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Volando Alto

La segunda parte de Top Gun, llega rasante e inesperada

Treinta y cuatro años después vuelve Maverick y en la piel de Tom Cruise.

Por Fernando Quiroga

Especial para La Brújula 24

Indefectiblemente, en la cultura retro, un avión militar de élite dando vueltas en el aire, una motocicleta, un joven tras oportunas gafas de sol y una campera con apliques, son sinónimos de la icónica Top Gun; la peli que en 1986 instaló a Tom Cruise como creciente sex symbol de la década sintética.

“Gallardía y arrojo” (términos propios de un discurso militar), glamour, emoción y una trama un tanto naif pero no por ello menos interesante, posicionaron inmejorablemente al aún hoy vigente actor y productor neoyorquino de 57 años, quien junto a Kelly Mc Gillis, inmortalizó la escena de amor ilustrada por Take my breath away, meses antes que la producción de Berlin gane el merecido Academy Award.

Siempre se vuelve al primer amor, reza el adagio de los nostálgicos, por lo que Cruise no sólo que nunca olvidó a su personaje volador, Pete “Maverick” Mitchell, sino que siempre tuvo muy presente el fuerte deseo de volver a interpretarlo.

Cultivando una amistad de toda la vida con el director Tony Scott, quien había dirigido la película original, durante diez años buscaron guionistas y perfeccionaron tramas para lograr una producción única que lograse un retorno más que esperado. Y lo lograron.

Fue en el año 2010, cuando los directivos de Paramount Pictures dijeron “No me asusta el acertijo” y le metieron pata al exitoso proyecto. El norte estaba claro: el productor debería de ser Jerry Bruckheimer; secundando al gran Tony quien retomaría la dirección. Sin embargo, tras la muerte de éste último en 2012, el sueño quedó frenado, sin miras de prosperar…

No fue hasta mayo de 2017 cuando se anunció oficialmente que la secuela de la insigne tira, volvería de la mano de Joseph Kosinski, el controvertido director de “Tron” y “Oblivion”.

Tom Cruise, desde su paradisíaca residencia frente al pacífico, tomando un café, mirando el mar y proyectando todo lo inusitado que vendría; pergeñó un guión asombroso:

Según sus ideas, Top Gun: Maverick transcurriría 34 años después de los eventos de la película original, mostrando al ya mítico Peter “Maverick” Mitchell, ahora en su rol de Capitán, como el nuevo instructor de vuelo de la academia de pilotos de combate Top Gun en California.

Coincidentemente, la nueva generación de aspirantes a pilotos, incluiría, entre los hombres (y ahora también mujeres) a Bradley, el hijo de Goose, personaje interpretado por Anthony Edwards en la tira original, compañero de Maverick que falleció en un accidente de vuelo. El vínculo paternal entre Maverick y Bradley, trazaría la columna vertebral de un relato de camaradería, amistad y muchísima emoción que, al igual que su precuela, quedaría grabado para siempre en nuestros corazones.

Que excelente fórmula!, será realmente así? El trailer no nos deja entrever mucho. Un Cruise maduro que podría ostentar mayor jerarquía aeronáutica, conversa con un superior más que respetable; el actor Ed Harris nos da información curricular de los años perdidos de la saga. Algunos acordes del Top Gun Anthem de Giorgio Moroder, anteceden sendos golpes emocionales; la moto corriendo al avión tras un despegue épico, las naves como vehículos no solamente de la gloria, sino también de aquel pasado que nos saluda desde amaneceres aurorales y visionarios a la vez…Tendremos que esperar hasta el 26 de junio de 2020, para darnos cuenta.

Como sea, la película producida por Bruckheimer, es, entre los regresos, uno que jamás fue esperado, y por ello paradójicamente, se lo aguarda más que a ninguno.

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