Elizabeth es una de las fieles que concurría asiduamente junto a su hija al Templo Filadelfia. En diálogo con LA BRÚJULA 24, contó que en ningún momento le tocó vivir los vejámenes por los que Osvaldo Gutiérrez, Claudia Acosta y Carlos Barrionuevo, pastores que profesaban su fe en El Resero 669, se encuentran detenidos.

"Jamás me pidieron plata ni los papeles de mi casa. Pasaban con el diezmo, uno ponía lo que podía y quería. Mi hija iba a cantar las alabanzas con ellos. Al principio me sentí mal, porque para mi acá no pasaba nada. Todo lo que se dice creo que ocurría en Buenos Aires", contó la única que se animó a romper el silencio, ante la primera de las preguntas del periodista Germán Sasso.

Y agregó: "A Barrionuevo, Gutiérrez y Acosta los conozco. Hasta donde sé están presos. Le pregunté a mi hija si vio algo raro y me respondió que ella solo cantaba y leía la Biblia. Me acerqué a ellos a través de la Iglesia, empezó a ir mi hijo. Lo que es la parte religiosa, nunca vi nada raro. No puedo decir nada malo".

"La panificadora no es acá. No sabía que estas personas las manejaban. El vecino quizás no quiere hablar para no involucrarse, yo no tengo miedo. Han venido a casa a comer y si vuelven acá, regreso a la Iglesia. Creo que la gente que está acá quizás sean víctimas de los pastores mayores. Tía Eva y la Jefa -cabecillas a nivel nacional-- vinieron acá, las traté en el grupo. Nunca me ofrecieron trabajar en la panificadora", confesó.

Esta mañana, el Superintendente de Investigaciones del Tráfico de Drogas y Crimen Organizado de la Provincia, Gustavo Berdini, mencionó que esta banda desbaratada la semana pasada "explotaba el sentimiento de culpa de sus víctimas".