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La importancia de educar y los riesgos de prohibir

A nivel global, existe una preocupación genuina por sobre el cuidado del medio ambiente y el planeta, siendo éste nuestro hábitat y fuente de vida. Bajo esta concepción, tanto los gobiernos provinciales como el ciudadano común, en muchos casos intentan recurrir a medidas drásticas, y a veces poco racionales, para retribuir todo el daño que se le hizo al planeta durante los últimos cientos de años. Sin embargo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a casi dos años de la prohibición de bolsas plásticas, se puede observar cómo la medida fue desfavorable tanto para la sociedad, la industria plástica fabricante de bolsas, así como para la industria recicladora.

En la Ciudad de Buenos Aires, a partir de 2017 se prohibió la entrega de bolsas plásticas de menos de 50 micrones en la línea de caja de los hipermercados y supermercados. A partir de enero de 2018 se comenzó a prohibir la entrega de todo tipo de bolsas plásticas de polietileno tipo camiseta en dichos establecimientos.

Previo a esta legislación, Ecoplas (entidad técnico profesional especializada en plástico y medioambiente), la CAIP (Cámara Argentina de la Industria Plástica), el IRAM y el Ministerio de Medio Ambiente de la CABA, crearon la Norma IRAM Nº 13.610 para homologar un tipo de bolsa plástica “tipo camiseta” de polietileno más grande y resistente que permitieran su reutilización y reciclado. Así, se adoptó el color negro para indicar que allí se trasladaban residuos orgánicos, y la verde, para los residuos reciclables. Con estas medidas, más la proliferación de campanas verdes cercanas a los domicilios, los puntos verdes en las plazas y una clara política pública de difusión orientada a los ciudadanos, se logró una importante modificación en los hábitos hogareños. Con este modelo (vigente desde el 2013 al 2016) se había logrado la reducción de un 70% del consumo de bolsas plásticas, en donde el sector privado representante de la industria plástica apoyó este consumo responsable más allá de que se vio afectada por la caída en la producción.

Tras la prohibición, los recuperadores urbanos agrupados en las Cooperativas, expresaron que se notaba un retroceso en la separación de residuos ya que debían volver a abrir las bolsas plásticas para hacerse de los materiales reciclables. Producto de este retroceso y según la información pública del CEAMSE, luego de 5 años consecutivos de reducción hubo un aumento del 0,6% de envío de residuos de la CABA en 2017 a rellenos sanitarios.

Desde hace más de un año, tanto Salta como Córdoba optaron por promover la utilización de la bolsa verde y negra normalizada por el IRAM para la separación de los residuos. Existen entidades técnico profesionales como Ecoplas, especializada en plástico y medio ambiente, que brindan soporte a la provincia capacitando a docentes de las escuelas y a los recuperadores urbanos para que reconozcan los tipos de plástico y puedan separar y enfardar para su posterior envío a la industria recicladora.

Ante este panorama, son pocos los gobiernos provinciales que toman conciencia y fomentan una economía circular a partir de la reciclabilidad del polietileno, como los sachet de leche y las bolsas plásticas, y su capacidad de ser reutilizado más de 5 veces. Existen empresas, que toman los residuos plásticos como materia prima para producciones innovadoras. Este es el caso de la empresa Arqlite, quien encontró un negocio rentable y sustentable a partir de la mezcla de diferentes polímeros plásticos diseñados para sustituir parte de los agregados gruesos utilizados en la preparación de hormigón. También se fabrican flejes usando como materia prima botellas recicladas y madera plástica a partir del reciclado de Polietileno y Polipropileno. Esto demuestra que los plásticos no son un residuo, son un recurso que se usa como materia prima.

Además, es indispensable la educación sobre la importancia y la forma de reciclar. Ecoplas brinda soporte a distintas provincias capacitando a docentes de las escuelas y a los recuperadores urbanos para que reconozcan los tipos de plásticos y puedan separar y enfardar para su posterior envío a la industria recicladora. Ecoplas ha capacitado a más de 2000 alumnos, 150 docentes y 500 recicladores urbanos.

“Vemos que existe un gran desconocimiento y prejuicio acerca de los plásticos. En nuestro país, es más fácil prohibir que educar. Las bolsas plásticas y films se pueden reciclar si las separarnos en el hogar y se transforman en bancos de plaza, mobiliarios para escuelas, bolsas de consorcio, madera plástica para decks, caños para uso agrícola”, indica Verónica Ramos, Gerente de Comunicación y Asuntos Públicos de Ecoplas.

El plástico es un material noble, inocuo y reciclable. Lamentablemente, en nuestro país la industria tiene una capacidad ociosa del 50% por la baja separación de los residuos y la ausencia de voluntad política de los Municipios en involucrarse en la gestión de los Residuos Sólidos Urbanos. Esto no solo perjudica al medio ambiente, sino que también indica que las políticas públicas necesitan ser más activas y constantes para educar al ciudadano, colaborando en crear el hábito.

Prohibir no es la solución. La industria productora de bolsas plásticas sufrió la pérdida de más de 1200 familias que quedaron sin trabajo, 3600 empleos indirectos afectados y $700 millones en pérdidas económicas. Reducir, reutilizar y reciclar continúan siendo las claves para que la llamada economía circular funcione.

Acerca de Ecoplas:

Asociación civil sin fines de lucro, especializada en el tratamiento de plásticos y medio ambiente que impulsa el desarrollo sustentable de la industria plástica. Conformada por profesionales y técnicos con una sólida trayectoria en el estudio y asesoramiento en las temáticas relacionadas a los plásticos y el medio ambiente. www.ecoplas.org.ar



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