El Jardín Botánico bahiense se propuso florecer después de la tormenta

Por Leandro Grecco
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Los jardines botánicos son espacios que se focalizan en la protección, exposición y estudio de las plantas o especies vegetales. Un jardín botánico se dedica a realizar investigaciones científicas sobre la biología centrada en las plantas y se compromete a exhibir y educar.

Se encuentran regulados y cuentan con una certificación cuando cumplen los requisitos exigidos. No son solamente un espacio donde se alberga una inmensa colección de especies, este tipo de instituciones deben clasificar, tratar de informar y educar con rigor sobre ellas.

Además de centrarse en los aspectos científicos, también son lugares increíbles donde se le da un valor especial a la estética, en el cual las plantas cobran importancia y crean un entorno inspirador y realmente bonito. En la ciudad existe un espacio destinado para tal fin y LA BRÚJULA 24 realizó un recorrido por una escenografía llena de naturaleza y colorido.

“El Jardín Botánico de Bahía Blanca tuvo un año 2023 muy activo, con una gran afluencia de grupos escolares hasta mediados de noviembre. Los fines de semana se recibe la visita del público general y la entrada es libre y gratuita”, comentó Melina Calfuan, a la redacción de este diario digital.

La ONG es un orgullo para la ciudad y cuenta con una superficie total de una hectárea. Es un área que está cedida en comodato por la Municipalidad de Bahía Blanca, ubicada en el interior del predio del Parque Independencia.

En paralelo, consideró que “actualmente, nuestras instalaciones se encuentran cerradas al público porque, al igual que el resto de la ciudad, sufrimos las consecuencias de la tormenta de aquel sábado 16 de diciembre. Hemos padecido la caída de varios ejemplares y llevará un tiempo más poder habilitar el predio para los visitantes”.

“En el Jardín se encuentran aproximadamente 400 especies vegetales cultivadas, a las que deben sumarse las espontáneas. Entre los ejemplares podemos hallar aquellas denominadas exóticas con valor desde el punto de vista sistemático y otras nativas de Argentina y de nuestra región”, sostuvo, respecto del amplio y variado abanico de opciones.

La Asociación Amigos del Jardín Botánico tiene alrededor de 150 socios. Actualmente estamos trabajando para actualizar el padrón, porque durante el período de pandemia perdimos comunicación con algunos de ellos. Como ONG, afrontamos los gastos con el aporte de la cuota societaria, la cual asciende a 200 pesos por mes”.

Además, agregó que “también somos parte del Programa de Solidaridad Cultural de la Municipalidad de Bahía Blanca del cual participamos todos los años. Además, el mantenimiento del jardín es fruto del trabajo de un grupo de voluntarios que colaboran con su labor”.

“Las visitas guiadas son de dos tipos, unas están orientadas a las escuelas y otras a público general. En el caso de las primeras, la guía coordina con las docentes responsables de cada grupo para orientar el recorrido según la edad de los estudiantes, el nivel educativo y los temas que están trabajando en las aulas”, sostuvo, en otro segmento de la conversación

En tal sentido, agregó que “en el caso de las visitas para público general existen dos opciones, por un lado lo que denominamos el recorrido autoguiado y por el otro la visita con un guía que es el que brinda toda la información a los visitantes”.

El Jardín, además ofrece talleres, charlas y cursos que tienen que ver con temáticas ligadas a las plantas, con un amplio abanico de variantes. El último que se dictó giró en torno a la observación de aves y estuvo a cargo del licenciado Lucas Vernier, con una inscripción muy baja, de 1000 pesos, constó con 10 clases y tuvo un fin benéfico.

En el caso de las charlas son libres y gratuitas. Con frecuencia ceden el espacio para llevar adelante talleres de capacitación del Centro de Educación Agraria de General Daniel Cerri, orientados para gente adulta, manteniendo así la articulación con otras organizaciones.

“En cuanto a las plantas más atrayentes que podemos encontrar, la lista varía según los intereses de las personas. Hay quienes se acercan al Jardín porque les agrada algún grupo de plantas en particular (crasas, cactus, medicinales, nativas, etc.) y quienes vienen simplemente a conocer más sobre ellas”, resumió Calfuan.

No obstante, sumó que “además, la manera en que se realiza el mantenimiento del jardín permite que también se puedan observar aves e insectos, un valor agregado para lo que es la recorrida por nuestras instalaciones”.

“Entre los ejemplares que para nosotros tienen gran valor se encuentran una cica (Cycas re
voluta) que fue trasplantada desde el predio del Hospital Penna, un pino del cerro (Podocarpus parlatorei), dos ejemplares de sauce criollo (Salix humboldtiana), un ciprés calvo (Taxodium distichum), un madroño (Arbutus unedo) y un quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco)”, finalizó.

Resulta difícil de comprender cómo aún existen vecinos que desconocen la existencia de un Jardín Botánico en Bahía Blanca. Si bien la difusión corre por cuenta de un reducido grupo de entusiastas colaboradores que lo mantienen en condiciones, una vez que vuelva a abrir sus puertas se debería convertir en una visita obligada para experimentar las sensaciones únicas que ofrece el contacto con los atributos del aire libre.