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"Me lloré todo"

Dieron de alta a uno de los heridos más graves de la tragedia de Bahiense del Norte

Ariel Ferro estuvo hasta los primeros días de marzo en el Instituto del Diagnóstico en Buenos Aires. “Aquel 16 de diciembre debería haber sido una fiesta”, lamentó en diálogo con La Brújula 24.

Cecilia Corradetti / La Brújula24 / [email protected]

Ariel Ferro acaba de celebrar, en su casa de Bahía Blanca, sus 46 años, aunque siente que volvió a nacer el 16 de diciembre de 2023, cuando, en medio del temporal que azotó a la ciudad, cedió el techo del Club Bahiense del Norte y resultó gravemente herido.

Mientras intenta recuperarse de a poco con el apoyo de sus tres hijos, contó que es encargado de una distribuidora de productos de consumo masivo. “Aquella noche fui con mi hijo mayor, Valentín, a ver patinar a mi hija Fiorella, de 17 años. Afortunadamente mi hija menor, Jazmín, no nos acompañó porque tenía un cumpleaños”, relató a este medio. Valentín también sufrió heridas aunque de menor consideración, entre ellas cortes en la cabeza, golpes en la cervical y columna además de fractura de tobillo.

En su cuenta de Facebook, Ariel posteó algunas palabras muy conmovedoras a poco de haber celebrado su cumpleaños junto a sus tres hijos. Esto fue lo que redactó:

“Llegué a casa a seguir con la recuperación junto a mi familia, amistades y desconocidos que estuvieron pendientes y mandaron buenas vibras. Festejé mis 46 años, ni bien llegué me lloré todo y pude contar lo que me pasó, soltar lo que viví junto a mi hijo. Fueron 74 días de internación”, comenzó.

Tras relatar que es oriundo de Coronel Dorrego, dijo que vive en Bahía Blanca desde hace 26 años. “Me fui del pueblo para estudiar y trabajar. Vivo hace 2 años y medio con mis hijos mayores, cuya mamá falleció por Covid. También tengo otra hija de 7. Los tres son lo más lindo que me pasó en la vida y daría todo por ellos”, agregó en el posteo.

“El 16 de diciembre pasado mi hija mayor tenía la gala de patín del Club Bahiense del Norte y estuve bordando lentejuelas para que esté hermosa. Debería haber sido una fiesta, pero fue una pesadilla. Se cayó la pared, la vi cuando caía y pude decirle a mi hijo que corriera, aunque también resultó herido. Recuerdo todo, por suerte y reconstruimos con mi hijo lo que sucedió desde dos ópticas muy triste”, dijo.

“Bajé de la tribuna utilizando los brazos, sentía las piernas pero no me respondían, estaban heridas con varios cortes, camino inolvidable, de terror. Me rompí la pelvis, el sacro, pie izquierdo y las vértebras, pasé 5 veces por el quirófano. Estuve consciente hasta que llegué al hospital dándole aliento a mi hijo. Luego me intubaron, me pusieron tutores en la pelvis y sacro, estuve entre la vida y la muerte tres días, no sabían si podía mover las extremidades. Gratamente y con dificultad pude, como también pude con las pesadillas que no cesaban. Aquí debo agradecer a mi hermano Germán”, continuó.

“Estuve 30 días en el Hospital Municipal de Bahía, al que agradezco profundamente. Y luego me trasladaron al Instituto del Diagnóstico de Buenos Aires por la gravedad del daño de columna. Estuve 44 días y pudieron frenar una infección, atacar una bacteria y me operaron de columna. Otra vez, gracias”, agregó.

“En esta odisea necesité de ustedes, cadenas de oración, dadores de sangre, etc. Mil gracias de corazón. Hoy sigo y seguiré recuperándome con mi familia que estuvo siempre conmigo, no hubiera podido sin ellos. Oscar Pichuin, mi papá de la vida, un ejemplo para mí, puso en pausa su vida para estar conmigo, cuidándome, manteniéndose entero para que yo siga, lo amo”, relató.

Dijo además que, en todos estos días, tuvo días buenos y malos, días que no lo frenada nada y algunos en los que se sentía cansado, sin fuerzas, no podía ver cómo su cuerpo herido había cambiado tanto de un día para otro.

“Acepté mi realidad y desde ahí sigo construyendo y cuidando mi cuerpo. Todos me dieron ánimo. Estoy dando mis primeros pasos, aprendiendo a caminar con otra perspectiva de la vida y valoro las cosas mínimas que no nos damos cuenta en el día a día”, reflexionó.

“No puedo dejar de pensar en las familias que sufrieron con lo que pasó, lo lamento mucho y les mando mucha fuerza, de algo debemos aferrarnos para seguir luego de todo lo que nos pasó”, concluyó, para sostener: “Gracias de corazón a todos los que de alguna manera estuvieron pendientes de lo que me pasaba. Que todo les vuelva multiplicado”.

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