La Justicia Federal desarticuló en las últimas horas una mega banda de estafadores colombianos que operaba en toda la Argentina y que, incluso, tenía a uno de sus cabecillas instalado en Bahía, quien estaba a cargo de todo el sur del país.
Fuentes consultadas por LA BRÚJULA 24 explicaron que se trató de una operación llamada "Cafetera Financiera", mediante la cual un grupo de extranjeros empleaba el "gota a gota" para extorsionar clientes con préstamos impagables.
La investigación derivó en múltipleas allanamientos tanto en Bahía, como en Mar del Plata y Batán, y en total se detuvo a siete personas acusadas de lavar dinero del narcotráfico y captar "soldados" para el tráfico de estupefacientes.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, comenzó a investigar a esta organización criminal en febrero del año pasado en la mencionada localidad balnearia y dio cuenta de las conexiones en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires.
De esta forma, la Policía Federal Argentina acumuló las pruebas necesarias para conocer a fondo el “modus operandi” y arrestar a los integrantes de la banda, todos de nacionalidad colombiana.
Los imputados habían montado un comercio para la venta de muebles de muy baja calidad, con el pretexto de ofrecer préstamos con tasas de interés usurarias a personas vulnerables sin acceso al crédito. Era entonces cuando se ponía en marcha la metodología del “gota a gota”: se exigía a los damnificados el pago diario y, al no poder afrontarlo, eran extorsionados y despojados de sus viviendas, vehículos y pertenencias.
Conscientes de los efectos que el “gota a gota” ha tenido en otros países como México y Brasil, donde se ha cobrado la vida tanto de quienes no pudieron afrontar los pagos como de algunos cobradores (el primer eslabón de la cadena criminal), el personal de la Agencia Regional Mar del Plata de la Policía Federal –institución que comanda Néstor Roncaglia- sumó elementos que probaban los contratos clandestinos, a través de seguimientos y escuchas telefónicas sobre los miembros de la organización trasnacional.
Así fue como identificaron los distintos roles y las jerarquías dentro de la banda. Los dos cabecillas eran un sujeto de apellido Uver, quien oficiaba como el articulador de los “soldados cobradores”, y Jair Alirio David Santa María, el jefe que dirigía desde su vivienda de Bahía Blanca, ubicada en calle Terrada al 2000.
Personal ligado a los operativos le confió a la redacción de este medio que en dicho inmueble fueron hallados poco más de 500 mil pesos en efectivo, además de máquinas de contar dinero, celulares, computadoras y variada documentación relacionada con la causa.
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