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Cantaro aseguró que su relación con dos narcos fue solo por una cervecería
El fiscal Cantaro declaró ayer ante el juez López Da Silva.

Juan Pablo Alonso, uno de los abogados defensores del fiscal Alejandro Cantaro que prestó declaración indagatoria ayer ante el juez Walter López Da Silva, sintetizó esta mañana en LA BRÚJULA 24 pormenores de la exposición del acusado de encubrir a una banda narco, quien se encuentra en uso de licencia psiquiátrica.

"La hipótesis que se está manejando desde hace un año de investigación tiene que ver con unas escuchas telefónicas en las que aparece el nombre de Cantaro, las cuales hacen mención a un presunto encubrimiento de una banda narco", destacó Alonso, ante la primera pregunta del periodista Germán Sasso.

El abogado Juan Pablo Alonso conversó con LA BRÚJULA 24.

Recapitulando, el abogado recordó que "Gauna San Millán es hijo de la hermana de quien fuera mujer de Cantaro, que falleció. Pusieron en Neuquén un negocio de venta de cerveza y Sebastián empezó a tener problemas de consumo de estupefacientes, lo que provocó que su madre lo eche de su casa. Ante ese desamparo, Cantaro lo recogió en su casa con varias condiciones, entre ellas que encamine su adicción. Lo ayudó con un psicólogo y un psiquiatra. Esos pocos meses que estuvo, Sebastián le planteó montar un local de venta de cervezas, para lo cual mi defendido le dio una mano".

"Ayer quedó probado que todo lo que se escuchaba en las escuchas telefónicas hacen mención a ese negocio. Se presentaron casi 100 fojas con la constitución de la sociedad, el alquiler del local, entre otros. Cantaro era el garante del local, desde ese lugar le dio una mano a su sobrino", sentenció el defensor del fiscal bahiense.

Luego, se expresó con relación al vínculo con uno de los allegados a San Millán: "Texido era empleado de esta distribuidora de cerveza, desde allí mi defendido se relacionó con él. Hay otros miembros de esta supuesta banda que no tiene ninguna conexión con Cantaro. Él solo conocía a su sobrino y a Texido. Es cierto que hay una conversación que no recordaba pero que podía obedecer a que el empleado de la distribuidora se quedó sin trabajo y le lavaba el auto a Cantaro".

"Texido estaba muy fastidiado con Gauna San Millán porque no había implementado el negocio para lo que lo había contratado. El sobrino de Cantaro desapareció en junio de 2017 y su tío se encargó de hacer el cierre del emprendimiento. Despidió al empleado, pagó la indemnización y este muchacho le ofreció hacerle un siliconado del auto al fiscal. Eso requería que se lave a mano. Lo habrá lavado cinco veces. Cantaro atribuyó una de esas escuchas al momento en el que este joven dejaba la llave del auto en el buzón de la casa", agregó.

Sobre el perfil del fiscal, Alonso lo graficó de la siguiente manera: "Cantaro es una persona muy campechana, trata del mismo modo a un juez o a un taxista. Gauna San Millán y Texido lo llamaban tío. No puedo descartar que estas personas hayan intentado chapear haciendo saber a terceros que el tío de Sebastián era fiscal y en función de eso querer sacar ventaja. De eso no se puede hacer cargo mi defendido porque en esas escuchas él no interviene".

"El expediente no tramitaba en la fiscalía de Cantaro y no hay ningún elemento que indique que las fuerzas de seguridad le transmitan información. No existe ninguna prueba que haya conocido la existencia de la investigación, ni siquiera ningún imputado de la fiscalía, del juzgado o la fuerza de seguridad", argumentó el abogado, quien también asesora a Roberto Baratta en la conocida causa de los cuadernos.

Y fue aún más allá: "La actitud de Cantaro fue muy transparente. Dijo que iba a contestar todas las preguntas y respondió a todo. Hay conversaciones en las que mi defendido es nombrado pero en las que él no participa. Se secuestraron seis dispositivos electrónicos, se peritaron todos y no salió ninguna comunicación que involucre al doctor con actividad de narcotráfico o filtraciones de información".

"En el expediente, respecto de que Cantaro consumía drogas, no hay nada. El juez le preguntó sobre esta situación y la negó categóricamente. Hablando en abstracto, no todos los que consumen son enfermos, algunos lo hacen con fines recreativos y hay jueces borrachos que compran sustancias legales y no están en condiciones de ejercer. Uno no puede decir que un juez que fuma un porro un sábado a la noche es menos probo que aquel que dicta sentencias borracho", ejemplificó, encendiendo la polémica.

Y finalizó: "El juez tiene diez días para definir la situación, puede procesar, sobreseer, o dictar la falta de mérito que sería un intermedio. Hay testigos que se ofrecieron para brindar su testimonio y existen algunas medidas de prueba pendientes. Mientras no haya una resolución definitiva, Cantaro se mantendría de licencia".



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