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Se develó el misterio del minotauro que apareció sumergido en Neuquén

El periodista que hizo la nota explicó qué motivaría la presencia de las figuras bajo el agua en un espejo de agua de Neuquén.

Una figura estática de un metro y medio de alto, con dos cuernos en la cabeza y una caja fuerte en lugar de corazón alteró a quienes se aventuraron en las aguas del lago Mari Menuco de Neuquén y derivó en un descubrimiento histórico. Álvaro Nanton, periodista del diario La Mañana de Neuquén, habló con La Brújula 24 sobre el hallazgo de la figura en el espejo de agua situado a unos 60 kilómetros de la ciudad capital de esa provincia.

“A fines de verano nos había llegado un rumor que hablaba sobre un minotauro sumergido en determinado lugar. Fue pasando de boca en boca hasta que apareció Cristian, quien no solo nos contó sus vivencias sino que también nos acercó algo de material que son las imágenes que publicamos y que realmente son épicas para nosotros pero que le causaron mucho miedo a él en una tarde de verano”, indicó al programa "Nunca es tarde".

Contó que el kajakista, unos 6 metros antes de llegar a la costa, “divisa algo raro, una figura extraña en el fondo del lago” y decide pegar la vuelta para ver de qué se trataba. “Cuando mira y comprueba que no era ninguna roca sino un minotauro de unos dos metros de altura, se asustó. Muchos creen que hay seres sobrenaturales debajo del agua y se ríen de esto, pero a él se le cayeron todas las dudas y tuvo miedo”, precisó Nanton.

Indicó que ellos hablaron con los autores de la escultura y develaron el misterio, que en las últimas horas publicaron en la edición electrónica de LMN.

“Pudimos hablar con los protagonistas y nos estuvieron resolviendo todas esas dudas. Hasta antes de que se publicara la nota, no se sabía nada de cómo había llegado esa escultura hasta ese lugar. Me llegaron a mis redes sociales fotos e imágenes de cómo transportaron en una camioneta a uno de esos minotauros”, manifestó.

“Tiene alguna relación con una cosmovisión mapuche de cuidar el medio ambiente. Uno de los objetivos que tiene una escultura es exponer el cambio climático. En Neuquén hay bastantes sequías y ellos creen que es cuestión de tiempo que esas esculturas queden al descubierto por la sequía que afecta a esta región de Neuquén”, agregó.

La explicación de los artistas

Los artistas responsables son neuquinos y este verano iniciaron un operativo para que ambas esculturas llegaran al fondo. Lo lograron el 19 de febrero del 2022 con varios testigos que mantuvieron el hermetismo hasta el momento.

Los dos escultores que diseñaron las obras pidieron preservar su identidad (para esta nota se usan los nombres de Eduardo y Adrián). “Es que lo importante acá son las obras y no nosotros”, explicaron. Tras el “revuelo” que generó su historia, ambos artistas contaron la historia completa, los secretos y los problemas que debieron atravesar.

El debate de qué obras iban a hacer se dio en diciembre del 2021. Cuando la idea comenzó a deslizarse entre el deseo y la posibilidad. “Cuando empezamos a debatir qué hacer, dijimos que debíamos partir los dos de una misma base y que cada uno le diera su enfoque”, arrancó Eduardo.

Entre los elementos que encontró en su taller para armarlo, había un maniquí. “Una vez que procesé la data y lo vi, me di cuenta que tenía mi escultura. Iba a ser un minotauro. Me cerraba por todos lados. Es decir, lo podía resolver en dos semanas y antes del día D, y era algo que representaba lo que quería decir”, explicó.

Después de hablar con una amiga que pertenece a la comunidad mapuche, Eduardo supo que esa figura podría ser el gen ko del Mari Menuco. “Cuando le conté de esta figura, me respondió con su cosmovisión y la historia de esta energía. No me quedaron dudas de que mi escultura sería ese minotauro”, agregó.

Además, al compartir la idea entre ambos, los artistas concluyeron: “Las obras debajo del agua, además de ser una excusa para el buceo, son una marca. Podrá exponer el cambio climático porque hoy están a cuatro metros del nivel del agua, pero con este nivel de sequía, es posible que en el corto o largo plazo, las esculturas dejen de estar debajo del agua”.

La balsa que usaron para llevar la escultura al lago y sumergirla se construyó en el taller de Eduardo. La estructura era de 2 metros por 4 aproximadamente. En los vértices más cortos, tenía dos barriles reciclados de aceite que le permitían flotabilidad. Encima de los mismos, había una madera que los dejaba tener estabilidad para poder remar y llevar las esculturas al medio del agua.

“Amigos de amigos preguntaron qué era lo que estábamos planeando y querían ser testigos. Y, en cierta medida, también necesitábamos manos para que nos puedan ayudar a mover las esculturas. Y ahí nos dimos cuenta que también íbamos a necesitar almorzar. Entonces la gente se fue copando, todos colaboraron y se formó una jornada épica”, agregó Adrián.

Fuente: LMNeuquén

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