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habló su abogada

“Cuando Suárez escuchó que no era culpable lanzó un llanto de desahogo”

Virginia Stacco describió cómo recibió su cliente la decisión del jurado. Aseguró que él no mató a Denda. Y lanzó: “Últimamente, parece que es mejor un inocente preso que el delincuente libre”.

Fotos: Pablo Noir (La Brújula 24).

La abogada Virginia Stacco visitó los estudios de LA BRÚJULA 24, el día después de que un jurado popular hallara no culpable a su cliente, José María Suárez, por el crimen de su vecina, Zulema Denda, ocurrido a mediados de abril de 2022 en una vivienda del Barrio Cooperación.

“Siempre se sostuvo desde nuestro lugar que era inocente. Fueron dos años tratando de probar que no era culpable. No es el asesino de Denda, quería mucho a la señora. El jurado percibió, cuando él declaró, que trató de ser alguien que intentaba permanecer fuerte por su familia. Yo le decía que se estaba jugando la vida y él me decía que estaba tranquilo y que Dios lo iba a ayudar e iba a hacer Justicia. Cuando declaró, quería llorar, pero seguía adelante”.

“Al escuchar que era declarado no culpable, todas esas emociones desbordaron. Fueron dos años largos para él. Antes no era usual que la defensa tuviera que probar la inocencia de los imputados. Hace un tiempo la carga probatoria y la culpabilidad se empezaron a invertir. Gracias al jurado tuvo buenos resultados. El fiscal estaba convencido, llevó su teoría a juicio, como a veces nos pasa a nosotros. A veces se pierde y otras se gana, es 50 y 50. Cuando una alega enfrente de un jurado es diferente a cuando lo hace enfrente de jueces técnicos”.

“Trato de ser informal, dejando de lado los términos que no son llanos. Los alegatos tuvieron un buen inicio y desarrollo. Llevaba planeado desarrollar la prueba y dar detalles, pero tuve que modificar la estrategia porque desde el otro lado, el fiscal habló de la defensa. Por eso tuve que defenderme a mí y al doctor (Sebastián) Martínez. Nadie quiere confundir a nadie, son métodos de interrogar, el fiscal decía que nosotros no dejábamos que los testigos puedan explayarse libremente. No fue un juicio aburrido, hubo momentos de tensión”.

“Uno se da cuenta cuando va convenciendo al jurado, pero eso te puede jugar en contra porque ve a uno que asiente con la cabeza, pero puede parecer que tiene buena onda y después te vota en contra. Por mi forma de hablar, busco a uno o dos que me tranquilizan. No es fácil explicarle a 12 personas y a los suplentes todo lo que estuviste estudiando y leyendo, no solo sobre la causa, sino también sobre Derecho. Nunca afirmé que era una causa trucha o armada”.

“Mi cliente no rompió la tarjeta de memoria, no sabemos qué pasó o si ocurrió sin querer. El técnico dijo que era una lámina muy débil y que se dobla fácilmente cuando se saca o se pone en un dispositivo. No creo que sea usual que alguien que mató a alguien sea el que denuncie el hecho. La Policía fue a hacer un procedimiento común y corriente como un inicio. Si se hubiese hecho bien esa tarea, se habría sabido si la tarjeta estaba o no rota. Como le dicen a todo testigo, mi cliente sostuvo esa prueba”.

“Las personas que él conocía y también conocían a la víctima no le resultan sospechosas, fue todo muy raro porque no se puede determinar el momento exacto del homicidio, pero habría sido de madrugada. Le abrió la puerta y conocía a quien la mató. La señora tenía muy en privado su vida íntima, supongo que un amigo no va a ir a tomar mate en ese horario”.

“La tarjeta no está destruida, pero las imágenes no se pudieron extraer, tiene un pequeño doblez donde hay unos cables muy específicos. No estamos seguros que en esa memoria hayan existido imágenes del asesino porque se cortó la luz y las cámaras no funcionan, según dijo el técnico. Recibió seis puñaladas que provocaron el deceso y cuatro defensivas, la mataron en el living-cocina. No se sabe qué le robaron, se presume que se llevaron dinero y joyas, era una jubilada común y corriente, no era alguien adinerada. Hay fotos de ella que se presentaron como prueba, pero que no tienen fecha, por eso no se sabe si tenía esas joyas al momento del deceso”.

“Ella tiene una hija y una nieta que hacía muchos años que no veía, por eso no pudieron aportar datos de las amistades de la señora, declararon más en función de lo que decía el fiscal. Suárez cuando escuchó que no era culpable lanzó un llanto de desahogo, agradeciéndole a Dios. No creo que una abogada mujer convenza más a un jurado, no hago distinción de género”.

El fiscal Christian Long, integrante del programa “Bahía Hoy” en La Brújula 24.

“Ayer, tras el veredicto, escuché al fiscal decir que aún seguía convencido de su hipótesis, pero la decisión es irrecurrible, no se puede apelar. Suárez está con su familia, durmió por primera vez en su casa después de dos años y un mes en la cárcel de Villa Floresta. A las 19 de ayer llegó a su casa, lo liberaron desde el mismo penal, no se hizo efectiva su libertad desde la sala de audiencia”.

“Ayer hablé con Suárez y aún no se halla en su casa, es lógico después de tanto encierro que no pueda acostumbrarse, todavía le quedan familiares por ver. Sigue aún enganchado en el juicio, pero trato de explicarle que terminó. Tiene una mezcla de emociones muy grande”.

“Ahora parece que es mejor un inocente preso que un culpable libre, en este caso se hizo justicia pero se han condenado a inocentes. Ha pasado en casos vinculados con el género o con menores implicados, por eso ante la duda se condena. En teoría debería ser al revés, ahora las cosas variaron y parece que los defensores tenemos que estar probando la inocencia. Uno habla con los imputados y se da cuenta si cuentan la verdad, pero a veces no lo podés probar. Eso complica la situación”.

“En este caso, fue un alivio porque estar al lado de una persona que hace dos años viene afirmando ser inocente y escuchar una perpetua, hubiera sido desgarrador. Si son 15 o 20 años uno le puede conseguir un beneficio”.

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