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INFORME ESPECIAL

Manos Unidas, una ONG que cumple 15 años de solidaridad en la ciudad

Cuando la realidad azota, una familia brinda su tiempo y esmero. La historia de la entidad. Y un objetivo: “Con otras instituciones generamos una cadena de favores de ayuda recíproca”, explicó su coordinadora.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

Hablar de tiempos de crisis puede parecer redundante. Sin embargo, particularmente desde los últimos meses de 2023 y, en especial, al inicio de este año ha recrudecido la necesidad de asistir a los sectores con menores posibilidades de satisfacer sus necesidades básicas.

Las tareas comunitarias y sociales que pueden llevar adelante las distintas Organizaciones No Gubernamentales, vienen a acompañar la labor del Estado (sea nacional, provincial o municipal), llegando a aquellas familias que sienten el desamparo del esquema tradicional.

En la ciudad sobran los ejemplos de almas caritativas que aportan su granito de arena para intentar mitigar el dolor y reducir la brecha con los que más tienen. Manos Unidas Bahía Blanca es una ONG comprometida que pone de manifiesto esta realidad. En La Brújula 24 dialogamos con su coordinadora Malena Vázquez.

“La ONG, puntualmente, surgió allá por el año 2009, como parte de una idea que se gestó entre mis allegados más cercanos. Y en gran parte creo que todo surgió porque vengo de una familia con la que pasamos muchas necesidades. Ese año sufrí una enfermedad y hubo gente dentro del hospital que me ayudó muchísimo, pese a no conocerme”, destacó con suma humildad Vázquez.

Al recordar aquel episodio, mencionó cómo se encendió esa llama que aún sigue viva: “Una vez que logré recuperarme y me dieron de alta, se me ocurrió que podía existir una forma de buscar la manera de ayudar a familias que estén pasando necesidades. Primero regalamos zapatillas, luego ropa y muebles, con el aliciente que significaba que se vaya sumando cada vez más gente”. 

“Cuando nos quisimos acordar, notamos que teníamos una habitación llena de donaciones para repartir. Más allá de eso, siempre circulaba la idea de ir por más, acompañada por mi familia, tal es así que nos hemos dado el lujo de brindar nuestra ayuda a otras provincias como Chaco o Chubut”, consideró, mediante un mano a mano telefónico con este medio. 

Por otra parte, Vázquez sumó que “no solo desde el punto de vista de lo material tendemos una mano, hay siempre rondando en nuestra órbita un apoyo que está más íntimamente relacionado con la contención, la cual se puede gestar a partir de una simple charla con las personas que atraviesan un momento delicado en su vida”. 

“Asistimos con un psicopedagogo amigo o hasta hacemos trámites en Anses y PAMI para los abuelos. Si detectamos algún tipo de violencia, lo derivamos a quien corresponda. Los eventos por el Día del Niño, de la Madre o Navidad también nos convocan para este tipo de ayuda”, infirió, promediando la charla.

A propósito, afirmó que “los viernes vamos al Mercado de calle Thompson, junto a un hombre que de manera voluntaria y gratuita nos presta su camioneta. Es un colaborador que de manera desinteresada se suma a esta cruzada. Si bien no pide nada a cambio, cada vez que podemos le entregamos algo de dinero para que pueda pagar el gasoil”. 

“Frecuentemente, enero es un mes complicado, pero retomamos la labor en febrero y hasta diciembre no nos detenemos. Somos un grupo que compone una docena de personas y de los cuales algunos se involucran más que otros por razones lógicas de trabajo y sus obligaciones particulares”, argumentó.

Son un grupo nutrido, pero en el que con solo mirarse ya se entienden a la perfección: “Junto con mi hermano Marcos, mis hijos y mi marido nos ocupamos de repartir todas las donaciones que vamos acopiando. Es usual que la gente nos vea transitar en bicicleta, por eso es que en ocasiones esas personas nos interceptan y pregunten a qué nos dedicamos porque solemos movernos en grupo”.

“Es allí cuando les explicamos que somos parte de una organización, pero además es una forma de hacer ejercicio y de vincularnos de una manera más cercana entre nosotros. En la pandemia nos tocó recorrer la ciudad desde nuestro rol de esenciales para repartir las viandas y fue tremendo ver las calles de Bahía prácticamente vacías”, mencionó, en referencia a uno de los momentos más duros que atravesaron como equipo.

Y agregó un dato pintoresco: “Se nos identificaba a lo lejos porque habíamos colocado unas cajas de manzanas en el frente de las seis bicicletas para que hagan las veces de canastos y así cargar la comida. Era cuestión de ir a repartir y volver a cargar para seguir distribuyendo alimentos y los productos de higiene y limpieza”.

“La que utiliza mi hermano nos la regaló el Hospital de Bicicletas, una institución bahiense que se dedica a restaurar aquellas que están en desuso. Es como una cadena de favores, todos nos damos una ayuda recíproca, porque en algún momento de la vida uno necesita una mano y te llega de quien menos lo esperás”, postuló con un tono cargado de afecto.

Sus intervenciones, en ocasiones, fueron más que visibles: “Hemos hecho varios eventos, tal como nos tocó en 2012 durante el Circuito de Reyes y gracias a Paris Senesi desde la organización, la Municipalidad y los bomberos, pudimos formar parte. Cada rey mago entregaba una golosina y se sacaba una foto a cada niño en la Plaza Rivadavia. Luego, con el paso de los años replicamos lo mismo en los barrios”.

“También hicimos una bicicleteada solidaria que reunió autos y motos de colección, saliendo desde el edificio de la comuna hasta el Parque de Mayo, junto con personal de Tránsito. Fue algo emotivo y lo único que se pedía era un alimento no perecedero para repartir a distintas instituciones de bien público”, recordó la comprometida vecina bahiense.

Una dicotomía surge, por un lado, a partir de lo destacable que resulta contar con este tipo de entidades poniéndose al frente de un contexto difícil y doloroso. Por el otro, esa realidad que golpea sin miramientos a cientos de familias en la ciudad que sienten el desamparo. Un mundo mejor, más equitativo, no necesitaría de ONGs como Manos Unidas, aunque esa utopía no le baje el precio a su tarea diaria. Muy por el contrario, las pondera al máximo.

Para contactarse con ellos se los puede encontrar en Facebook: ONG Manos Unidas Bahía Blanca.

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