Industria
Las automotrices y Smata alertan por posible faltante de autopartes en mayo
Le enviaron una nota al titular del Banco Central, Miguel Pesce, donde afirman que por una decisión de esa entidad se quedarán sin piezas para producir.
La falta de dólares para importar insumos y autopartes podría generar desde la semana próxima inconvenientes para abastecer a las terminales automotrices.
Así lo alertaron, en una inusual nota conjunta, tanto las empresas del sector automotor como el principal gremio, el Smata, en la cual señalaron que, de continuar la restricción de dólares para producir, el resultado será "paradas de producción, suspensión del personal de toda la cadena productiva (aproximadamente unos 80 mil), como así también un impacto negativo muy significativo en las exportaciones y en el índice de la actividad industrial (IPI)".
¿Por qué la nota fue dirigida a Pesce? Porque el reclamo es a raíz de una decisión del Banco Central, la comunicación "A7466", que segmentó el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) para pagar importaciones de autopartes e insumos para la industria automotriz.
Hasta la entrada en vigencia de esa resolución, las autopartistas no registraban inconvenientes para accedes a los dólares del Banco Central para, a su vez, pagarle a sus proveedores del exterior. Pero con la nueva resolución, la entidad que dirige Pesce dividió esas SIMI's en dos categorías: la "A", que libera los dólares de manera automática, y la "B", que exige esperar 180 días antes de poder pagar al proveedor.
Lo que ahora está tallando, precisamente, es que a las autopartistas se les está terminando el cupo de SIMI's "A", es decir, de dólares liberados en forma inmediata.
Esas empresas son las que están avisando que sus proveedores no les aceptan esperar seis meses extra para cobrar y que, por lo tanto, ya no podrán seguir produciendo: en la nota enviada a Pesce, hay un listado de 47 empresas autopartistas que agotan su cupo "A" de SIMI's entre abril y junio.
La alarma se extendió entre las autopartistas y sus clientes, las terminales automotrices, y también impactó en el Sindicato de Mecánicos (Smata) cuyo titular, Ricardo Pignanelli firma la nota dirigida a Pesce junto a Martín Galdeano (ADEFA) y Raúl Amil (AFAC).
"Confirmamos que varias empresas autopartista nos han informado que a partir de los primeros días del mes de mayo no podrán continuar abasteciendo a las empresas terminales, al no haber sido aceptado por parte de sus proveedores del exterior (en referencia a la demora de seis meses para pagarles) los cambios en las condiciones comerciales que tenían previamente a la comunicación A 7466", dice la nota.
"Esta situación continuará agravándose en los sucesivos meses ya que alcanzará progresivamente al resto de las empresas autopartistas y terminales, teniendo como resultado paradas de producción, suspensión del personal de toda la cadena productiva (aproximadamente unos 80 mil), como así también un impacto negativo muy significativo en las exportaciones y en el índice de la actividad industrial (IPI)", agregó la comunicación.
La industria automotriz, si bien es deficitaria en su conjunto (importa más dólares para poder producir vehículos de los dólares que genera con su exportación) alcanzó el año pasado un fuerte superávit en el renglón de vehículos terminados: las exportaciones totales fueron de 6.000 millones de dólares y para este año, según ADEFA, esperan llegar a los US$ 8.000 millones.
Sin mucho eufemismo, empresas y gremio le pidieron a Pesce que se haga una excepción con el sector automotor "instrumentando un esquema que excluya a todo el eslabón industrial de la cadena de valor del sector, del alcance de esta normativa".
En off, uno de los directivos de ADEFA dijo que el reclamo a Pesce busca que se entienda que no se puede desconocer la realidad de lo que pasa a nivel mundial.
"Un proveedor internacional no le vendo sólo a la autopartista de acá. Le vende a México, a Brasil, a Corea, y hay en el mundo una crisis de logística y falta de contenedores. ¿A quién le va a vender? ¿Al que le paga al contado, o al que le patea seis meses el pago?".
En otra empresa agregaron que se trata de un reclamo para sostener la actividad, y que ese es el motivo por el cual Pignanelli se sumó a la carta a Pesce.
"No es una automotriz que reclama dólares para importar autos. Estamos pidiendo tener piezas para producir. Esta traba del Central compromete cualquier plan de producción que hayamos asumido y por eso Smata se sumó: saben que si tenemos que parar la planta, habrá suspensiones".
Fuente: Clarín
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