Francisco Frizza era uno de los mejores amigos de Ariel Federico Ruiz, el hombre de 44 años que murió ayer luego de caer desde 14 metros, a raíz de una piedra que se desprendió, cuando practicaba rappel en el cerro Napostá.

En diálogo con LA BRÚJULA 24 FM 93.1, Frizza, que además es Juez de Paz de Tornquist, contó que aún está "shockeado y conmocionado" por la noticia, aclarando que no hubo ninguna falla en las medidas de seguridad.

"Ayer, Ariel y otro amigo de él estaban en la quebrada del Napostá, que es un lugar muy trabado porque estaban equipando una pared, es decir, colocando seguros para llevar gente a practicar escalada. Son de las personas más profesionales que conozco en este ambiente", destacó en el programa "Bahía Hoy".

Al tiempo que añadió: "Tengo entendido, según me comentaron los Bomberos, que cuando llegó a cierta altura, decidió descender, el seguro donde estaba colocada la cuerda se desprendió con todo el bloque de piedras. No fue una falla del dispositivo, se vino la pared".

"Cayó desde 16 metros, según midió un drone. Fue una caída de mucha altura, falleciendo en el acto. Es un terreno absolutamente complicado porque, para encontrar este tipo de paredes verticales tenés que adentrarte en los cañadones y las partes más altas de las sierras", sintetizó en otro tramo de la entrevista radial.

Y resaltó: "Si bien esto no es la cordillera, si querés buscar dificultad la podés encontrar. Todo el peso del cuerpo queda en el gancho. Cualquier cuerda que veas para escalar resiste 2 mil kilos de caída. El equipo es seguro para que se descuelguen diez personas a la vez. Lo que falló es la piedra, que estaba muy podrida. A veces aparentan seguras y cuando te afirmás con el peso te das cuenta que no lo es tal".

"Ariel era el tipo con más conocimiento que he conocido en la región. Con él escalaba tranquilo y confiado. Era por demás cuidadoso de la seguridad y se capacitaba. Por eso me sorprendió aún más la noticia. Todo lo que dependía de la seguridad, él lo hizo. Murió en su ley", finalizó Frizza, conmovido por la pérdida de un ser querido.