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Sin plebiscito

Ley Ómnibus: en el Gobierno creen que no hay humor social para una consulta popular

Milei está convencido que puede gobernar sin la herramienta y cree que a mediano plazo el rechazo de los bloques dialoguistas será una buena oportunidad para su administración.

“Más que crisis, una oportunidad”. Javier Milei está convencido de que, a pesar del impacto que implicó para la hoja de ruta del gobierno el rechazo de los bloques dialoguistas a la Ley Ómnibus, tiene todas las herramientas para garantizar el rumbo que pretende imprimirle a la economía y que le abre una posibilidad política concreta para apostar a la polarización entre “libertad ó casta”, un eje que sin la visibilidad que le dio el acalorado debate que se dio en el Congreso difícilmente hubiera permeado entre la gente.

Sin embargo, y a pesar de que este jueves el vocero Manuel Adorni había dejado la puerta abierta, el Presidente cree que no hay margen para convocar a los argentinos a poner el cuerpo para resolver problemas de los políticos. “Nunca descarto alternativas, pero no creo que haya humor para ir a las urnas después de la cantidad de veces que se tuvo que votar el año pasado”, fue la respuesta que desde Israel le dio a un interlocutor que le consultó a la distancia, en un alto de su tercera -y última- jornada de actividades en Jerusalén, antes de seguir camino a Roma para reunirse con su par italiano, Sergio Mattarella, la primera ministra, Giorgia Meloni; y El Vaticano, donde tendrá su primera audiencia con el Papa Francisco.

El jefe de Estado quiere diferenciar el malestar que mostró ante los gobernadores y diputados que -considera- “traicionaron” no sólo el acuerdo que habían hecho con el gobierno sino el contrato con el 56 por ciento del electorado que optó por un cambio profundo en la Argentina; de lo que implica en materia de gestión para su administración: “El rumbo está garantizado y el equilibrio fiscal no se negocia”, repiten desde su entorno para llevar tranquilidad a los mercados. “Está dentro de los escenarios posibles que hacíamos, (Luis) Toto Caputo tiene todas las herramientas para seguir ordenando las variables macro, no hay motivos para preocuparse”, completan.

Por el contrario, para Milei haber perdido la batalla en el Congreso y haberse visto obligado a retirar el proyecto que, según sus propias palabras, había sido “descuartizado” por la oposición, le abren una chance política: “No haber negociado con la casta que le exigía cambios, el ´toma y daca´de la política, garantizan que estar en el poder no lo cambió y que no transa. Y a mediano plazo le van a permitir pedirle a la gente que elija entre ‘libertad ó casta´en las elecciones legislativas”, razonan desde el entorno presidencial. “Y la gente ya dijo hace muy poco que no quiere saber nada con los políticos y sus privilegios”, completan.

Esa misma voz compara esta situación con lo que ocurrió tras el debate previo al balotaje, cuando la lectura de analistas, medios y dirigentes políticos era que Sergio Massa había ganado ampliamente la contienda, pero los colaboradores del líder libertario aseguraban que la posición que había asumido el por entonces ministro de Economía generaban rechazo en la sociedad. “Acá es lo mismo: todos piensan que es una crisis para el Gobierno y en realidad es la oportunidad de mostrar cómo actúa la casta”, resumen.

El Presidente, apunta un alto funcionario, se encargará de visibilizar “cada vez que pueda” cómo se traduce en la vida de los argentinos “la resistencia de los políticos a perder privilegios”, tal como lo hizo en un encuentro organizado por Fuente Latina, una organización civil con la que se entrevistó en Jerusalén. Allí trató de “delincuentes” que “les roban a los argentinos” a los gobernadores y diputados que rechazaron la ley.

Más allá de lo mediático, a mediano plazo Milei advierte que este primer traspié le servirá para proponer una depuración del Parlamento. Es que, aunque falte demasiado para las elecciones de medio término y resulte indescifrable anticipar el escenario político que habrá en 2025 en la Argentina, entre los funcionarios más cercanos al jefe de Estado se arriesgan a plantear un slogan para la campaña: “Podemos pedirle a la gente que así como sacó a la casta de la casa Rosada, ahora la saque del Congreso”.

Fuente: Clarín

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