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A 41 años de la guerra

La emoción de una enfermera bahiense que asistió a soldados heridos en Malvinas

Lilian Gómez tenía 24 años en 1982. Trabajaba en el Hospital Naval Puerto Belgrano. Preside una organización que nuclea a todos sus compañeros. “Volvían abatidos psicológicamente”, contó.

El domingo se conmemora otro Día de los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Se cumplen 41 años del conflicto bélico con Inglaterra. El tiempo pasa, pero las historias quedan. Y quedarán seguramente para la eternidad.

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Lilian Gómez es presidenta de la Agrupación de Enfermeras Civiles de Malvinas del Hospital Naval Puerto Belgrano y esta mañana habló con el equipo periodístico del programa “Hoy También”, que se emite por La Brújula 24. Ella tenía 24 años en 1982.

Primero, la bahiense –oriunda de Coronel Dorrego pero instalada desde muy joven en la ciudad– recordó cómo fue atender a los heridos que volvían al continente: “Venían en condiciones bastante deplorables en cuanto a lo físico, aparte de sus heridas de guerra. Muy demacrados, con un adelgazamiento, desnutridos y psicológicamente abatidos”.

“Éramos 210 enfermeras, convengamos que era un hospital escuela por excelencia. Se formaban a muchísimos profesionales, incluidos militares. Nosotras nos recibimos con título naval, pero éramos civiles y teníamos esa oportunidad de trabajo”, comentó.

En esa misma línea, Lilian contó que “se empezó a preparar el hospital unos 10 días antes aproximadamente, sin saber motivo se suspendieron operaciones y derivaron civiles que habían sido internados, a Bahía Blanca y Punta Alta. No sabíamos por qué, era otro contexto social, otro gobierno, no podemos no tenerlo en cuenta”.

Emocionada, añadió que “era como que uno estaba acostumbrado a eso. Entonces se preparaba el material de una manera impresionante, para abastecer a los buques, con mucho equipo quirúrgico nuevo. Yo ya era instrumentadora, tenía un área específica, y nos fueron preparando hasta que llegó el primero de abril de hace 41 años y se nos dijo que estábamos en guerra con Inglaterra”.

“Fue un trabajo arduo, con una colaboración total de todos, enfermeros, cocineros, mucamas, laboratoristas. Todo el personal en actividad trabajó a destajo. No hubo tiempo, ni límite, ni horario para seguir trabajando, y no faltó absolutamente nada”. 

“Cuando se terminó fue terrible, porque empezó automáticamente en ese instante la desmalvinización, palabra que desconfiamos hasta ese momento. Fue brutal tanto para los combatientes como para las enfermeras. Era como que acá no pasó nada. Fueron 35 años de silencio”, consideró. 

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