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JUEGA EN TALLERES

Enzo Díaz, el gaucho que entrenaba “a lo Rocky” y está por ir a River

El lateral visitó el Festival de Jesús María con pilcha típica de lo que vivió durante su feliz infancia en el campo.

La historia la cuenta Gustavo Grobocopatel, presidente y dueño de Agropecuario. El club de Carlos Casares realizaba la pretemporada y el profe mataba a los jugadores con las pasadas. “Era, correr, abdominales y volver a correr. Algunos se descomponían, terminaban vomitando”.

Pero, mientras muchos jugadores se y caían desplomados, había un gaucho que corría, hacía abdominales, miraba para el costado y se reía de sus compañeros: “Vamos qué les pasa”. Volvía a correr y seguía tallando sus abdominales. “Es un animal, físicamente”, recuerda el hombre que pertenece a la familia de los reyes de la soja en la Argentina.

Cuando empezó a jugar al fútbol, Enzo Díaz se iba corriendo a entrenarse desde su casa. Así, “a lo Rocky”, lo veían pasar los pocos vecinos que asomaban en los 8 kilómetros que separaban el Club Atlético Smith de su casa, en la localidad de Las Toscas. “Volvía corriendo porque se hacía de noche. Por eso no me molesta correr ni entrenar”, recuerda ya como un profesional. De allí también la resistencia que hoy tiene para hacer el ida y vuelta por la banda izquierda.

Pero la historia de Díaz estuvo lejos de los flashes durante gran parte de su vida. Tanto, que hasta los 14 años vivió en el medio del campo, sin luz, en las hectáreas que trabajaba su papá donde aprendió a cosechar, domar y criar el ganado: “Todo lo que tiene que ver con el campo me apasiona”, acepta.

“Yo me críe sin televisión. Mis compañeros hablaban de Tinelli y yo no lo conocía. Después me fui adaptando. Pero para mí, mi infancia fue la mejor, no me arrepiento de nada”, contó en una entrevista. De allí, que Enzo trata de estar presente en todos los festivales, exposiciones y campeonatos de doma que su carrera le permite.

Enzo Díaz es una de los grandes ídolos de Agropecuario porque estuvo desde su fundación y fue parte de los dos ascensos. Llegó hasta la B Nacional y Marcelo Gallardo le echó el ojo, pero antes, en 2019 el jugador dio el salto a Talleres.

Fiel a sus raíces, el 8 de enero el futbolista estuvo en el festival de Jesús María, totalmente vestido de gaucho, como acostumbraba vestirse cuando acompañaba a su papá a arrear ganado en el campo, y un hincha de Talleres se le acercó a pedirle una foto. Antes de despedirse, le preguntó por su continuidad en la T: “Está difícil”, le contestó el jugador que ya no entrenaba con el equipo y tenía las valijas listas para viajar a Núñez.

Fuente: Clarín

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