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vínculos diplomáticos

Un ex embajador analizó cuál sería el impacto de la gira del Presidente por China

Mariano Caucino ratificó en La Brújula 24 que la principal relación comercial de la historia se da entre el gigante asiático y Estados Unidos. Y planteó que la mentalidad del gobierno argentino “atrasa 100 años”.

El reciente viaje de Alberto Fernández a Beijing coincidió con el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y la República Popular China. Un punto de partida que se sitúa hace cinco décadas cuando la histórica apertura diseñada y ejecutada por la diplomacia Nixon-Kissinger a comienzos de los años 70 abrió paso para la normalización de relaciones de numerosas naciones con el gobierno de Beijing.

Así fue como Argentina inició, en tiempos en que el jefe de Estado era Agustín Lanusse, el vínculo diplomático con China Popular y el abandono de la relación con Taiwán. Al respecto, Mariano Caucino –especialista en relaciones internacionales y embajador en Israel y Costa Rica– habló esta mañana con LA BRÚJULA 24 y analizó la visita de Fernández al país asiático.

“Estamos hablando de una historia de 50 años, eso no significa que no hayan existido relaciones previas entre ambas naciones. Lo que ocurrió es que Argentina tuvo aproximaciones, a partir de que en 1980 se produjo el primer viaje presidencial en tiempos de Videla, luego lo hizo Alfonsín, Menem en dos oportunidades, De la Rúa hizo lo propio en el 2000 y Néstor Kirchner en 2004”, resaltó Caucino, en el inicio de su charla con el periodista Germán Sasso.

Además, añadió que “en los últimos viajes se rubricaron acuerdos comerciales y China se fue convirtiendo en un gran socio comercial de Argentina. Estamos hablando de un país con un crecimiento económico formidable en solo cuatro décadas. Es la Nación más poblada del mundo hace varios siglos. Lo que es difícil de explicar es por qué China experimentó una declinación tan importante en el Siglo XIX y el XX porque su economía era equivalente al 20% mundial hasta el 1800 y se redujo al 5%”.

“En el mundo, uno de cada cinco personas que habitan el planeta es chino. En los últimos 40 años, a partir de que el país asiático introdujo las reglas de la economía del mercado, el capitalismo y la apertura al mundo, ha vuelto a ser una potencia mundial que se debate mano a mano con Estados Unidos en ese liderazgo. Allí, las empresas más importantes y centrales están bajo el dominio del Partido Comunista, que conserva el monopolio del poder, pero económicamente dejó de serlo”, recalcó, en otro segmento de la entrevista radial.

Mariano Caucino.

Paralelamente, quien suele publicar artículos en distintos medios criticó con dureza la gestión actual: “Es absurda la postura de un amplio sector del kircherismo que dice admirar la revolución comunista. En realidad deberían obnubilarse con la China que introdujo la economía capitalista, permitiendo que ciento de millones de personas salgan de la pobreza y se sume a la clase media. Cuando uno escucha a Alberto Fernández o Kicillof se da cuenta que sus mentalidades atrasan 100 años y pareciera que le van a decir a Xi Jinping cómo tiene que vivir, al mencionarle que lo admiraba y compartía los valores de la revolución con los que ellos no están identificados y han dejado atrás. Por eso Argentina es cada vez más pobre”.

“En China no hay libertad de prensa porque no es un país democrático y no tiene la vocación de serlo. Está gobernando por un sistema totalitario que reformó las reglas de la economía del mercado, con sus características. Hay otros países de Asia que son democráticos como Japón o Corea del Sur, con sus particularidades. La principal relación comercial de la historia se da entre Estados Unidos y China y dominan el mundo junto a la Unión Europea en su conjunto”, reflexionó.

Por último, adelantó: “En el mundo actual hay una disputa creciente y una rivalidad entre ambos Estados. Es inherente cuando una potencia ve surgir a otra que busca la hegemonía, de modo que es algo natural. El ascenso de China trae aparejado un conflicto que no se sabe cómo se va a dirimir, si pacíficamente o no. Esa es la pregunta del Siglo XXI. En el medio, hay que esperar qué hace Argentina, un país mediano que declinó económicamente y disminuyó su participación internacional. Qué hará en ese conflicto global y es lo que uno ve con preocupación porque el Presidente y Biden andan por el mundo y solo buscan agradar”.

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