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de la cancha al escenario

La historia del ex Olimpo que jugó en Europa y dejó todo por el rock

Sebastián Dubarbier se prepara para presentar su segundo disco: “Descontrol”. Cómo transitó su carrera deportiva en paralelo con su formación como músico y por qué cree que la ovación del público es distinta en la cancha que en un show.

Para un futbolista profesional, el retiro puede ser como saltar al vacío. Dejar atrás décadas de rutinas y exigencias suele generar una gran incertidumbre y muchas preguntas existenciales. Sin embargo, para Sebastián Dubarbier, ya muchos años antes de colgar los botines, tenía decidido a qué quería dedicar su vida una vez que dejara el deporte: al rock.

Nacido en La Plata hace 37 años, Dubarbier “llegó tarde” al fútbol, según sus propias palabras. Tal vez por eso siempre lo sintió como un trabajo más que como su máxima pasión. “Cuando me fui a probar, no tenía pensado ser jugador. Fue algo que se me fue dando”, cuenta el exmediocampista que pasó por clubes como Gimnasia La Plata, Olimpo, Cluj de Rumania, Lorient de Francia, Athletic Bilbao, Córdoba y Deportivo La Coruña de España, Estudiantes de La Plata y Banfield.

En paralelo a su carrera deportiva, Dubarbier fue cultivando su interés por la música. Con el paso de los años, estudió, se instruyó y se adentró cada vez más en un mundo que eventualmente se convirtió en el centro de su vida. Por eso, incluso cuando tenía 29 años y una carrera prometedora en Europa, ya estaba pensando en cuándo podría retirarse para dar paso a su otra pasión. En 2020, la pandemia y la falta de desafíos que lo motivaran lo llevaron a dar ese paso que tanto había postergado.

“Hay jugadores a los que les gusta mucho el fútbol, ver la táctica y por eso después quieren ser técnicos. A mí no me gustaba nada de eso: solo quería jugar a la pelota.  Cuando sos profesional te divertís, pero también sufrís un montón porque tenés millones de responsabilidades”, señala Dubarbier.

Dentro del vestuario, no era como otros y a veces sus compañeros se lo remarcaban: “Cuando estaba en Estudiantes, (Israel) Damonte y el Chapu Braña decían que a mí no me importaba nada, que perdía y me iba como si nada. Pero no era así: yo les explicaba que ya había dejado todo en la cancha. Si había cometido un error y había perjudicado a mis compañeros, me iba caliente conmigo mismo. Lo que pasa es que no se me notaba. Yo disfrutaba el momento de terminar el partido, llegar a mi casa y relajarme, no era tan verborrágico ni me volvía loco”.

“Es muy estresante la competitividad y todas esas cosas que a mí me llevaron a decir ‘basta de esto, quiero lo otro’. A muchos les cuesta dejar el fútbol porque se sienten vacíos después y no saben qué hacer: a mí la música me fue encontrando durante el camino del fútbol y fue fluyendo”, contó sobre la transición hacia dejar de ser futbolista.

A los 34 años, edad en que otros jugadores están muy vigentes y con grandes desafíos deportivos, Sebastián puso punto final a esa etapa de su vida y dio paso a Seba Dubar, el guitarrista, cantante y compositor. “Me venía preparando: cuando dejara el fútbol quería poder hacer algo aceptable”, cuenta.

La música, una nueva faceta en su vida

Asentado nuevamente en La Plata, Dubarbier incursionó en los negocios: tiene una cervecería y una fábrica de cerveza, y es parte de la compañía familiar que se dedica a la producción de jeringas veterinarias. Sin embargo, la mayor parte de su tiempo y de su energía están puestos en su carrera como músico.

Consultado por sus influencias, no duda: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, los Rolling Stones, AD/DC, Las Pastillas del Abuelo y Guasones. Quien guarda un lugar especial en su corazón es Fito Páez: “Tenía seis años en el año 92′ cuando es escuché ‘El amor después del amor’ y me volví fanático”.

En 2021 sacó unos singles y en 2022 salió su primer disco: “Rompecabezas”, al que presentó con un show el 19 de febrero de ese año, día de su cumpleaños. Inmediatamente después se puso a componer nuevos temas y recientemente lanzó “Descontrol”, un trabajo que verá la luz el próximo 23 de febrero en The Roxy (Palermo). Estarán Facundo Lizondo en batería, Federico Pesci en guitarra y Matías Lucietti en bajo.

Sebastián Dubarbier en su nueva faceta como músico (Foto: Instagram / @sebadubar)
Sebastián Dubarbier en su nueva faceta como músico (Foto: Instagram / @sebadubar)

“Todas las canciones las compongo yo y las trabajo con la banda y con un productor. Escribo desde los 24 o 25 años. Es un mundo que me encanta”, destacó. Y, sobre el proceso de la composición, detalló: “A veces arranco y recién después me doy cuenta de lo que salió: ‘Rompecabezas’ fue un disco con una selección de piezas hablan de dejar el fútbol, de venirme para la Argentina de vuelta. Por ejemplo, ‘Mis estrellas’ habla de mis hijos, ‘Walking Dead’ de la pandemia y ‘Esclavo’ de momentos míos medio tristes”.

Sobre la experiencia de estar arriba del escenario, fue claro: “La primera vez estaba muy nervioso, pero ahora me desenvuelvo mejor e intento soltarme. Los nervios en el escenario son lo peor que te puede pasar: ahí arriba siempre lo mejor es relajarse y disfrutar de cantar porque la idea es transmitirle al público lo mejor posible esas sensaciones que yo tuve cuando escribí las canciones”.

El show tendrá invitados especiales que serán anunciados más cerca de la fecha. Lo que es seguro es que Sebastián estará acompañado de sus tres hijos y de su pareja, Alita, la mamá de su nene más chiquito e hija del recordado Alejandro Sabella. El DT De la Selección argentina en el Mundial de Brasil 2014 llegó a disfrutar de la música de su yerno. “Le mostraba mis canciones y se las tocaba”, recuerda el exfutbolista.

Se podría pensar que el cariño del público puede ser similar en una cancha o arriba de un escenario. Sin embargo, con humor, Sebastián marca la diferencia: “Al ser solista, en la música la atención la tiene más uno y es individual. En el fútbol son más puteadas e insultos que ovaciones…”.

Sebastián Dubarbier tocó con su banda en el aniversario 118° de Estudiantes (Foto: Instagram / @sebadubar)
Sebastián Dubarbier tocó con su banda en el aniversario 118° de Estudiantes (Foto: Instagram / @sebadubar)

Pero destaca: “Hubo clubes en los que me quisieron mucho. Por ejemplo cuando volví al Córdoba de España desde Francia me hicieron una bienvenida a la que fueron más de 1000 personas. Eso sí es parecido a la música porque van a ovacionar y uno intenta devolverlo en la cancha. Eso también pasa en el escenario”.

Y, consultado sobre si la adrenalina que se siente al tocar es la misma que se produce al hacer un gol, es claro: “Yo creo que es más lindo estar arriba de un escenario. La verdad es que a mí me gustaba más dar asistencias (ríe). Es que estar en el escenario cantando es algo que siempre fue mi sueño desde pibe cuando iba a los recitales. Yo quería estar ahí arriba y hoy lo estoy cumpliendo. Intento crecer y dar pasitos cortitos con objetivos claros, estoy en el camino…”.

Con información de TN

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