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INFORME ESPECIAL

Educación para Adultos: cuando estudiar no sabe de edad y aporta dignidad

El contexto actual obliga a los bahienses a ser competitivos ante el mercado laboral. El crecimiento de las matrículas en las escuelas nocturnas. Y el sueño de ser ejemplo para los hijos, cerrando un ciclo.

Por Leandro Grecco
Faceboook Leandro Carlos Grecco/Instagram @leandro.grecco/Twitter @leandrogrecco

La Educación de Adultos Jóvenes y Adultos Mayores en Argentina asume el desafío de restituir y sostener el derecho a la inclusión de los estudiantes al Sistema Educativo.

Las políticas educativas, reconocen el derecho irrenunciable de jóvenes y adultos, a iniciar o dar continuidad a trayectorias escolares, que han sido impactadas por historias de vida con particularidades, que no han posibilitado ejercer su derecho a una educación de calidad, en los tiempos establecidos durante la primera infancia y adolescencia.

La modalidad se posiciona como garante de acceso, permanencia y egreso con saberes, desde propuestas alfabetizadoras y de continuidad pedagógica en estudios primarios y secundarios; que además de producir aprendizajes, crea lazos sociales significativos de reconocimiento, valoración y cuidado, con impacto en las trayectorias de vida de adolescentes, jóvenes y adultos.

Una institución de puertas abiertas

Silvina Viceconte es la Vicedirectora de la primaria y secundaria para adultos en la Escuela de Comercio y, en diálogo con LA BRÚJULA 24 expuso la propuesta para la que se pretende canalizar la demanda de quienes buscan cerrar un capítulo que pudo haber quedado trunco por diferentes factores.

“En la Escuela Superior de Comercio funcionan dos niveles educativos para adultos. La primaria que articula con la Escuela Nº 704 y el bachillerato de jóvenes y adultos. Ambos funcionan en horario vespertino y nocturno. Considero que resulta importante completarlos, más allá de una necesidad laboral, porque hay una cuestión personal que nos lleva a todos sentirnos cada vez mejor, que somos parte de esta sociedad y no quedarnos al margen”, sostuvo Viceconte, cuando hizo una radiografía de quienes se vuelcan a esta alternativa educativa.

Y añadió: “Eso significa estar alfabetizados digitalmente, aspecto de suma importancia porque muchas personas experimentan que todo lo que es tecnología o la telefonía celular los supera. Cuando perciben la necesidad de contar con esas herramientas para obtener un turno o manejar un home banking, irremediablemente sufren el hecho de haberse quedado atrás, relegados y descontextualizados con la actualidad”.

“Es ahí donde surge la variable de finalizar el primario o secundario. Otras personas manifiestan que las razones por las que se inscriben están vinculadas con la satisfacción de ayudar a sus hijos o nietos con las tareas escolares, participando de ese proceso. También están los adultos que quieren dar un ejemplo en la familia, para que ese entorno se motive y siga estudiando”, detalló, en relación a las características de los alumnos que se inscriben y cumplimentan el ciclo lectivo.

De ese modo, sumó que “todas las razones tienen en común el desafío de superarse, de dar un paso hacia delante y saber que es posible pese a lo que puede presuponer una edad avanzada. La Tecnicatura Superior en Computación con orientación administrativa también funciona en la Escuela de Comercio en horario nocturno. Es así que cualquier alumno que quiera retomar sus estudios puede hallar un camino completo para ir graduándose en todos los niveles”.

“El diseño curricular de la educación de jóvenes y adultos es diferente. No trabajamos materia por materia de forma aislada, sino que se lo aborda a partir de lo que llamamos núcleos problematizadores. Son situaciones de nuestra vida cotidiana, del entorno, de Bahía Blanca, problemáticas concretas que ocurren en nuestra ciudad o en la región, como es el caso de la ría local como lugar de enfoque para que las materias nucleen sus aprendizajes a partir de allí”, aseguró Viceconte.

Además, la Vicedirectora de la Escuela de Comercio promovió que “esto nos permite comprender la interdisciplinaridad, que es que las materias funcionan interconectadas y eso las hará más sencillas a la hora de resolver cada una de las actividades. Esto se origina para darle un cierre a una situación que se presenta a principio de año, desentrañándola durante todo el ciclo lectivo, junto a los docentes, observando el nexo existente con cada asignatura”.

“Respecto al porcentaje estimativo de hombres y mujeres que se inscriben, ha ido variando con el tiempo. Tenemos casi una igualdad entre ambos géneros adentro de las aulas, tanto en la primaria como en el bachillerato. Contamos con jóvenes que tienen más de 18 años que no quieren permanecer en un cuarto o quinto año de la educación tradicional y prefieren acceder al bachillerato de adultos. Optan por transitar en nuestra escuela porque tienen un emprendimiento y les cuadra nuestra propuesta, sumados a otros varones de una edad relativamente avanzada”, afirmó la directiva.

Luego, diferenció la situación, al reflejar que “las mujeres, por su parte, muchas de más de 30 años, tienen hijos en edad escolar y eso les permite darse esa posibilidad de finalizar el secundario. Este año se ha dado una situación de hombres y mujeres en la misma proporción que ya están jubilados, personas que se sienten jóvenes y toman este desafío como una materia pendiente. La matrícula es heterogénea, pero la proporción es pareja”.

“La Escuela de Adultos es una posibilidad, es gratuita, funciona en horarios nocturnos y contamos con una flexibilidad importante respecto a la asistencia. Cada trayectoria educativa es individual y particular, todos pueden plantear su situación y es nuestro deber analizar de qué manera podemos ayudar. Nuestra fortaleza es que las clases son presenciales, venir a la escuela nos permite poder sostener sus trayectorias. Si alguna persona no puede asistir todos los días, tenemos algún tipo de plan para hacer el seguimiento con material que se sube a una plataforma y trabajos en forma remota”, formuló, consultada en relación a la tolerancia para atender cada situación particular.

Además, destacó que “hacemos planificaciones individuales para cada estudiante. Incluso estamos para aquellos que quieran reforzar conocimientos y no se sienten seguros de sí mismo. También contamos con una oferta educativa para los que deben revalidar su título primario y secundario porque vienen de otros países. Tenemos inmigrantes de Paraguay, Perú, Bolivia, Chile y hasta cubanos que asisten para poder reinsertarse en el modelo educativo argentino”.

“La escuela está muy abierta a la inclusión, asisten estudiantes hipoacúsicos, sordos y la Universidad nos otorga los intérpretes del lenguaje de señas para tenerlos en el aula y que ellos puedan transitar la educación en forma completa. A fin de año egresaría nuestro primer alumno sordo, se llama Conrado y nos llena de satisfacción por haber podido sostener su trayectoria”, cerró Viceconte.

“Planteamos propuestas pedagógicas acordes a cada grupo”

Mirta Iacaruso es la directora del Centro de Educación de Adultos Nº 703, ubicado en Ingeniero White. Como la máxima autoridad del establecimiento también dejó sus impresiones respecto a la vital importancia de este tipo de alternativas para acortar la brecha e igualar condiciones en un mundo que exige cada vez más competitividad.

“La matrícula de la primaria está conformada por alumnos jóvenes, adultos y adultos mayores. Un 80 por ciento de ellos son mujeres y el resto, varones. Respecto a los índices de deserción de niños y jóvenes en el sistema educativo no necesariamente repercute en la futura matrícula de primaria de adultos ya que son muy pocos los menores de edad que están inscriptos actualmente en nuestras escuelas”, resumió Iacaruso, sobre una de las dudas más recurrentes que afloran por desconocimiento.

Consultada respecto de la forma en que se nivelan los conocimientos dentro del aula, explicó que “los cursos de estudiantes en adultos son agrupados, es decir que en cada uno de ellos hay alumnos de distintos niveles. El o la docente prepara la clase, atendiendo a la diversidad de saberes previos que los alumnos traen. Y utiliza diferentes recursos para poder atender a esta diversidad y a los ritmos de aprendizaje de cada uno de ellos”.

“Partiendo del diagnóstico inicial, se puede conocer cómo está integrado el curso, cómo aprenden, cuáles son sus capacidades y habilidades, sus dificultades y las expectativas de esos alumnos. Con toda esta información, se pueden elaborar las propuestas pedagógicas acordes al grupo. Para aquellos estudiantes más avanzados y próximos a egresar se trabaja con diferentes técnicas de estudio ya que ellas les serán útiles para sus niveles posteriores, como es el caso del secundario”, finalizó.

Emotiva carta de una egresada

Mi nombre es Marcela Guitlein, tengo 46 años y después de un tiempo decidí volver a estudiar, que debía cerrar una etapa de mi vida. Tenía cuatro materias pendientes y por cuestiones personales no pude terminar el secundario.

La vida me fue llevando, tuve que salir a trabajar, después comencé con el bello plan de armar una familia, siempre postergando mis metas por el trabajo, los hijos, la casa y la familia en general. Nunca me podía dar ese tiempo para mí.

El año pasado recibí un mail con información sobre un proyecto llamado “Terminar”, el cual iba dirigido a aquellas personas que querían dar un cierre al nivel secundario. Ese correo electrónico provenía de las escuelas de la UNS, en este caso de enseñanza para jóvenes y adultos.

Se trataba de un proyecto nocturno que me permitía cumplir con mi trabajo. Me di cuenta que ese era mi momento, que tenía que terminar.

Tengo un hijo de 14 años y otro de 9. Sentí que más allá de mis metas personales debía darles el ejemplo, justo en la misma escuela a la que ellos acuden, me pareció una idea genial. Me acerqué a la escuela en busca de información y fui tan bien recibida que no lo dude y me inscribí.

Pensaba en el tema del horario, que iba a estar a las corridas. No sabía si iba a poder cumplir con todo, pero todos en mi entorno me alentaban. El primer día de clases dudé, pero terminé asistiendo. Me encontré con un grupo de personas hermosas, tanto mis  compañeros como los docentes.

Sentí que estaba en el lugar indicado, en el momento indicado, fui todos los días, no tenía ganas de faltar. Era mi lugar. El año fue muy llevadero porque si alguno recaía o quería bajar los brazos, ahí estábamos todos apoyando para poder terminar juntos.

Tuve que hacer solo un año, el último, pero tenía compañeras que venían desde primero. A pesar del sacrificio que nos costó, porque la mayoría trabajábamos, coincidíamos que estar allí era nuestro cable a tierra.

Fue una experiencia hermosa, de mucho aprendizaje en todo sentido tanto intelectual, como espiritual. Agradezco enormemente a los docentes que nos acompañaron, a la Vicedirectora Silvina, los chicos de la biblioteca, cantina.

Sentir que la escuela es estar como en tu casa es por demás gratificante. Pude terminar, pudimos terminar. Por supuesto ser un gran ejemplo para mis hijos es una satisfacción porque pude cerrar una etapa. Me siento muy orgullosa de haber formado parte de este proyecto.

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