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Fue víctima de un secuestro virtual

“Me decían que iban a cortarle un dedo a mi hijo”

La víctima detalló en La Brújula 24 el ardid de un grupo de ladrones que, mediante engaños, la despojaron de sus ahorros. “Me entró la desesperación”, recordó.

Foto ilustrativa

Una mujer de 80 años –prefirió no dar su nombre por temor-, tal como informó más temprano La Brújula 24, fue víctima de un secuestro virtual. A través de un engaño, ladrones hicieron que entregue una suma importante de dinero. Le aseguraban que tenían secuestrado a un familiar.

Esta mañana, todavía angustiada por lo ocurrido aunque más tranquila sabiendo que sus allegados están bien, la víctima dialogó con el móvil de la emisora y contó cómo le robaron anoche en su vivienda ubicada en Héroes de Malvinas al 600. “Ahora estoy bien, un poco shockeada nada más”, señaló.

Y relató: “Se llevaron lo que tenía en mi casa, me creí el verso, ya me han llamado en otra ocasión con historias similares, pero esta vez me agarraron. Me decían cómo hacer para entregar el dinero, que mi hijo tenía el labio roto y le iban a cortar el dedo. Pedían dólares, no tengo les dije, y concretamos que me iba a asomar a la puerta y dejar en el cordón en una bolsa”.

“Mientras hago eso, veo venir a un hombre por la calle, que es el que estaba haciendo la rondita. Cuando cerré con llave él pasó y lo agarró, pero no alcancé a ver su rostro. Eran dos personas las que me llamaban, uno me decía abuela como para que yo pensara que estaban en la casa. Me prohibieron llamar a mi nuera, porque me decían que iba a ser peor. Yo lloraba y le pedía que no lastimaran a nadie”, refirió la damnificada.

Y respecto del modus operandi de los amigos de lo ajeno, indicó que “me pedían joyas, pero lo único que tenía era una cadenita de oro. Querían 30 mil dólares, es una locura, pero les di lo que tenía. Estoy angustiada, preocupada, a veces digo me voy al diablo. Yo soy viuda, pero siempre veo a mis hijos y a mis nietos”.

“Habrán sido 10 o 15 minutos de conversación y me apuraban, que le iban a hacer tal o cual cosa a mi hijo. Me entró la desesperación, era la voz como la de mi hijo. Hasta sentí que decían abuela y pensé que era mi nieto. Después pasaron unas tres horas hasta que hablé con mi familia, no quería que nadie se mandara una macana y esta gente hiciera cualquier cosa”, lamentó.

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