El hijo de la conductora de TV Federica Pais y el de un diplomático fueron detenidos acusados de robar bajo la modalidad de motochorros.
Las detenciones de Dante Casermeiro y Octavio Laje se produjeron anoche, en la localidad de Olivos, partido de Vicente López, luego que personal policial recibiera un alerta sobre un ilícito cometido por dos sujetos que se desplazaban en moto.
Según trascendió, Octavio Laje es hijo de Guillermo Laje, un diplomático que trabajó junto a su primo, el economista y dirigente Martín Lousteau, cuando éste fue embajador en Estados Unidos.
Los jóvenes circulaban en una moto marca Suzuki AX 100 sin patente que luego se determinó es propiedad de Laje, quien actuaba como chofer y Casermeiro de acompañante.
En poder de los detenidos se incautó sus teléfonos celulares, un martillo casero como para romper cristales, un blister con psicofármacos, un DNI de mujer y un juego de llaves que le pertenece a una mujer asaltada el sábado en Martínez.
Un jefe policial indicó a Télam que Casermeiro y Laje “podrían ser autores de tres robos cometidos en la zona norte”.
Según detallaron las fuentes consultadas, el hecho por el que fueron detenidos ocurrió a las 17 de ayer en la cuadra de Pedro Goyena al 3100 de Olivos, cuando la víctima, una chica de 27 años, fue interceptada en la puerta de su casa por dos motochorros con su casco colocado que le apuntaron en el pecho con un arma y le exigieron la entrega de sus pertenencias.
La joven contó que ella se puso muy nerviosa y en el lugar se produjo un forcejeo por su cartera cuando un hombre que también circulaba en moto que pasaba por el lugar y advirtió sus pedidos de auxilio, se acercó para ayudarla.
Ante su intervención, el ladrón que viajaba de acompañante le apuntó con el arma al motoquero y luego los motochorros emprendieron la fuga.
La misma persona que ayudó a la víctima comenzó a perseguir a los delincuentes y en el recorrido pudo avisarle a un móvil de la policía local lo que había sucedido, por lo que así se montó el operativo cerrojo que culminó con la detención de los sospechosos.
Lo singular del hecho es que cuando los policías lograron detener a los presuntos motochorros varias personas se aproximaron al lugar y manifestaron haber sido víctimas de los sujetos detenidos.