WhatsApp de Publicidad
Seguinos

conmovedor

Tienen síndrome de Down, se comprometieron y viven juntos: la historia de Julieta y Sebastián

En el Día Internacional del Síndrome de Down, que se celebra hoy, Julieta Lugo y Sebastián Bostal demuestran la importancia de la inclusión verdadera. Ambos trabajan y aprenden, de la mano de una mamá muy presente, el sentido de la independencia.

Cecilia Corradetti / La Brújula24 / [email protected]

Con todo el amor y el romanticismo, Sebastián Bostal, de 33 años, se puso de rodillas y con los anillos de compromiso en sus manos le declaró su amor a Julieta Lugo, de 25. Ambos tienen Síndrome de Down. Las familias, que observaban la escena en el comedor de la casa de la novia, lloraban, aplaudían y grababan ese inolvidable momento con sus teléfonos celulares. Fue el 17 de abril de 2022.

“July” y “Seba”, que se conocieron en una juntada, conviven desde el primer día de este 2024 y lo hacen junto a Stella Promenzio, mamá de la novia, quien desde muy chiquita le enseñó a su hija que “iba a poder con todo”. Y lo logró.

“Con Sebastián nos conocimos por amigos en común. La vida nos cambió para bien, estamos súper felices y enamorados, preparándonos para un muy buen futuro”, se limitó a relatar Julieta a La Brújula 24, mientras exhibía fotos que los muestra en la playa, cumpleaños y paseos.

De a poco, ambos van aprendiendo las responsabilidades propias de la vida de una pareja y de una familia. Además de trabajar –ella en el Taller Protegido Santa Rita y él en una casa de deportes—ambos se ocupan de los quehaceres domésticos, de pagar impuestos, hacer mandados y otros menesteres. Además de pasear y disfrutar la vida al aire libre, como más les gusta.

“Soy una madre que trató siempre igual a Julieta que a sus hermanas. Si les abrí las puertas a los novios de mis otras hijas para que muchas veces se quedaran en casa, por qué no iba a hacerlo con ella. Las madres, en un principio, se horrorizaban. Yo les respondía que July es una persona como cualquier otra, que tenía que tener las mismas oportunidades”, relató Stella.

Julieta y Sebastián junto a la sobrina de ella, en un cumpleaños reciente

Lo cierto es que Stella, que es divorciada, decidió “preparar” a la pareja para cuando el día de mañana ella no esté. Precisamente, una de las grandes preocupaciones de los padres que tienen hijos con alguna discapacidad.

“Esta casa es de ella y no quisiera que en el futuro tenga que mudarse con sus hermanas, que tienen sus propias familias. Decidí enseñarle junto a Seba las responsabilidades y obligaciones de todo hogar. Es así que hacen de todo, desde cambiar las sábanas, preparar la comida, lavar el baño. Es un placer observar la evolución, juntos son una gran revelación”, confesó.

La primera vez que Julieta salió sola, dijo, “cortó clavos”.

“Fue caminando a buscar a Sebastián a su trabajo y afortunadamente todo salió bien. De allí en adelante empezó a manejarse sola. Lo único que les cuesta es el manejo del dinero, pero ya tienen su cuenta DNI y se terminaron los problemas”, relató.

“July” es el polo opuesto a “Seba”. Ella misma lo reconoce. “El prefiere no hablar porque es muy tímido”, aclaró. Stella dice que a su hija no hay manera de frenarla cuando toma confianza. Además, es muy activa, ya que más allá de su labor en Santa Rita, donde confecciona dulces caseros, escobillones y bolsas de residuos, entre otros productos, va al gimnasio y toma clases de teatro y violín.

“Finalizó sexto año en el colegio del Solar, donde siempre estuvo muy bien integrada, aunque con acompañantes terapéuticos. Jamás dejó de ir a ningún viaje escolar, a Cataratas del Iguazú, Buenos Aires y Mar del Plata, por ejemplo. Los docentes siempre la alentaron y felicitaron por su buena predisposición”, señaló la mamá.

El apoyo de Julieta durante toda su vida y el haber acudido a sus terapias, permitió que hoy tenga un vocabulario perfecto y casi no tiene errores de ortografía.

“Eso sí, hasta el día de hoy su fonaudióloga, psicóloga y psicopedagoga son esenciales”, aclaró.

Julieta nació el 17 de abril de 1998 y en la sala de partos (nació por cesárea) Stella, se enteró que la beba tenía Síndrome de Down. “Lloré desde un viernes al mediodía, cuando nació, hasta el sábado. Pero en un momento dije que era un desafío que la vida me ponía en el camino. Y me prometí que lo iba a pelear y a ganar. Hoy me siento orgullosa de mi hija”, confesó.

“Siempre le dije que podía, se lo repetía una y mil veces. La vida me mostró que no me equivocaba. Julieta puede con todo y ahora también demostró que puede tener su pareja y ser feliz”, concluyó.

Lo más leído