Sandra Arbilla atendía la verdulería donde trabajaba desde hacía una semana, en Don Bosco y Manuel Molina, sin pensar que serían sus últimos minutos de vida.

Era el 17 de febrero del año pasado. Un cliente la encontró tendida en el piso en medio de un gran charco de sangre, producto de al menos 30 puñaladas que recibió.

A casi un año del brutal crimen nada se sabe del asesino.

Roberto Arbilla, padre de la víctima, admitió que junto a su familia "vivimos el día a día, con angustia, sin tener nada, ni una pista".

Dijo que el miércoles se reunió con el fiscal de la causa, doctor Jorge Viego, para conocer detalles de la investigación, por el momento sin ningún avance.

"No tienen nada, ninguna pista firme", reiteró Roberto y sobre las sospechosas que recaían sobre la pareja de Sandra fue contundente: "Para nosotros no hay ninguna sospecha en su contra".

" La Justicia es muy lenta y la desesperación nuestra, así como estamos, nos va a terminar matando", reconoció Roberto al programa Deberías Saberlo.

"¿Cómo se hace para sobrellevar esto?", se preguntó y sostuvo: "Ojalá nunca le pase a nadie, es muy terrible".

Roberto estuvo hace cuatro meses en la Jefatura Departamental con Gustavo Maldonado, superintendente de Seguridad Regional Sur, y el comisario mayor Claudio Petrizán.

"No me supieron dar una respuesta y son ellos los que tienen que moverse. No quiero que este crimen quede impune, que sea uno más", pidió el padre de la mujer asesinada.