Marisa, una mujer que vive sobre calle Cabo Farina del barrio Villa Rosario, contó en LA BRÚJULA 24 que cada vez que llueve no puede llevar a su hija al jardín. Y lógicamente pide asfalto.
La nena está en silla de ruedas porque padece una discapacidad motriz y cuando se forman charcos y barro en las inmediaciones de su casa, se le hace imposible poder movilizarse por el sector.
"Anoche llovió y hoy salió el sol, pero no la puedo sacar igual. Muchas veces pasó que llueve el día lunes y tiene que faltar toda la semana. Es la última sala que está haciendo en el jardín y es muy importante porque el año que viene empieza la escuela", relató.
"Los vecinos tratamos de llenar un poco los agujeros, pero pasa la máquina y deja la tierra suela y se hace todo barro. Decidimos empezar a hacer los cortes para ver si tenemos la respuesta de alguien que esté a cargo. Necesitamos soluciones, que nos reciba el Intendente", sostuvo.