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guerra con hamás

El crudo relato de un bahiense en Israel: “Mientras hablo con ustedes, escucho el bombardeo a Gaza”

Daniel Tcherbbis nació en Villa Rosas. Habló con La Brújula 24 al mismo tiempo que caían misiles a pocos kilómetros de su hogar.

Los bombardeos en la Franja de Gaza. Foto de Clarín

Daniel Tcherbbis, un bahiense radicado en Israel, habló este martes por la tarde con La Brújula 24 mientras se producían bombardeos en la Franja de Gaza. Esta mañana habló con “Bahía Hoy” Rodrigo Grassi, un arquitecto bahiense que el sábado pasado estaba con su esposa en Tel Aviv cuando inició la sangrienta invasión de Hamas en el territorio de Israel. Ya en la Argentina, un poco más tranquilo, le contó al periodista Germán Sasso cómo logró volver al país a salvo.

Desde Asdod, una ciudad que se encuentra a 25 kilómetros al Norte de la Franja de Gaza y 30 kilómetros al Sur de Tel Aviv, este hombre con raíces en Villa Rosas conversó con “Nunca es tarde” desde el país que se declaró el sábado en guerra.

“El sábado era un día festivo no sólo por el Sabbat sino que además era el último día de la fiesta de las cabañas. Nos despertamos a las 6.29 con las alarmas que anuncian los misiles que caen. Hace unos diez años atrás sufrimos el mismo problema y en mi caso un misil cayó sobre mi casa y mi auto. No hubo ningún daño físico pero sí material. En este caso, como ustedes se habrán enterado por los medios, hubo una invasión de alrededor de 1.500 o 2.000 terroristas del Hamás que salieron de la Franja de Gaza y penetraron en algunas poblaciones de los alrededores y en localidades que no son pequeñas que limitan a unos 3 kilómetros de la Franja de Gaza”, explicó.

El bahiense dijo que los guerrilleros lograron anular la custodia “con elementos de muy baja tecnología” y avanzaron sobre poblaciones cercanas. Se trató de una operación que se empezó a organizar con un año de anticipación.

“El sábado, de casualidad o no de casualidad, había un evento de jóvenes en una fiesta electrónica muy cerca del lugar por donde penetraron el cerco y se aprovecharon para secuestrar gente de ahí. Hasta el día de hoy se encontraron cerca de 260 cuerpos diseminados por el desierto. Estamos hablando de chicos y chicas de entre 15 y 25 años”, precisó. Hasta el momento, los muertos llega al millar.

“Como pasa siempre en las guerras, esto despierta el odio por el otro y la razón pasa a un último plano. Acá, en estos momentos de tanta desesperación, es cuando se debería ver a los verdaderos líderes, que son los que tendrían que sacar la cabeza por encima de las olas y ver el horizonte”, indicó.

Tras mencionar que el presidente de los Estados Unidos Joe Biden acaba de anunciar esta tarde (noche en Israel) el envío del portaviones más impotente de su flota para ubicarse al norte de la capital y disuadir cualquier intento de países vecinos de intervenir en el conflicto bélico. “Estamos de cabeza de flecha de un conflicto mayor. Nunca antes Israel movilizó la cantidad de militares como lo hizo ahora. Y no me refiero a tropas profesionales sino a lo que podemos denominar ejército popular: mis vecinos, mis hijos y los hijos de mis vecinos que salen a defender su territorio. Tenemos a otras fuerzas poderosas en conflicto, como es Rusia con Ucrania; y China, Rusia e Irán. Ese sería el eje del mal”, manifestó.

Tcherbbis es un fonoaudiólogo recibido en la Universidad Nacional de Córdoba y lleva 28 años radicado en Israel. “No estamos yendo a trabajar porque hay una declaración de guerra. No se trata de una operación sino en un conflicto bélico que trae aparejado un montón de cosas. El estado va a tener que cubrir millones para compensar que la gente no pueda ir a trabajar. Ahora, mientras hablo con ustedes, escucho de fondo el bombardeo de Gaza y algunos misiles que salen de Gaza para el centro del país”, expresó el bahiense.

Ante las alarmas sonoras, junto con su familia el profesional se dirige a un refugio en su propia casa, un cuarto blindado donde logran ponerse a salvo de potenciales bombardeos. “Tenemos 40 segundos para entrar a ese lugar. Lo hacemos de manera ordenada porque ya estamos acostumbrados a esto. Nos pidieron hacer reserva de agua y de alimentos”, señaló.

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