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en 2018

Pezzella recordó aquel primer contacto con Messi: “Su presencia genera algo especial”

El zaguero bahiense recordó la anécdota que le quedó del día en que estuvo cara a cara con el astro.

Aunque Lionel Messi imponga mucho respeto, quienes tuvieron la suerte de compartir un plantel con él coinciden en que su humanidad permite eliminar la barrera del ídolo y ofrecer una versión mucho más cercana. Esa es la forma de liderar que encontró con el paso del tiempo y le permitió ser un referente del plantel campeón del mundo. Uno de los campeones, el bahiense Germán Pezzella, en una entrevista con La Nación contó cómo es como líder y hasta se animó a revelar una impresionante anécdota de su primer encuentro cercano con el 10.

“Él tiene una manera de liderar que, con el paso de los años, fue cambiándola de manera natural. Se fue dando cuenta del poder que tienen sus palabras, sus gestos y hasta sus movimientos en un compañero y en un grupo. Hay personas tocadas por una varita mágica, y es difícil explicarlo, pero cuando ellos están adentro de un lugar, generan algo especial. A veces sin siquiera hablar, ya sólo con su presencia. A mí me pasa con él, y también lo sentí con Maradona. Son esas personas que, cuando entran, sabés que están ahí… aunque todavía no las viste. Me resulta muy difícil poder explicarlo”, indicó. “Él es líder desde los 18 años por su manera de jugar, porque es el mejor de todos, pero con el paso de los años entendió, asumió e incorporó que, con una palabra, una mirada o un golpecito en la espalda, le genera a su compañero algo que sólo él puede hacer”, agregó.

Luego, habló de la primera convocatoria que tuvo en la Selección con Sampaoli, cuando conoció a Messi en 2018. “La primera vez que compartí el plantel con él fue en las dos últimas fechas de las eliminatorias para Rusia 2018, los partidos con Perú y Ecuador. Un momento complicado, muy complicado… pero yo no jugué ninguno de esos partidos”.

“Para esa convocatoria me tocó compartir la pieza con Gaby Mercado, amigo de River desde hace años. La primera mañana nos levantamos a desayunar y viene Éver Banega, al que también conocía de antes, y nos dice ‘por qué no se vienen a tomar unos mates a la pieza’. Yo era nuevo, ni abría la boca. Fue Gaby el que respondió ‘sí, sí, dale, ahora vamos’. Vamos, y Éver no entra en su pieza, entra en la de Leo. Mierdaaaaaa. Entonces le digo a Gaby ‘nooo, che, es mi primera mañana acá y cómo me voy a meter al cuarto de Leo. Noooo, me voy, me voy para mi cuarto’. Me agarró Gaby y me dijo, ‘no, no, vos venís’”, contó.

El relato continuó: “Entré y me senté en un costadito. Me pasaban el mate, tomaba, lo devolvía y yo no decía nada. Me dije a mí mismo: ‘Vos no hablés antes de quedar como un desubicado’. Hasta que apareció él, fue Leo el que rompió esa distancia y empezamos a intercambiar palabras. Y de repente me preguntó por el Betis, y ahí me sorprendí más: conocía todo, pero todo. Yo, como tantos, pensaba: ‘Leo saldrá a la cancha, juega como nadie, hace lo suyo, termina, se va a la casa y listo’. Qué equivocado que estaba. Conocía todo del Betis, conocía a cada uno de mis compañeros, sabía todo. Y ahí entendí lo que me faltaba entender: por eso es quién es, también, porque está en absolutamente todos los detalles. Esa fue la primera impresión que me llevé de Leo, y me ayudó muchísimo para poder empezar a relajarme delante suyo”.

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