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Causa Facundo: testigos bajo la lupa

Tal como viene haciendo LA BRÚJULA 24, seguimos revelando detalles exclusivos de la investigación. Y pese a los ataques, exhibiremos más pruebas, desmontando la “causa mediática”. Además, insultos de una periodista y denuncia. Peronistas en llamas. Y un comisario que se va.

Testigos de la querella, más que dudosos

Las únicas declaraciones en las que se basó la hipótesis de desaparición forzada “hacen agua por todos lados”. Los últimos acontecimientos sumaron nuevos elementos que a los investigadores les genera aún más desconfianza.

Cuando los armados mediáticos empiezan a caer y la verdad procesal trasciende, la sociedad está más cerca de conocer cómo fueron los hechos en su contexto histórico.

LA BRÚJULA 24 siempre informó sobre los elementos de la causa judicial y eso le valió difamaciones y ataques de aquellos que pretendieron seguir instalando una teoría muy alejada de las pruebas.

En este caso, no sorprende que los únicos testimonios en los que se basaron los abogados de la querella para sostener la hipótesis de “desaparición forzada” generen cada vez más dudas. Tras el hallazgo de la mochila, nuevos datos se sumaron a los que ya obraban en el expediente y ponían bajo la lupa las afirmaciones.

En sus declaraciones, los testigos aseguraron haber visto el 30 de abril a las 15:30 –cerca del ingreso a Mayor Buratovich– a un chico de similares características a las de Facundo, acercándose a un patrullero. La Justicia comprobó que no fue así.

Con distintos elementos de prueba, los investigadores lograron establecer que ese día y a esa hora Astudillo ya no estaba en Mayor Buratovich, sino que se encontraba en Teniente Origone.

Hasta ese momento, los investigadores pensaron que los testigos de la querella podían “estar confundidos”, pero con el correr de los días fueron apareciendo distintos hechos que comenzaron a poner en duda la buena fe de quienes prestaron testimonio.

Veamos.

Así como la productora rural que llevó a Facundo desde Origone hasta las vías aparece atravesando con su camioneta por la cámara lectora de patentes del control Fitosanitario -en un horario coincidente a su relato de los hechos-, el vehículo en el que dicen haberse movilizado los testigos de la querella nunca fue registrado egresando del partido de Villarino aquel 30 de abril. Sólo figura ingresando (sentido Bahía-Villarino) pasadas las 17:30 de ese mismo día. Es decir la tecnología pone en contradicción esos relatos.

Y como si todo esto fuera poco, el hallazgo de la mochila de Facundo hace más de una semana terminó por desvirtuar definitivamente los testimonios.

Al momento de prestar declaración, uno de los tres testigos de la querella afirmó que estaba seguro de que aquel chico era Facundo por la mochila marca Wilson. “Yo tengo una igual”, aseguró para dar certeza a sus dichos. Tal afirmación quedó absolutamente desmerecida hace una semana tras el hallazgo de la mochila con los documentos de Astudillo: se descubrió que nunca fue marca Wilson.

Y una más. Efectivos de las fuerzas federales reconstruyeron el recorrido que dicen haber hecho los testigos y se encontraron con una sorpresa: a la velocidad que viajaban es imposible observar todos los detalles (hasta el color de barbijo) y la secuencia temporal de Facundo que declaran haber observado. Hay un video que ya fue anexado al expediente que no deja lugar a dudas.

“Con estos elementos, en otro país, estos testigos terminaban presos. Ha quedado evidenciada la mendacidad de sus dichos de manera contundente. La prueba no solo demuestra que los hechos no sucedieron como relata esta gente, sino que hay indicios serios para entender que están mintiendo deliberadamente. Es muy grosero”, afirmó uno de los investigadores del caso.

Para el informante el detalle de la mochila pudo ser armado a partir de las versiones que desde el principio indicaban que Facundo “andaba con una mochila marca Wilson” pero que ahora se demostró que no era así.

“Es imposible que lo hayan visto el 30 de abril con una marca de mochila que –ahora podemos saber– nunca tuvo consigo ese día.  Creo que fue un dato agregado para hacer creíble el relato, creyendo que era esa marca de mochila la que llevaba el chico cuando desapareció, pero ahora ese mismo dato se les vuelve como un boomerang, haciéndole perder absoluta credibilidad”, expresó. Y agregó: “En cualquier juicio oral, quedarían procesados por falso testimonio. No estaban en el lugar que dijeron, no pasaron por el fitosanitario y ahora lo de la mochila. Es muy fuerte todo”. En resumen, y tal como viene informado este medio desde hace meses, la Justicia no ha encontrado evidencias para fundamentar la tesis de desaparición forzada. Y no solo eso, ahora puso el foco en la veracidad de los “testigos estrella”.

Meter el perro

Así como “no cierra” lo de los testigos con lo demostrado en la causa, en la Justicia también miran de reojo la actuación del adiestrador Marcos Herrero. Su perro ha marcado rastros de Facundo en cuanto patrullero y dependencia policial ha sido inspeccionada.

No solo las fuerzas federales (y sus perros) desmienten el trabajo del adiestrador contratado por la querella, sino que expertos en la materia ya opinaron y dejaron demasiado mal parado a Herrera. “Es imposible que un perro, ni siquiera el más entrenado del mundo, detecte el olor de una persona tantos meses después. Ese tipo de rastros no perduran más de dos o tres días”, explicó este fin de semana uno de los especialistas a esta sección.

Los expertos entienden que hay una “mala praxis flagrante” de parte del perito y que su trabajo “solo ensucia la causa”. Sobre el último hallazgo de una piedra “con esencia de Facundo” –en una segunda requisa– en el baúl de un patrullero Toyota, el especialista fue contundente: “Es el hazmerreír de todos los que trabajamos seriamente, la Justicia no debería permitir estos papelones. No solo es imposible que detecte ese rastro, sino que es un insulto a la inteligencia hacernos creer que si esos policías estuvieran involucrados iban a dejar un colgante en el baúl de un auto cuatro meses después o en el basural de una comisaria. Además el vehículo policial ya había sido examinado por la Federal y nada se había encontrado”.

La tecnología también ha refutado el accionar de Herrero. Por ejemplo, en el patrullero del policía González, el adiestrador afirmó que Facundo había estado a bordo de ese vehículo y aseguró que había sangre en el tapizado porque su animal “rascaba y se desesperaba”. Estudios de laboratorio lo desmintieron.

Así como gran cantidad de telas de asientos fueron recortadas y extraídas de los patrulleros señalados por el adiestrador, también otros elementos fueron secuestrados para posteriores peritajes. Todos han dado negativo.

“Si uno creyera que la técnica empleada fuera correcta habría que pensar que a Facundo lo fueron trasportando de patrullero a patrullero, bajándolo en distintas comisarías y no sé cuántos lugares más. Todo es ilógico y sin sentido. La verdad es que están jugando con un tema muy delicado”, expresó un indignado investigador.

Escándalo y denuncia contra una periodista

La semana pasada, la periodista local Verónica Saeta se despachó en Facebook con toda la furia contra un funcionario municipal y contra un empresario de medios.

En su posteo se refirió –sin nombrarlo– a un integrante del gabinete del intendente Héctor Gay al que llamó “el más cagón y corrupto de este gobierno”. También hizo referencia “al judío”, en supuesta alusión al dueño de un grupo de medios local entre las que se cuentan Radio 10 y Radio Mitre, al que acusó de “entregar cabezas” de periodistas a pedido de Alsina 65. Y como cierre, a ambos los trató de faltos de “decencia, dignidad y escrúpulos”.

Según comentan en los pasillos de esas emisoras, Saeta está enfurecida por la salida de su marido Daniel Ciampicini de un espacio en Radio Mitre hace algunos meses atrás.

Mientras ningún funcionario municipal se sintió aludido por el posteo de la comunicadora, el empresario Marcelo Wischñevsky recogió el guante y no la dejó pasar: ya se presentó ante una entidad de la colectividad por entender que fue un ataque por su condición de judío y además prepara una acción penal.

Continuará.

Peronistas furiosos

El jueves pasado, diputados kirchneristas de la legislatura bonaerense se negaron a rendirle homenaje a José Ignacio Rucci, el líder sindical peronista que fuera asesinado en 1973 por Montoneros.

Tal situación despertó críticas desde distintos sectores políticos. Uno de los comunicados más duros fue de la “Agrupación Propuesta Peronista”, entre cuyos dirigentes aparecen varios dirigentes bahienses y de la región como Juan Carlos Bonacorsi, Haroldo Lebed, “Cacho” Scavuzzo, Jorge Scoccia y Juan Carlos Correa.

En el texto se señala que “todo tiene su límite y siempre llega la gota que rebalsa el vaso. Es repudiable e inadmisible que el bloque de diputados que representa al peronismo en la legislatura no apoyara un homenaje a José Ignacio Rucci. Nos infiltraron, nos coparon, nos deformaron. Sí así de simple, pero ha llegado la hora de gritar BASTA”.

Y agregaron que “el pueblo peronista, lo tiene más claro, que los dirigentes, que por acción u omisión, se domesticaron bajo los estímulos del pragmatismo de sus ombligos. Pero cuando un pueblo se cansa, da un paso al frente y marca los límites. El cobarde asesinato de José Ignacio Rucci fue un golpe artero al Peronismo”.

“Nosotros sabemos bien lo que somos, somos lo que dicen nuestras veinte verdades, ni más ni menos. Por ejemplo, somos decididamente antimarxistas. Para los peronistas, Rucci será, por la eternidad símbolo de verdadera lealtad a la causa popular”, señala la carta a la que también suscribieron Hilda “Chiche” Duhalde, Mabel Muller, “Taty” Mackievi, Isidoro Lasso, Alberto Piotti y María del Carmen Falbo.

La fuga de la Sexta se lleva al comisario

Los reiterados y lamentables hechos sucedidos en el último tiempo en la Seccional Sexta de policía se llevarán puesto al comisario Marcos Ayusa.

La situación ya es insostenible y la figura del uniformado quedó desdibujada luego de que se le escaparan presos que limaron los barrotes. Ahora investigan si hubo negligencia o complicidad en el accionar de quienes estaban custodiando a los internos.

Y como dato no menor, no se puede dejar pasar que uno de los fugados fue Carlos Álvarez, uno de los involucrados en el asalto a la familia de contadores. Aquel robo derivó en la investigación contra varios efectivos bajo la sospecha de que habría “mejicaneado” a los delincuentes y se habrían guardado parte del botín con cientos de miles de dólares. Y que Álvarez sea uno de los que escapó sin problemas de la seccional llamó aún más la atención.

Ayusa será reemplazado por un comisario de apellido Varilla, que esperemos se mantenga firme como su apellido sugiere.

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