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vecinos en llamas

Indignación por una descontrolada fiesta que duró 48 horas en Los Chañares

Denuncian exhibiciones obscenas y hablan de “gente poderosa” en la organización.

No son pocos los vecinos del barrio Los Chañares que están cansados. Y no es para menos. En una casa ubicada en Los Cardos 38 se repiten las fiestas electrónicas sin ningún tipo de control y dormir con tranquilidad es prácticamente una utopía.

La del último fin de semana, aseguran, duró más de 48 horas. Y cuentan que varios de los concurrentes andaban por el sector alcoholizados y generando desmanes. Además, denuncian exhibiciones obscenas y hablan de “gente poderosa” en la organización.

Norma detalló su padecimiento en contacto con el móvil de La Brújula 24. “Se pasan siempre, no solamente los fines de semana. Mis nietas son adolescentes y el patio da a mi casa, ayer orinaban por el alambrado, en la vereda”.

“Llamé a la policía, porque estábamos muy enojados. Hemos hecho denuncias, pero no les hacen nada. Es una casa que está alquilada, supuestamente para vivienda familiar, pero realmente son dos años y medio con fiestas electrónicas con cualquier cantidad de gente”, resaltó con indignación. 

Y agregó: “Mandé notas a La Brújula 24, hicimos denuncias, pero nadie les hace nada. Ya son gente poderosa, uno es abogado, el hijo de Carlaván Goñi, otro de apellido Cura.  Venimos hace años padeciendo por esto, pero no tenemos solución. Es una impunidad terrible la que tienen. Cuando llamamos para que vengan a tomar alguna medición de la música, primero les avisan a ellos para que la bajen”.

“No es que nos quejamos por algo de música, se respeta si se hace algún cumpleaños o casamiento, son casas grandes y se puede, pero acá ya se pasan, son dos años y medio. Es gente que maneja mucha impunidad, hasta ponen patovicas en la puerta, insultan incluso a la policía”, apuntó la mujer. 

Y recordó que “con la dueña hemos hablado, pero nos dice que no puede rescindir el contrato porque es por tres años. Hasta septiembre los tenemos que aguantar acá. Mi marido incluso estuvo muy grave, se estaba muriendo y fui a pedirles que bajaran un poco, pero se me reían en la cara”. 

En otro tramo de la nota, contó que “es muy triste vivir así, no sabemos qué más hacer. Le vamos a pedir ayuda a la sociedad de fomento, porque es como que todos se lavan las manos”.

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