celebrando desde temprano el día más importante para los qataríes, el Día del Fundador.

Fuente: La Nación

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