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"Me preguntaron si volvería a Malvinas, pero la realidad es que nunca me fui"

Guillermo de la Fuente, presidente del Centro de Veteranos de Bahía, pasó por la emisora y reflexionó sobre todo lo ocurrido. 40 años de una guerra que marcó un antes y un después.

Foto Pablo Noir - La Brújula 24

Pasaron 40 años, y en la víspera de un nuevo 2 de abril, visitó los estudios de La Brújula 24 Guillermo de la Fuente, presidente del Centro de Veteranos de la Guerra de Malvinas en Bahía, quien fue entrevistado por los integrantes del programa "Vive cada día".

En el comienzo de la charla, comentó con contundencia que "para mí Malvinas es todos los días, un colega me preguntaba si volvería y le dije que no podría hacerlo, porque yo vuelvo todos los días, nunca me fui. Ahora sigo de otra forma, rescatando compañeros, apoyando a mis amigos, como cuando estábamos allá".

"Es lo que vivíamos en ese momento, para mí la guerra continúa desde otro lugar, con la responsabilidad de contener y apoyar el grupo de veteranos de nuestra ciudad. Y también de reivindicar la historia y hacer un ejercicio de memoria constante y de honra para los que quedaron", expuso el ex combatiente.

Además, a modo de reflexión, De La Fuente explicó que "siempre se habla de algún momento determinante en la guerra y yo creo que hay uno en que te hace un click y todo lo que antes era normal deja de serlo. Como el hecho de asumir la muerte como una posibilidad concreta, cercana, casi que te está tocando. Hace poco hablé con un compañero que pasó por la instancia del Covid, Walter, y le decía que ya había bailado con la morocha, que no se lo podía llevar ahora".

"Cada vez que me toca hablar el 2 de abril siempre honro a mis compañeros, porque fuimos juntos a morir. Algunos pudimos volver, opacados, pero la muerte era una constante siempre dando vueltas alrededor. Podía caer una bomba, una bala perdida, cualquier cosa", recordó.

Y contó cómo fue volver a Bahía. "Cuando llegamos lo hicimos en tren. Mi unidad y el Batallón 181 fuimos las únicas que lo hicimos de esa manera. Habíamos llegado como prisioneros al continente, en Madryn, y después vinimos para acá. Uno tiene un combo en la cabeza en ese momento, así como fue el día del primer bombardeo, y desacoplar eso no es un trabajo fácil".

"Un factor común en la mayoría de los veteranos es que queríamos comer y dormir, que eran las grandes falencias allá. La verdad que demasiado esfuerzo hicimos como para que durara tanto. Si alguien me pregunta cuando me acople, no podría decir si algún día lo hice", aseveró.

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