El 14 de agosto de hace 25 años, la desaparición de Ivonne Gallardo movilizó virtualmente a todas las fuerzas de seguridad de Bahía Blanca y la región. También la población se sumó a la búsqueda de la niña, que había sido vista por última vez por su madre, en la casa de su amiga Patricia Delgado, en Pasaje Podestá al 1000.
Fue tal vez el operativo más intenso desplegado en la ciudad, aunque no arrojó ningún resultado. Recién siete meses después --en marzo de 1994--, por casualidad el cadáver de la niña fue hallado cubierto de sal en una barraca abandonada en Río Negro al 1100.
Nuevamente se intensificó la búsqueda, pero esta vez al autor del crimen. Como las frustraciones de los investigadores continuaban, las autoridades policiales de la provincia decidieron enviar un grupo especializado desde Mar del Plata, que intensificó la investigación.
A mediados de julio, al ser interrogada, en presencia de un juez y un fiscal, Patricia Delgado apuntó a su cuñado, Héctor "Cheto" Medel, como el responsable de la muerte de Ivonne, en un incidente ocurrido en su propia vivienda.
Medel --quien tenía antecedentes por delitos contra la propiedad-- fue detenido, aunque siempre negó su autoría en el homicidio. Días después su cuñada se desdijo de su anterior testimonio y reconoció que había mentido porque había sido presionada por la policía.
Pese a esto, el entonces juez Juan Leopoldo Velázquez, dictó la prisión preventiva del "Cheto", medida que luego fue revocada por la Cámara de Apelación y dejó el libertad a Medel.
En cuanto a la causa principal por la muerte de Ivonne, pasó a manos de la jueza María Pía Fava de Solana quien, al no haber avanzado la investigación, a fines de febrero de 1997, dispuso el sobreseimiento provisorio del "Cheto" Medel. La fiscalía apeló la resolución, pero el tribunal de alzada la confirmó.
Desde ese momento se realizaron vanos intentos judiciales y policiales para reunir pruebas que permitieran reabrir el caso. En junio de 2000, al transcurrir los plazos que fija el Código Penal, el juez de Transición Nº 2, Miguel Adrover, sobreseyó definitivamente a Medel. Es decir que se perdió toda posibilidad de volver a ser inculpado.
Aunque se afirma en la expresión popular que "el tiempo todo lo cura", al menos, 25 años después, sigue latente el recuerdo, el dolor y la impotencia de no saber cómo y de qué manera fueron los últimos minutos de vida la pequeña Ivonne.
Una herida abierta en el corazón
"Realmente estas fechas son muy dolorosas. No hay Justicia, al menos para nuestra familia", sostuvo Susana, tía de la pequeña asesinada.
La mujer reconoció que a más de dos décadas del crimen "seguimos con una herida abierta en el corazón". "Sabemos que descansa en paz y su papá también --por José Gallardo--, pero eso de no saber quién fue, aunque nosotros sabemos muy bien quién fue", aclaró a la redacción de La Brújula 24.
Y destacó que "el crimen de Ivonne tuvo mucha repercusión, pero en la gente no en la Justicia, que nos abandonó lamentablemente".
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