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informe especial

La importancia de proteger los glaciares en la Argentina

Dónde se encuentran localizados. La polémica con la Ley Ómnibus que impulsa el Gobierno. Qué propone. La palabra de un especialista de Greenpeace.

Por Juan Tucat, periodista de La Brújula 24 (@TucatJuan)

Hace algunos días, se celebró el Día Nacional de los Glaciares en la Argentina. Es una fecha que suele pasar desapercibida en varios rincones del país, pero que reviste una gran importancia.

Lo que debemos conocer, a modo de introducción, tiene que ver con un poco de historia. Y eso, se sabe, nunca viene mal.

El 15 de febrero de 1877, Francisco Pascasio Moreno, conocido como Perito Moreno por su rol como representante argentino en el diferendo de los límites con Chile, arribó por primera vez al Lago Argentino, al que bautizó de dicha manera, y estuvo cerca muy del glaciar que actualmente lleva su nombre.

Motiva la fecha especial en nuestro país, el espíritu de protección para estos magníficos y vitales campos de hielo, que sirven como reserva de agua dulce y cuya belleza es uno de los principales atractivos de la Patagonia.

El Perito Moreno es uno de los glaciares más visitados por turistas extranjeros.

Localización

Los glaciares se encuentran al oeste de la Argentina, se distribuyen a lo largo de unos 3500 kilómetros en la Cordillera de los Andes y están presentes en 12 provincias y 39 cuencas hídricas.

Los glaciares y otras crioformas tienen una contribución muy importante al caudal de los ríos andinos, ya que aportan volúmenes significativos de agua de deshielo y ayudan a minimizar el impacto de las sequías.

Es por eso que deben ser estudiados, monitoreados y protegidos para poder conocerlos y preservarlos en su estado natural.

La polémica con la “Ley Ómnibus”

Leonel Mingo, coordinador de campañas de Greenpeace, explicó en La Brújula 24 que “el área periglaciar, según la Ley de Glaciares del 2009, es el área de suelos congelados que ayudan al equilibrio del lugar. Por lo tanto, como lo define la ley, es de vital importancia porque en sí mismo representa un reservorio de agua dulce”.

“Los glaciares son uno de los principales reservorios que tiene el planeta, y nosotros como país somos uno de los que más glaciares tienen, a no ser que lo destruyan con esta modificación de la ley que quieren impulsar”.

¿Que propone la ley del Gobierno?

“En el 2009, después de mucho esfuerzo, se sancionó una ley que incluso fue vetada en su momento por Cristina Kirchner. Tenía como objetivo, y de hecho se transformó en un ejemplo mundial, contar con una herramienta para proteger los glaciares de la minería, que es la principal actividad industrial que los destruye”.

“El gobierno de San Juan impulsado por -José Luis- Gioja quiso tildar inconstitucional esa ley, argumentando que impedía el desarrollo minero. Pero en el 2019, la Suprema Corte dictaminó a favor del sector ambiental, alegando que es totalmente constitucional la protección de los glaciares”, expuso el especialista.

Y respecto de lo que ocurre en la actualidad, dijo que “esta modificación que quiere impulsar el Ejecutivo no es algo nuevo, es parte de una pelea que tiene casi 20 años. Cada vez que ven una oportunidad, desde el sector minero tratan de meter los colmillos para destruir nuestros recursos hídricos. Esta ley quiere modificar la definición de área periglaciar para que se puedan realizar actividades allí”.

“En números concretos, para que la gente sepa de qué hablamos, gracias a la ley que fue aprobada en 2009, se frenaron 44 proyectos que ponían en riesgo los glaciares. Pero con esta modificación, todos esos lugares volverían a correr riesgo”, sintetizó.

“Desde la sanción a la fecha se respetó mucho, aunque no un ciento por ciento. Lo que tiene de déficit es que también dictaminaba la realización e un inventario de glaciares. Si uno no tiene un número precisó, no sabe qué cuidar. Eso todavía no está terminado, sí avanzado”.

¿Por qué son tan importantes?

“En el mundo sabemos que la gran mayor proporción es agua. De la cual, solo el 3% es para consumo humano, y la mitad es de no fácil acceso para el ser humano porque se encuentra a grandes profundidades de la tierra. Por lo tanto, toda la humanidad cuenta con el 1,5% de la totalidad para poder abastecernos a nosotros, animales, cultivos y todo lo necesario. Y entre este porcentaje, la mayor parte está en glaciares”.

“Y se encuentran principalmente en la región de Cuyo, en provincias que sufren grandes periodos de sequía, lo cual afecta contra las distintas actividades que allí realizan. La minería no pone en riesgo solamente el agua que va a esa provincia puntual, sino todo el camino que recorren”.

“Los glaciares se encuentran en las alturas y a través de su camino natural abastecen ríos y riachuelos. Lo que tenemos que saber es que el agua es mucho más importante que el oro”.

Peligro, deshielo

Un estudio dirigido por Arwyn Edwards, de la Universidad de Aberystwyth en el Reino Unido, apuntó sobre el final del año pasado que los glaciares que se están derritiendo rápidamente por el calentamiento global liberan toneladas de bacterias desconocidas.

Para estimar hasta qué punto se están liberando microbios en los ríos y arroyos, un equipo de investigadores tomaron muestras de agua de deshielo superficial de diez glaciares en todo el hemisferio norte: en los Alpes europeos, Groenlandia, Svalbard y el Ártico canadiense, tanto de la corteza erosionada como de los entornos de los arroyos, sobre los que se realizaron amplios análisis microbianos.

De promedio, encontraron decenas de miles de microbios en cada mililitro de agua, con lo que estimaron que durante los próximos 80 años más de cien mil toneladas de bacterias podrían ser expulsadas a las aguas de deshielo, una cifra que podría ir en aumento o descender en función de si se logra mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados.

Por el momento, se ignora la naturaleza de la mayoría de esas bacterias, porque en el estudio no se analizaron cepas individuales, sino que únicamente se estimó su biomasa combinada, con lo que todavía no se puede afirmar si alguna de esas especies podría representar una amenaza para la salud humana. De hecho, ni siquiera se sabe si los microbios estaban activos, inactivos, dañados o muertos.

Probablemente el riesgo es pequeño, pero se necesitan más estudios para confirmarlo. También es necesaria una evaluación más cuidadosa para determinar cómo esta repentina afluencia de microbios podría contribuir a un mayor cambio ecológico, por ejemplo, afectando a la biodiversidad de las comunidades microbianas de las diferentes regiones.

Con información de www.argentina.gob.ar / nationalgeographic.com / La Brújula 24

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