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INFORME ESPECIAL

La UNS, el PAMI y la articulación para impulsar sus talleres destinados a jubilados

El fuerte estímulo a los cursos que tienen por objetivo integrar e incluir a partir de políticas públicas que ya llevas 18 años. Cómo fueron los comienzos. Los momentos de crisis. Y la resurrección luego de la pandemia.

Por Leandro Grecco
Facebook: Leandro Carlos Grecco/Instagram: @leandro.grecco/Twitter: @leandrogrecco

La demografía mundial está experimentando un envejecimiento progresivo de la población, lo que presenta tanto desafíos como oportunidades para la sociedad. Uno de los retos clave es garantizar que los adultos mayores no solo sean parte activa de la comunidad, sino que también continúen contribuyendo con sus habilidades y experiencias.

En este contexto, los cursos y capacitaciones destinados a los adultos mayores emergen como una estrategia efectiva para fomentar su inserción en la sociedad, brindándoles nuevas oportunidades de aprendizaje y participación. Al empoderarlos, no solo mejora su calidad de vida, sino que también enriquece la sociedad en su conjunto al aprovechar su experiencia y conocimiento para el beneficio de todas las generaciones.

UPAMI es un claro ejemplo de este tipo de propuestas. Los talleres gratuitos que la obra social articula junto a la Universidad Nacional son cursos destinados a personas mayores que han mostrado un exponencial crecimiento, post pandemia, dejando atrás casi por completo la modalidad mixta (presencial y virtual). Allí, cada afiliado puede participar de un máximo de hasta dos propuestas simultáneas.

A la fecha son 62 los talleres, de los cuales participan 1574 alumnos. Los cursos más importantes apuntan a idiomas y aquellos ligados a tecnologías y redes sociales. Durante el aislamiento por el Covid se logró sostener la oferta, teniendo en cuenta que los estudiantes no estaban habituados a pasar tiempo frente a una pantalla y no todos sabían utilizar las tecnologías. Sin embargo, los docentes lograron sortear con éxito ese escollo.

Hoy son coordinadoras Gabriela Demattia y Karen Horvath. Además, está siendo furor la iniciativa de PAMI y la UNS el voluntariado llamado “Abuelos lee cuentos” que permite fomentar el uso de una biblioteca en Rondeau 29, donde se desarrollan los encuentros. Luego, se articula con las escuelas para poder ir a leer ante la atenta mirada de los más chicos.

Los inicios, las dificultades y la vigencia

Claudia Legnini, quien tiempo atrás se desempeñó como Vicerrectora de la casa de altos estudios durante la gestión de Mario Ricardo Sabbatini, se remontó al origen de dicha iniciativa, una propuesta que se sostiene en el tiempo y gana cada vez más adeptos, siendo un faro inclusivo para una franja de la sociedad que requiere de una atención especial.

“Todo empezó durante mi etapa como secretaria de Bienestar Universitario y luego de una reunión que mantuve con Federico Susbielles, en tiempos en los que él se desempeñaba como director de PAMI Bahía Blanca”, explicitó Legnini.

Y agregó que “dicho encuentro tenía como finalidad tratar un proyecto que posteriormente no prosperó. Es por eso que nos propusimos diagramar una iniciativa entre las dos Instituciones: la UNS y el PAMI. De allí es que nace el Programa Universidad para Adultos Mayores Integrados, conocido como UPAMI, donde desde nuestra parte prestaríamos toda la logística, dictaríamos las clases y la obra social colaboraría con el pago a los docentes”.

“Comenzamos con tres cursos para 25 alumnos cada uno y si no se planteó algo aún más amplio fue solo por falta de espacio. Tuvo lugar en las salitas de avenida Colon 80 y lo encaramos como una suerte de banco de pruebas. Recuerdo que uno de ellos estaba dictado por el Ingeniero Mario Minervino y la temática específica era conocer la historia de Bahía Blanca a través de sus monumentos y edificios”, recordó, en su contacto con este medio.

Luego, señaló que “la consigna era que fueran cursos universitarios, dictados por profesores de dicho nivel con, temáticas acordes a su especialidad. Se abrió la inscripción y en tan solo un día quedaron los cupos totalmente cubiertos. Aunque lo más llamativo es que las consultas se extendieron por más de 20 días. Así es como llegamos con los años a tener más de mil alumnos por cuatrimestre, con más de 30 cursos”.

“Dado el éxito de los mismos, propusimos comentarlo en todas las universidades del país. Es que en ese momento me tocaba integrar una Red Universitaria que nucleaba a todos los Secretarías de Bienestar de las casas de altos estudios. Si mal no recuerdo, la reunión a la que asistió Susbielles fue en la Universidad de Corrientes y así fue como el programa se extendió a todo el país”, reflexionó, en relación al crecimiento de esta iniciativa.

Asimismo, afirmó: “Siempre es bueno reconocer a este programa tan exitoso y que nació en nuestra ciudad. Anécdotas hay infinitas, desde parejas que se formaron en los cursos, infinidad de amistades que aún perduran y a eso se le suma el agradecimiento de los alumnos, los profesores para quienes fue una experiencia muy enriquecedora. En lo personal, después de tantos años de gestión, esta fue sin dudas una de las acciones realizadas que llevo en el corazón”.

María del Carmen Vaquero, con una extensa labor dentro de la UNS, donde al igual que Legnini fue Vicerrectora, además de Directora-Decana en el Departamento de Geografía y Turismo destacó que “fue algo inédito en el país. Las temáticas ya desde el inicio eran muy variadas, desde Computación, Historia del Arte, Turismo, Filosofía, hasta Jardinería y Fotografía. La demanda marcó el pulso de esta novedosa oferta. Cuando otras universidades se enteraron de esta propuesta, comenzaron a llamarnos y a interesarse para replicar el modelo”.

“Recuerdo que cada entrega de certificados en el Aula Magna era comparable con lo que se vive en una colación de grados. Venía el adulto mayor, acompañado de sus hijos y nietos, con el orgullo de estar en la Universidad y haciendo uso de las instalaciones que quienes los acompañaban en tan grato momento”, comentó Vaquero.

No obstante, lamentó que “en 2015, con el cambio de gobierno, se suspendieron. Fueron los propios jubilados los que no se quedaron quietos y fueron a golpear las puertas de PAMI para lograr la continuidad. Es cierto que se reabrió la posibilidad, pero con una oferta más acotada. Ya con la pandemia, tengo entendido que se dictaron de manera virtual y en estos momentos en la Secretaría de Extensión se les dio el mismo impulso que en sus inicios, ya de manera presencial”.

“Son de esas actividades que más satisfacción me ha dado durante mi paso por la gestión. Se trató de una excelente idea la de abrir la universidad a los adultos mayores, con una tarea proactiva que está llevando adelante Nerea Bastianelli desde la Secretaría de Extensión univesitaria. Además de adquirir los conocimientos, sirven para que los participantes puedan socializar, un aporte clave desde el punto de vista psicológico. La preocupación es que se puedan volver a discontinuar, como ya ocurrió”, contó.

Por último, Claudio Carucci, actualmente referente de Anses en la ciudad, también repasó su recorrido en el programa: “La experiencia de los cursos para adultos mayores ha sido extraordinaria e inédita. En lo personal, ha sido un honor y también un enorme aprendizaje trabajar con las y los adultos mayores en mi gestión como secretario general de Cultura y Extensión Universitaria entre 2011 y 2018”.

“Entiendo que esta iniciativa significó el destierro de los prejuicios acerca de la imagen social de la vejez a partir de la participación, integración e inclusión plena y efectiva de los adultos mayores en espacios de educación y protagonismo social. También implicó el cambio de visión de estructuras universitarias respecto de la persona mayor, reconociendo la necesidad de abordar los asuntos desde una perspectiva de derechos humanos”, infirió Carucci.

Y consideró: “Asimismo, implicó la valorización de la persona mayor, su papel en la sociedad y el convencimiento de que la adopción de esas políticas contribuye significativamente a promover, proteger y asegurar el pleno goce y ejercicio de los derechos de la persona mayor, y a fomentar un envejecimiento activo en todos los ámbitos”.

“Es de destacar la ‘reparación histórica’ que supone su participación activa en la vida universitaria, cuando muchos quienes asistieron (y asisten aun hoy en día) a los cursos posibilitaron nuestra formación pública. Sin embargo, no habían tenido la oportunidad de formar parte de la comunidad hasta este momento a pesar de que también es la casa de altos estudios la que les pertenece”, dijo, en cuanto al valor de sostener esta propuesta en el tiempo.

Al epílogo, celebró que “en este sentido, es importante poner de relieve que gran parte de quienes participaron del Programa U-PAMI transitaron las aulas de la Universidad a partir de estos cursos, algo que quizá les parecía inaccesible y, sin embargo, se hizo posible, rompiendo los prejuicios sobre la vejez y demostrando que se puede seguir aprendiendo y aportando al conocimiento cualquiera sea la edad que uno tenga”.

La inserción exitosa de adultos mayores en la sociedad es esencial para construir una comunidad más diversa, enriquecedora e intergeneracional. Los cursos y capacitaciones específicamente diseñados para ellos son una herramienta poderosa para lograr este objetivo.

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