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Victoria Ojunián: una lección de optimismo y valentía frente al cáncer de mama

Tiene 39 años, es mamá y martillera. Cuando supo que tenía cáncer, transformó su lucha en una lección de optimismo y conciencia. Con el apoyo de su familia y amigos, comparte su experiencia para motivar a otras mujeres a priorizar los controles médicos y enfrentar la adversidad.

Por Cecilia Corradetti / [email protected] / Especial para La Brújula24

Victoria Ojunián tiene 39 años, es martillera y corredora pública y sobre todo, una fuente inagotable de alegría y optimismo. Desde su nacimiento se destaca por una energía positiva que contagia a quienes la rodean. Por eso, cuando le diagnosticaron cáncer de mama, decidió enfrentarlo con una actitud ejemplar y compartir su experiencia para inspirar a otras mujeres en la misma situación.

"Vicki", como la llaman sus amigos, es mamá de Ciro (14) y Franca (3) y está en pareja con “Seba”, un apoyo fundamental. También es nieta de Atilio "Cacho" Feliziani, una figura emblemática del Club Napostá. En septiembre, se sometió a una cirugía donde le extirparon un pecho, y aunque la quimioterapia fue un tema de debate entre los médicos, ella eligió realizarla como medida preventiva.

"Me corté el pelo gradualmente y, cuando en la segunda dosis de quimioterapia comenzó a caerse, decidí raparme. Lo tomé con naturalidad y lo compartí en redes para mostrarles el proceso a mis amigos y a las personas que me escriben", relata Victoria, quien irradia carisma y está siempre rodeada de afectos.

El apoyo de sus seres queridos fue clave: "La noche que me rapé, mis amigas vinieron a casa. Estar acompañada me ayudó a vivirlo sin estrés. Creo que el entorno lo es todo", asegura.

Sus principales inspiraciones son su mamá, Adriana Feliziani, quien también superó el cáncer de mama, y su hijo mayor, Ciro. Pero su influencia va más allá: "Vicki" tiene una red de personas que la quieren y confían en ella, incluidos sus numerosos clientes de "Victoria Ojunián Propiedades".

Además, su mensaje busca generar conciencia. "Me lo detectaron en un control de rutina. Si lo hubiera dejado pasar, quizás no lo habrían diagnosticado a tiempo", reflexiona.

Con una sonrisa, Victoria deja un consejo para otras mujeres: "Me propuse siempre estar bien para que mis hijos me vean feliz. Sé que todo va a estar bien. Esto no me define, sino cómo lo enfrento".

La historia de "Vicki", como testimonio de lucha, también invita a la prevención, el amor propio y la importancia de rodearse de afectos. Un ejemplo de que, incluso en los momentos más difíciles, el optimismo puede ser el mejor aliado.

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