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La nueva vida de la bahiense Walquiria D’Amato: del infierno con su ex al trabajo soñado

Perdió la final con Rodrigo Fernández Rumi en Gran Hermano, pero no se lamentó y siguió adelante sorteando varios obstáculos.

Walquiria D’Amato fue una de las participantes más queridas de la historia de Gran Hermano. Llegó a la final en el 2012, pero el título quedó en manos de Rodrigo Fernández Rumi, que hoy brilla como actor de Disney. Más de una década después de haber vivido la experiencia más desafiante, la joven habló sobre su exitoso presente, que poco tiene que ver con la TV.

A diferencia de otros “hermanitos”, la bahiense se alejó de los medios, aunque no descarta regresar con un programa dedicado a la gastronomía, su gran pasión. “Mi paso por la casa lo recuerdo con mucha felicidad y alegría, me hice muchísimos amigos. Me ayudó a vencer algunos miedos e inseguridades. Mi objetivo era medirme para ver si la gente me iba a querer o no, ya que cuando vi las ediciones anteriores me dio mucha intriga saber qué se genera en el exterior. En cierta forma es como que me expuse a que me juzguen. Igualmente la psicóloga me aclaró que mucha gente me iba a querer, y otros también me iban a odiar”, sostuvo.

Aunque el premio mayor se le escapó de las manos, tuvo un obsequio por ser la subcampeona: le hicieron firmar un contrato para trabajar tres meses en AM (Telefe), el ciclo matutino que conducían Verónica Lozano y Leo Montero. “Estar ahí me hizo ver que quería estudiar teatro. Pero la verdad es que yo estaba como adormecida. Me encontraba lejos de mi familia y no le saqué jugo. Pero no me arrepiento de nada. Me abrió la cabeza y además me pagaron por haber estado en la casa”, agregó.

Lo que Walquiria sí prefiere enterrar para siempre es el romance que vivió con un excompañero, Mario Fredes, con quien se mostraba muy melosa y enamorada en el reality: “Prefiero no hablar de esa relación ni de él. No tuve una buena experiencia. Ya me perdoné por haberla pasado tan mal, pero no me interesa nada de su vida”.

Walquiria se instaló definitivamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y consiguió el trabajo de sus sueños. “Estoy viviendo con mi marido, aunque todavía no nos casamos. Soy sommelier en Anchoita. Es como tocar el cielo con las manos y estoy muy contenta con este presente laboral. Mi jefe es Enrique Piñeyro, actor, piloto y gastronómico”, reveló, y reconoció que intenta no proyectar planes a futuro porque es de las personas que prefiere disfrutar el ahora al máximo.

Por último, contó cuál es el secreto para sobrevivir tantos meses en Gran Hermano y cómo sobrellevó la filmación de su intimidad. “Lo que primero pensé es el tema del baño. Hay cámaras, pero nos dijeron que no iban a mostrar gente haciendo pis. Yo me acostumbré. Creo que lo indispensable para aguantar tanto tiempo es estar bien con uno mismo. Hay muchas cosas que te pegan diferente adentro, porque todo el día te están grabando. Es como la vida diaria, solo que pueden editarte. No sé si todo el mundo está preparado para eso. Yo hice dos castings y en el primero no entré. Todo el mundo critica porque cuando se sale ‘nadie te da bola’, pero hay que estar muy entero. Mi personalidad me hizo sobrellevar esos seis meses de encierro”, concluyó.

Fuente: LB24 / TN.

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