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Allanaron su casa por robar 13 changos del Hiper: “Me pasó por colgada”, se defendió

Vive en Panamá al 1400 y dio su versión de lo sucedido. “Mi problema es que acumulo compulsivamente”, dijo. Y apuntó: “Es una barbaridad que me hayan mandado a la Policía”.

Un allanamiento se llevó adelante en el domicilio de Mónica Martínez, ubicado en Panamá al 1400, luego de una orden otorgada por el Juzgado de Garantías Nº 4 de Bahía Blanca. Se lograron recuperar 13 changuitos del Hipermercado de la Cooperativa Obrera, los cuales se había llevado la dueña de la casa.

En diálogo con LA BRÚJULA 24, Martínez sostuvo que “me pareció una barbaridad que me hayan mandado la Policía. No está bien lo que hice pero no me puse a vender los carros ni los desarmé para hacer maceteros. Soy medio colgada y me olvidé de devolverlos. El inquilino de atrás tenía tres en su casa y se fue a Monte Hermoso”.

“El encargado del Hiper me conoce de toda la vida porque nací en esta casa cuando era el Mercado de Abasto. Podría haberle dicho a mi hermana que devuelva los changos o golpearme la puerta. Gracias a Dios la Policía vino tranquila, pero estaban mis primos del campo y sus hijos que se asustaron mucho”.

“Tenía los changos adentro del garage, adentro de mi casa, uno tenía mercadería. Creo que la Policía debería estar para otra cosa. A los 60 años voy a tener una causa y no me molesta para nada. Menos mal que no rompieron el portón y nos hicieron tirar a todos al piso porque tengo a mi papá de 88 años”.

“Pensé que era un chiste, no sabía por qué era el allanamiento, vinieron con un testigo y les permití que se lleven los carritos. Ahora he ido al Hiper que me conocen desde siempre y cuando hablo con los empleados todos coinciden que fue muy fuerte que hayan enviado a la Policía. No noté nada extraño por parte de nadie. En la pandemia cruzaba con el chango y lo guardaba en mi casa para mantenerlo sanitizado. Tengo un problema de toda la vida porque soy acumuladora compulsiva”.

“Entré un carretón al que le faltaba una rueda y ellos habían descartado, lo propio hice con un vidrio que guardo en el garage de mi casa. No vendí ningún carro, no vivo mal, tengo mi trabajo de kinesióloga y cuido enfermos en hospitales. El encargado de la Cooperativa estaciona en la puerta de mi casa, podrían haberme dicho que devuelva los changos”, dijo la mujer que admitió ser la misma que fuera noticia por teñir a su perro

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