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política

“Militar contra las vacunas es miserable”

El gobrnador Kicillof habló sobre la temporada, el inicio escolar, las PASO, el PJ bonaerense, Bullrich. Considera que “la campaña anti vacunas está liquidada”.

Axel Kicillof concluye que él también podría anunciar con bombos y platillos que el 17 de febrero empiezan las clases en la provincia que gobierna. Será la fecha en que retomará, una vez vacunados los docentes y auxiliares de riesgo, el grupo de chicos y chicas que tuvo mayores dificultades para sostener el vínculo el año pasado. Dice que elige, sin embargo, mantenerse “por fuera del marketing para explicar las cosas claramente”, y anunciar el 1° de marzo para el inicio mayoritario, con un protocolo que contempla grupos reducidos en las aulas para mantener las distancias, una mixtura entre presencialidad y virtualidad, y, según se espera, toda la población docente y no docente vacunada para ese entonces (o al menos los que así lo decidan, ya que la vacunación es voluntaria).

“Los que cerraron escuelas y desfinanciaron el sistema educativo ahora dicen que están a favor de la educación. Parece que caés en la educación pública, y ya que caíste, te quieren contagiar. Tiene patas cortas”, dispara el gobernador de la provincia de Buenos Aires a sus vecinos de distrito.

Tiene a mano las cifras de cierre del viernes: en la provincia hay 101.000 vacunados y 1.205.000 pre inscriptos para hacerlo. “Yo tenía alguna inquietud cuando lanzamos la preinscripción para la vacunación, sobre qué llegada había tenido la campaña antivacunas. Y la verdad es que en poco menos de un mes, y sin hacer ninguna acción comunicacional fuerte, superamos el millón de inscriptos. Yo creo que la campaña antivacunas está liquidada”, se alegra.

Desde Chapadmalal, donde se instaló en enero con su esposa y sus dos hijos, y desde donde recorre la provincia para seguir, sobre todo, el ritmo de la temporada turística (estuvo en Pinamar, Monte Hermoso, Sierra de la Ventana), Kicillof hizo una evaluación de lo que va de temporada, contó cómo encaran el comienzo de clases, habló de las PASO, el PJ bonaerense, la provocación de Bullrich con los policías de la provincia. Y entre otras cosas recomendó a sus colegas porteños “vacunarse urgentemente”: “Poco después de la llegada de la vacuna, el jefe de Gobierno se contagió. Yo ya me había vacunado a esa altura, y el test previo a la segunda dosis mostró que mi cuerpo generó defensas contra el coronavirus”, comparó. 

–¿Qué evaluación hacen del verano?

–Hace tres meses parecía imposible que hubiera temporada, después de lo que habíamos visto en Europa, con su dura experiencia de verano con coronavirus, allá la afluencia de turistas estuvo en el 25% de lo habitual. Decidimos anticiparnos, por eso en octubre, pleno pico de la ola en la provincia, lanzamos medidas para asegurar la temporada. La alargamos, la iniciamos en noviembre y la extendimos hasta Semana Santa. Ampliamos el sistema de salud, preparamos un Operativo Sol novedoso, en un año muy complicado porque tuvimos a las fuerzas de seguridad trabajando sin vacaciones, y con muchos contagios. Trabajamos mucho con los intendentes. Y así tuvimos un diciembre que llegó a ser mejor que otros diciembres pre pandemia. Y en la primera quincena de enero, entre 60 y 70 por ciento de afluencia de turismo, una cifra que evaluamos como muy buena en este contexto. 

–Mar del Plata fue noticia en sentido contrario, por la baja afluencia y las obras que se bajaron de cartel.    

–Porque este fue un turismo distinto. Hubo una ocupación muy grande de casas con pileta, bungalows, cabañas, y no solo en las costa, sino en destinos menos tradicionales para enero. No se eligió el alojamiento bajo un solo techo, y efectivamente  hubo una caída fuerte de ocupación de los hoteles, y todo lo que son teatros y actividades culturales. Si bien las fomentamos y las permitimos con protocolos, la situación hizo que muchos prefirieran no exponerse. Como en todas las áreas, la pandemia afectó a todos pero en diferentes medidas. Pensando en eso lanzamos un fondo provincial para actividades culturales y turísticas de 300 millones de pesos, y ahora con la temporada empezada, lo reforzamos con 500 millones más, para todos los municipios de la provincia.

“Se hizo una campaña para que no se cumpla el aislamiento. Hay grupos que han hecho del incumplimiento una bandera”.

Campañas y cumplimientos

–Las fiestas clandestinas se instalaron como el gran problema epidemiológico en la costa. ¿Fue así?

–No sólo. Inesperadamente, a mediados de diciembre empezó a haber un crecimiento de los casos. En toda la provincia pasamos de 1.300 casos por día a 4.200, casi triplicamos la cantidad. Fue inesperado porque ocurrió a comienzo del verano y se había visto en Europa una segunda ola, pero de invierno. La preocupación era si era una segunda ola o si era sólo un brote. Hoy sabemos que fue esto último, asociado a las reuniones familiares, al relajamiento, justamente, por la baja de los contagios. Hubo que tomar medidas, hicimos cambios, impedimos actividades nocturnas. Atacamos el brote a tiempo y hoy los casos se estabilizaron, y hubo una caída en las últimas dos semanas. La idea nuestra fue salvar la temporada pese al aumento de casos. No nos dejamos correr por las campañas ni de la oposición ni de los medios opositores, con seriedad mantenemos la temporada funcionando y es un día a día, estamos atentos porque ante todo vamos a cuidar a la gente. En ocupación de camas nunca llegamos a tener una situación de alarma, no aumentó más allá del 56 por ciento en la provincia.   

–¿Los turistas en general cumplen los cuidados, entonces?

–Vemos un cumplimiento muy fuerte. Hasta se ve claramente del helicóptero, cómo se mantienen las burbujas y las distancias, donde se puede. Obviamente, también hay postales de incumplimiento. Y hay que cuidar a los que cumplen, que también son muchísimos jóvenes, con todo el adicional de sacrificio de ese sector que tiene que privarse de ciertas actividades de su edad, aun sabiendo que no son los que más van a sufrir la enfermedad si se contagian. Por eso creo que el esfuerzo de los jóvenes vale más, es un esfuerzo adicional de solidaridad. Y a los que incumplen, que no son sólo los jóvenes, hay que aplicar las sanciones del caso pero también seguir concientizando, porque se hizo una campaña para que no cumplan. Hay grupos que han hecho del incumplimiento una bandera.

–¿Dónde ubica esta campaña que alienta a no cuidarse?

–Se ha manifestado por el absurdo: cuando había muchas medidas de aislamiento y cuidado, las combatían. Cuando se fueron relajando, se quejaban de que había muchos contagios. Están en contra de las vacunas, de la Sputnik, pero después critican que son pocas dosis. No hay una conversación lógica y razonable para dar, es irracional, sobre todo porque estas posturas son carentes de propuestas. Además es una campaña que se monta sobre lo que todos vivimos: angustia, sensanción de indefensión, cansancio. Montados en eso generan conductas que terminan siendo muy nocivas. 

–¿Cómo responden desde la gestión?

–Es un trabajo cotidiano. Estamos haciendo un esfuerzo muy grande con el comité científico de la provincia y las explicaciones son permanentes: la aprobación de la Anmat, la cantidad de testeos, el origen de la vacuna. Como dije, el que ponga en duda las aprobaciones de la Anmat tiene que tirar todos los remedios del botiquín, es una autoridad de excelencia y reconocimiento internacional. La libertad de prensa tiene que ser totalmente amplia, pero caundo se discuten cuestiones de salud, y hay vidas en juego, recomendar que no se apliquen una vacuna, que es lo único que tenemos, con el esfuerzo grandísimo que hicimos para que lleguen en tiempo, forma y cantidad, es miserable. Militar contra las vacunas es algo muy miserable.

–En la ciudad el ministro de Salud sigue pidiendo informes técnicos, dice que la vacuna no es condición para empezar las clases. Los funcionarios no se vacunan, no hay un registro de preinscripción. ¿Cómo se coordina el AMBA?

–Si la autoridad sanitaria no estuviera a favor de las aprobaciones de la vacuna, no la estaría aplicando a su personal de salud, porque esa es su decisión. Cuando hicimos la reunión con el Presidente quedó claro que en las 24 jurisdicciones se están aplicando las dosis que llegan. Puede haber un doble discurso, pero en los hechos la Ciudad de Buenos Aires está aplicando la vacuna. Poco después de la llegada de la vacuna, el jefe de Gobierno se contagió. Yo ya me había vacunado a esa altura, y el test previo a la segunda dosis mostró que mi cuerpo generó defensas contra el coronavirus. Creo que los que cumplen funciones importantes deberían vacunarse urgentemente. 

“La provincia tuvo mucha más presencialidad que la ciudad de Buenos Aires. Lo que pasa es que no hicimos marketing con esto”.

Fuente: Página 12

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