Gilberto es un venezolano que hace más de un año llegó a la Argentina. Trabaja como camarero en un conocido café de Soler e Yrigoyen y, como miles de sus compatriotas, busca salir adelante.

Pero no puede olvidarse de todo, de sus raíces. Le resulta inevitable ponerse mal por lo que pasa en su tierra natal. "La situación está muy tensa, a la espera para que los militares tengan algún líder al cual seguir, pero que no haya más heridos".

"Todos los días le disparan a la gente en la calle, vive todo el mundo encerrado en su casa", dijo. Sobre su llegada a Argentina, Gilberto remarcó que "llegué en noviembre del 2017 y tuve una recepción muy linda, la verdad que no puedo quejarme de nada en ese sentido". 

"El año pasado me dediqué a trabajar, y ahora quiero seguir estudiando -veterinaria- en Tandil. En Bahía tengo a mi hermano y a mi prima, pero el resto de mis familiares siguen allí, en Valencia, a dos horas de Caracas. Allí fue una de las partes donde hubo un rayo de esperanza porque la policía se puso de lado de los manifestantes, algo que no había pasado nunca", comentó.

"Para mi padre, en cambio, que vive en otra ciudad, la situación es mucho más difícil y le cuesta conseguir la comida para sus hijos". 

Y consultado respecto de lo que espera que pase con el régimen de Maduro, señaló que "tienen que nombrar un mando militar y tomar Miraflores hasta que renuncie. Sólo nos queda esperar".