Las horas pasan y, con el paso de las mismas, las posibilidades de encontrar a Marcelo Díaz con vida ya son prácticamente nulas. El último viernes, se adentró --como lo hacía habitualmente-- en las aguas de Monte Hermoso junto a su hijo de 11 años y aún no hay rastros de su paradero.

Walter Ruppel es un histórico pescador y amigo de Díaz. En diálogo con LA BRÚJULA 24 relató lo sucedido y expuso sus conocimientos en la materia: "Es muy común entrar a la madrugada al mar y dormir apenas uno tira la red", aseguró.

"Según contó el nene , se acostaron adelante del rompeolas y cuando se despertaron, la lancha estaba llena de agua", resaltó Ruppel.

Consultado respecto a qué se debe hacer en estos casos, sentenció que "lo primero es tener los chalecos a mano y pedir auxilio. Quizás no le dio tiempo hacer la maniobra o toma una mala decisión. Al cortar el ancla, la misma ola pudo haberle hundido la lancha".

"Según relató el nene, su papá quiso poner en marcha la embarcación y vaciar la embarcación andando", añadió en otro tramo de la entrevista radial.

Además, reveló que "el chico se fue nadando a otra lancha. Incluso contó que vio cómo su papá se ahogaba", al tiempo que agregó: "Nosotros no nos acercamos, hoy la labor corre por cuenta de los buzos. Es prácticamente imposible que haya sobrevivido".

"Se encontró el punto donde se hundió la lancha, está la soga del ancla, pero más no sabemos. Está Prefectura trabajando, sabiendo que es muy improbable que el cuerpo esté en ese lugar. Para mi tiene que aparecer para el lado del este, siempre tienden a aparecer en aquel sector", enfatizó Ruppel.

Y finalizó mencionando que "la lancha se hundió a unos 5 mil metros de la costa, donde la profundidad es de entre 10 y 11 metros, es un lugar con muchas canaletas pero no es una zona muy honda".