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Larraburu dijo que ve “un gobierno cansado” y pidió “no fomentar la grieta”

El dirigente analizó la carta de Cristina Kirchner. Afirmó que “es una mujer que ha madurado y está preocupada por el país”. Además, le pasó factura al ex intendente Cristian Breitenstein.

El excandidato a intendente Dámaso Larraburu, habló esta mañana con el periodista Germán Sasso, por LA BRÚJULA 24, y abordó varias cuestiones.

Primero, el dirigente se refirió a la carta publicada por Cristina Kirchner, en la que habló sobre la necesidad de un gran acuerdo nacional para afrontar la crisis económica.

“La leí anoche muy tarde, y me parece que el país necesita bajar decibeles y sentarnos en una mesa. Algún día hay que hacerlo porque hay mucha gente que la está pasando mal. Y creo que el que convoca es el que gobierna”, dijo.

Y añadió: “Cristina es una mujer que ha madurado, fue inteligente en como definió la candidatura presidencial, porque se daba cuenta de que con ella a lo mejor no se ganaba. De todos modos el presidente es Fernández, no ella, y hace una carta como la dirigente importante que es”.

“Si fomentamos una grieta profunda, con una pandemia además inesperada, no es bueno lo que se avizora”, consideró el referente peronista. 

Luego, a modo de análisis comparativo, Larraburu hizo un repaso de lo ocurrido en el tiempo. “La Argentina tiene una historia. Por ejemplo, Perón se fue en medio de una revolución sangrienta, él metió preso a Balbín y sin embargo volvió para conciliar y cambió aquella famosa frase que decía que para un peronista no había nada mejor que otro peronista”.

“Al país había que pacificarlo, con lo cual yo creo que tenemos que demoler el ‘antitodo’, y la oposición también tiene una impronta. Hoy gobernar es muy duro, lo de la pandemia no es un tema que afecta solo a la Argentina, cuando uno mira la televisión del mundo ve que en todos lados es muy parecido el impacto”, sostuvo.

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Néstor Kirchner. “Lo escuché a Obiol, a quien le tengo mucho afecto. En el primer acto de campaña que se hizo, en febrero de 2003, en Bahía hubo tres oradores: la ex mujer de Felipe Solá que no había podido venir, hablé yo por el peronismo de Bahía y cerró el acto Néstor”.

“Necesitaríamos un programa entero para contar historias, Duhalde había delegado en su mano derecha el armado del Duhaldismo-Kirhnerismo, pero había una fuerte oposición de los que se llamaban los antiguos barones del conurbano”.

“A mi me mandaban a hacer el discursos entendiendo que Kirchner era el mejor candidato, porque De La Sota no subía en las encuestas a pesar de que era uno de los mejores dirigentes que conocí”.

“Había roces de los dos lados, un día el ‘Cuto’ Moreno me invitó a comer a la casa de Kirchner, a quien no conocía prácticamente. Comimos los 4 y yo le decía que Duhalde podía aportar para hacerlo llegar a la 2° vuelta, pero él decía que tenía tiempo de ser presidente”.

“Ahí vino el acercamiento, se llegó a esa unidad que fue fundamental para que Kirchner accediera a segunda vuelta y así comenzó la historia. A veces se sabe lo público pero no lo que se hizo en privado”.

“Me acuerdo que nos juntábamos en un restaurant en Puerto Madero que se llamaba ‘Puro humo’. -José- Pampuro me llamaba y me preguntaba cómo iba todo. Me decía siempre que la decisión de Duhalde era unir”. 

Cristina. “Todos cometemos errores. Yo creo que ella está preocupada por la situación del país. Lo que ocurre es que el presidente es Fernández. Me voy a copiar de lo que dice Jorge Asís: toda la culpa la tiene Cristina y el que conduce se llama Alberto Fernández, que es un hombre de mucho oficio”.

“Yo veo un gobierno cansado, que necesita oxígeno. Se nota un gobierno fatigado, y le han pasado cosas. La pandemia es como que la superamos, aunque no debiera ser así, pero se nota la fatiga. Uno ve políticas que no cierran, el país no atraviesa su mejor momento”.

Breitenstein. “En el 2009 él no quiso ser testimonial, en diciembre me iban a renovar en el Banco Provincia y no lo hicieron por eso. Me enteré cinco meses después, y por supuesto tuve una comunicación del Jefe de Gabinete, quien me dijo ‘lo paga el que manda y no el empleado’, pero para mí no era tan así”.

“Yo creía que él tenía que ser testimonial porque era un momento difícil, más allá que la gente no estaba de acuerdo”.

“Luego de que me dieran la salida del banco, a los cinco meses comimos en Nordelta con Massa, Montoya y el ex ntendente de Olavarría. Ahí volvimos, quedó de lado todo roce. En ese momento Kirchner me pidió que volviera a la actividad y lo hice con Santiago Montoya”.

“Es decir que Néstor me suspendió cinco meses. Luego, la paradoja del destino hizo que Breitenstein en 2011 fuera testimonial, porque no llegó ni siquiera a asumir. Lo dije públicamente en aquel momento, yo no estaba de acuerdo con que se burlara la voluntad popular. Creo que la política es una ciencia colectiva, pero él hizo la suya y fue una picardía para Bahía”.

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