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lo dijo un bahiense

Sin rastros del nadador: “El mar estaba difícil, pero no imposible”

Bernardo Feliú señaló que en la prueba de Necochea colapsó el sistema de rescate. “Estoy en contra de la masividad de inscriptos”, consideró.

La edición 2020 de la prueba necochense queda marcada por la desaparición de un nadador.

El operativo de búsqueda del nadador desaparecido el pasado sábado en el partido bonaerense de Necochea, continuaba hoy con el apoyo de fuerzas federales, provinciales y organizaciones locales. Uno de los participantes bahienses en la competencia Río Mar 2020 es Bernardo Feliú, experimentado en este tipo de aventuras donde se pone en juego el nivel de preparación para afrontar las complejidades de un trazado que requiere de un máximo adiestramiento previo.

En diálogo con LA BRÚJULA 24, Feliú (hermano del senador oficialista) contó que “me hubiera encantado ver algún equipo de rescate más, porque nunca sobran. No obstante, no estoy en condiciones de hablar de falla de seguridad. El colapso lleva a ciertas responsabilidades organizativas, pero los abandonos explican en alto grado esta situación. Mucha gente tal vez no estuvo preparada para soportar tres o cuatro horas de nado, sufriendo las consecuencias de la temperatura del mar. Todo eso es preparación y es allí donde también hago co-rresponsable a los entrenadores”.

“Es una competencia de aguas abiertas que consta de siete kilómetros de nado en el Río Quequén, luego el mar abierto y la competencia termina con tres kilómetros más hasta las playas de Necochea. Es de las carreras más hermosas y difíciles del país, sobretodo por el tramo de mar, porque allí radica la dificultad del agotamiento del final de la prueba, la temperatura del agua está un par de grados por debajo de la del río y los cuerpos lo sienten. Además, el viento y la bravura de las olas hacen su trabajo”, explicó en el programa “Bahía Hoy” sobre las características de la prueba.

Sobre lo ocurrido el sábado, detalló: “Está claro que el mar estaba movido y dificultoso de nadar. Había viento norte, el que en teoría uno piensa que plancha al agua, aunque en Necochea no ocurre lo mismo que en otras playas. Estaba difícil, pero no imposible. La situación de las olas de casi tres metros se dio en los últimos 150 metros, donde está la rompiente antes del final de la competencia. Si es la primera vez que te metés al mar y te encontrás con eso, vas a pedir salir. Pero si estás bien entrenado, para este tipo de carreras, se tratará de un mar complejo”.

“Dejar atrás la rompiente no es sencillo. Yo perdí las antiparras, pero en Necochea es casi un clásico que la salida haya sido difícil. Fue un momento de tensión. En mi caso particular, no puedo certificar la cantidad de gomones, semi rígidos y motos de agua para salvataje. Que quienes usan la banana haya colaborado con el rescate de gente me consta. Y que el sistema de seguridad colapsara también fue una realidad. Si media ciudad se pone a jugar con fuego, lo más probable es que no haya hospital del quemado que alcance. Conté más de 100 rescates, hubo 78 personas que abandonaron por hipotermia o agotamiento físico, hasta hubo 25 kayakistas rescatados”.

Por último, Feliú cerró resaltando: “Estamos hablando de un deporte extremo por la temperatura del agua, la profundidad y la distancia de la costa. Estoy totalmente en contra de la masividad de este evento porque 500 personas anotadas para participar, sin control del currículum y experiencia es un tema a revisar. No podemos subir 300 personas juntas al Lanín porque nos gusta escalar el Abra de la Ventana. El no control de los niveles de rendimiento previo de los nadadores tampoco estuvo, independientemente de la situación particular del chico desaparecido”.

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