WhatsApp de Publicidad
Seguinos

vida de crack

“Diablito” Echeverri: de la “prueba” en River al presente que ilusiona

El futbolista que brilla a fuerza de gambeta y gol convirtió los tres tantos con los que la Argentina le ganó a Brasil en el Mundial Sub 17.

El botín derecho de Claudio Echeverri desparrama brasileños uno tras otro para consolidar un sueño: Argentina golea 3 a 0 a Brasil y se mete en semifinales del Mundial Sub 17. El “Diablito” sonríe mientras recibe los abrazos de sus compañeros. En ese cariño, en esa imagen albiceleste del compartir que cruza épocas, están todas las ilusiones amontonadas. Es lo que fue y lo que será. El corazón de un pueblo que respira fútbol y que esta tarde vuelve a pensar que vive una historia infinita y en el nacimiento de un crack de la inagotable cantera futbolera de la Argentina.

Julio de 2016. Un “tal” Claudio Echeverri iba a probarse en River. Esta semana, le hizo tres golazos a la selección de Brasil con la camiseta Albiceleste a pura gambeta. Foto ESPN

En Echeverri descansa la génesis del potrero. La gambeta que alguna vez fue de Diego Maradona en Japón en 1979. Que heredó Pablo Aimar en Malasia en 1997. Que transportó como una antorcha de fuego Lionel Messi en Países Bajos en 2005.

Todavía falta un montón, pero los argentinos que han visto pasar muchas primaveras en esta tierra, saben que estas películas siempre empezaron así. Tirando la punta de un ovillo para que luego lo maravilloso suceda. Parecería ser, sin ánimo a equivocarnos, el inicio de un traspaso de mando. Son tres goles que conforman la obra completa: uno de arrebato, otro con dos gambetas y remate, otro eludiendo al arquero y definiendo en soledad.

Echeverri deja la cancha hoy con un hat-trick que cambia para siempre su carrera. El Sudamericano pasado fue la hipótesis y este Mundial -y más precisamente este partido- es la confirmación.

Ese pibito que no para de brillar: “Mi ídolo es Messi”

Echeverri, el Diablito, es distinto. Es, una vez más, el fútbol argentino que pega un alarido de libertad en algún lugar del mundo. Nada por aquí, nada por allá. Ahora me ves, ahora no me ves.

Pasan los años, los torneos y los jugadores. Pero hay algo que no cambia: Echeverri, más chico que los demás, más frágil pero también más inteligente, es la descendencia del crack que despierta sonrisas. El mago que escapa de los cerrojos y cadenas. El espíritu de libertad que atraviesa generaciones. Nunca es tarde para recibir una brisa fresca sobre el rostro.

Con información de ESPN / Diario Popular / LB24

Lo más leído