Una lluvia de piedras, varios móviles abollados, un grupo de vecinos más que enojados, y todo por una moto que debía ser secuestrada.
Lo cierto es que minutos antes de las 22, en la esquina de Zelarrayán y Roberto Arlt, un operativo de rutina por parte de la policía detectó una moto que, por problemas de papeles, debía ser retenida.
Tanto el conductor, como los vecinos de Villa Duprat que se fueron acercando, no tenían intenciones de entregar el rodado; y los ánimos se fueron caldeando.
Del griterío al insulto fue cuestión de segundos, y acto seguido, las piedras que empezaron a volar. Rápidamente llegó el apoyo policial, pero ni esto calmó a los vecinos.
Como pudo, la fuerza de seguridad cargó en una camioneta la moto secuestrada, y dejó el lugar con dirección a comisaría Séptima.